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“Vengo de fuera y me costó adaptarme”

Julia Álvarez es una estudiante de ingeniería que tendrá que devolver 3.000 euros de movilidad

Julia Alvárez es de Granada, pero entre Jaén y Valencia, optó por estudiar Ingeniería Industrial en la Universidad Politécnica de Valencia por las buenas referencias que tenía de la enseñanza en este centro. Solicitó una beca de movilidad “por la situación económica” y le concedieron 3.000 euros, que le pagaron en noviembre. Con la movilidad, se le juntaron varias cosas.

“Por un lado me encontré que no traía del Bachillerato en Andalucía el mismo nivel que tenían mis compañeros de aquí”, asegura, a pesar de venir con un 8,6 de media en Bachillerato y una nota de corte en selectividad de 10,7 sobre 14. Además, “vengo de fuera y me afectó el cambio de ciudad sentimental y psicológicamente”, añade. “Me costó adaptarme, por la lejanía de la familia, sin amigos aquí, fue un cambio de vida completamente”.

Julia se matriculó del curso entero en Primero de Ingeniería industrial, pero al final aprobó un 45% de los créditos matriculados, lo que no es infrecuente en una carrera de este tipo. “Tengo un montón de compañeros que han repetido y están conmigo en clase”, reconoce. Sin embargo, sólo ella tenía beca de movilidad y la ha perdido por no llegar al 50% de los créditos aprobados que exigía la convocatoria ministerial. Y tendrá que devolver los 3.000 euros, aunque no sabe cuándo todavía.

A la pregunta de si va a poder seguir estudiando, a pesar de esa pérdida con la que contaba para venirse a Valencia desde Granada, contesta: “Espero que sí, pero tal como está la cosa si tengo de devolver la beca, ya veremos”.

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