Seat sabrá si fabrica el SUV dentro de dos semanas

La planta de Seat de Martorell sabrá si se hace con la fabricación del modelo todocamino SUV la última semana de noviembre, coincidiendo con un encuentro de directivos de Volskwagen en la ciudad alemana de Wolfsburgo. La fecha se supone definitiva después de que la decisión se haya ido retrasando en sucesivas ocasiones: primero en Semana Santa; luego en septiembre; y finalmente a finales de octubre.

En esta reunión de directivos se decidirá si la dirección de Volskwagen decide apostar por este modelo y, después, en qué planta del grupo se construirá el SUV. El principal competidor de la fábrica de Seat en Martorell es el centro que Skoda tiene en la República Checa, que presenta mejores costes laborales que la planta catalana.

Si Martorell es la elegida, no se plantean aceptar rebajas en el sueldo en la plantilla fija como ya pasó en 2009 con el Audi Q3

Las cartas que jugará Martorell serán las de la flexibilidad laboral, la productividad y la calidad de los coches que fabrica, en especial el Audi Q3. Fuentes de Seat aseguraron que “se está luchando mucho” para conseguir el SUV, pero rechazaron apuntar cuantas posibilidades tiene Martorell para hacerse con el modelo. El presidente del comité de empresa, Matías Carnero, aseguró que Skoda y Seat tienen las mismas posibilidades para conseguir el SUV, y se mostró dispuesto a negociar medidas de flexibilidad en el caso que Martorell sea elegida. Carnero, sin embargo, quiso dejar claro que no se plantean aceptar rebajas en el sueldo en la plantilla fija como ya pasó en 2009 con el Audi Q3, cuando se congelaron los salarios para poder fabricar el coche.

La fabricación del SUV planeó este lunes en la inauguración de la planta solar de Seat en Martorell tras culminar la tercera y última fase de instalación. Tras una inversión de 35 millones de euros, se han instalado 53.000 paneles solares que generan una cuarta parte de la energía necesaria para la fabricación anual del Seat León. La compañía dejará de emitir 7.000 toneladas de dióxido de carbono, hecho que para el presidente de Seat, Jürgen Stackmann, supone “un ejemplo de la evolución de la fábrica y de su capacidad de renovarse”.