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ocio digital

El píxel nostálgico

La primera edición de la Madrid Games Week incluye una feria dedicada a los primeros videojuegos y consolas que salieron al mercado y que hoy siguen haciendo furor entre los amantes de la tecnología

Sergio C. Fanjul
Un joven juega con un comecocos de los ochenta.
Un joven juega con un comecocos de los ochenta.Álvaro García

Uno ingresa aquí en una especie de batidora espacio temporal donde se solapan los destellos de luz, las explosiones, la música machacona y los frenazos. Se topa con los zombis que se han escapado del videojuego Dead Rising 3 o con un grupo de temibles soldados romanos sacados del Rise: Son of Rome. Unos militares invitan a subir a la cabina del enorme caza que representa en esta feria al Battlefield 4. Vemos, en las múltiples pantallas que nos asaltan por doquier, gráficos tan realistas que podrían ser la carne que esa señorita extremadamente ligera de ropa muestra al lado de un coche de fórmula 1 y con la que los jugones no paran de hacerse fotos.

Dentro del bólido se puede jugar al Fórmula 1 2013. Pero resulta que, en una esquina, entre toda la vanguardia de la industria del videojuego reunida en Ifema en la primera edición de la Madrid Games Week, nos encontramos, cual aldea de Asterix, cual resistencia numantina, la pequeña feria RetroMadrid, dedicada a la tecnología retro y a la lucha contra la obsolescencia de estos videojuegos y cachivaches añejos.

Aquí se ven maquinas recreativas de las que poblaban los bares y salas recreativas no hace tanto, viejos ordenadores, juegos sencillos y pixelados, los legendarios Pac Man, Space Invaders, Pang… “No es que haya una moda por lo retro. A nosotros siempre nos ha gustado”, explica Juan Carlos Caballero, director de RetroMadrid y periodista especializado en videojuegos. “Estamos aquí como alternativa al resto, para mostrar que estas máquinas, estas consolas, estos juegos siguen vigentes y funcionando”. Cuenta que muchos son de la opinión de que el videojuego actual está tomando unos derroteros que no les interesan demasiado: “Se apuesta, por ejemplo, por una narración no interactiva, con muchos fragmentos de vídeos, como si en vez de un juego fuera una película interactiva”. Los fans de lo retro prefieren mecánicas sencillas, pero profundamente “Nos gustan los retos, batir nuestras puntuaciones, no que nos lo den todo hecho”, dice.

Feria jugona

• Esta primera edición de Madrid Games Week, organizada por Ifema y la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (aDeSe), tendrá lugar desde hoy hasta el domingo. Acoge 550 puestos de juego donde probar 150 títulos diferentes, entre ellas las nuevas Playstation 4 y Xbox One, y se celebrarán conferencias y talleres.

• El sector del videojuego aguanta bien la crisis: facturó 822 millones en 2013 según aDeSe. Y España es jugona: en términos de consumo es el cuarto país de Europa y el sexto del mundo.

• Según el estudio El videojugador español: perfil, hábitos e inquietudes de nuestros gamers, el 24% de los adultos españoles juega, el 54% de los padres lo hace con sus hijos y el 40% de los hogares dispone de consola.

Según la ley de Moore, aventurada por Gordon Moore, uno de los fundadores de Intel, el número de transistores por pulgada de circuito integrado se duplica cada año y medio. Es decir, hoy día hay tantos transistores en el mundo que cada hormiga existente tendría que cargar 100 para transportarlos todos. En RetroMadrid podemos ver la prehistoria de este sector, que tuvo lugar hace solo tres décadas. En uno de los stands se muestran antiguos ordenadores Commodore Amiga, que trae la empresa Amicon, dedicada a vender ordenadores y software clásico. Trabajan con Amstrad, Commodore, consolas Sega Master System o MegaDrive… “Los Amiga que tenemos expuestos fueron los primeros ordenadores multimedia real y con un sistema operativo multitarea. En su época supusieron una revolución. Con ellos los músicos podían producir música de forma profesional y también se podía editar vídeo”, explica Francisco Pérez, de Amicon. El más raro tal vez sea el Commodore Amiga CDTV, que tiene más bien el aspecto de ser un vídeo y que fue el primero de estos ingenios en incluir un CD-ROM. Solo tenía un mega de memoria RAM. Algunos de los juegos más célebres para estos aparatos fueron el Turrican, Xenon 2 Megablast, Agony o Lotus Challenge. “Nuestros clientes son coleccionistas mayormente y los precios, debido a la escasez, son altos”, explica Pérez, “un Amiga 4000, por ejemplo, puede costar 3.500 euros”.

En unas hermosas máquinas recreativas que parecen haber llegado por el túnel del tiempo podemos jugar a la flor y nata del juego clásico. Las fabrica la empresa Bricoarcade al gusto del consumidor. Si uno es muy sibarita puede llegar a costar 2.000 euros, pero una normal ronda los 1.000. “Como me gasté de niño tantas monedas de 25 pesetas en estas máquinas ahora quería recuperarlo”, bromea Fernando Rodríguez.

“Pues yo no soy un jugador nostálgico”, repone Caballero, “si sigo jugando a algo es porque me gusta el juego, no porque me parezca muy evocador jugar a lo que jugaba de pequeño con el bollycao”.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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