Bustos dio apoyo a un cargo de CiU implicado en un escándalo
El sumario del ‘caso Mercurio’ revela los manejos del exalcalde para colocar y ayudar a familiares y amigos
Manuel Bustos y Josep Maria Matas llevan vidas paralelas. Ambos fueron los máximos responsables de las entidades municipalistas de Cataluña. El primero, de la FMC, ligada a los socialistas. El segundo, de la ACM, próxima a Convergència. Sus cargos les acercaron. Por eso Bustos, que también era alcalde de Sabadell, le llamó para interesarse por él cuando estalló el escándalo sobre el saqueo de fondos de la ACM perpetrado por Matas. Ocurrió en febrero de 2012, cuando Bustos tenía ya el teléfono intervenido por orden judicial. Nueve meses más tarde, él mismo se vio implicado en el caso Mercurio, la trama de corrupción sobre el pago de comisiones en el Ayuntamiento de Sabadell.
“Está muerto y enterrado”, sentencia Bustos sobre Matas en una conversación con un cargo de la FMC. Días más tarde, el exalcalde le llama, se solidariza con él y coincide en que la divulgación del escándalo obedece a “una vendetta interna” de Convergència. “No he hecho nada malo”, le responde el ex secretario general de la ACM, que barrunta la posibilidad de regresar a su puesto de trabajo en el Banc Sabadell. Bustos pregunta por su estado de ánimo y le tiende la mano de nuevo: “Si tienes que volver al banco dímelo, ¿vale?”, dice el exedil, que le invita a reunirse con él y le anima a viajar al extranjero, con su mujer, para “desconectar”.
El sumario revela cuán profunda era la influencia de Bustos en todos los asuntos de Sabadell
Bustos permanece imputado por cuatro delitos: malversación de fondos, tráfico de influencias, contra la Administración pública y omisión del deber de perseguir delitos. Los nuevos tomos del ingente sumario —más de 15.000 folios— inciden en las presuntas irregularidades cometidas por el exdirigente socialista, que aparece implicado en una decena de las 31 tramas distintas que se están investigando. La más avanzada es la que alude al amaño de un concurso público en Montcada i Reixac para colocar a Carmina Llumà, excargo del tripartito.
El de Llumà no parece el único caso de nepotismo impulsado por Bustos. Según se desprende de las llamadas, el exalcalde gestionó la colocación de sus dos hijos en el centro comercial Baricentro, después de que uno de ellos perdiera el empleo. “Le encontraré trabajo pronto”, manifiesta. En otra conversación, su tío constructor, Melquíades Garrido, se vanagloria de haber intermediado con el alcalde para que a un amigo suyo le saliera más barata una nave industrial.
Los favores de aquel a quien los empresarios imputados llaman “el gran jefe” no se limitan a la familia. También es pródigo con los amigos. Como revelan las llamadas, Bustos habla con el director del hospital Parc Taulí de la localidad y logra que atiendan de forma prioritaria a una amiga que está en urgencias. También paga la multa de una hija del presidente de la Diputación de Barcelona del PSC Antoni Fogué, que ha sido multada por beber en la calle. “Los hijos dan mucha faena, está todo cerrado”, le dice.
El sumario revela cuán profunda era la influencia de Bustos en todos los asuntos de Sabadell. Por ahora, sin embargo, la investigación no ha acreditado —como sostuvo un constructor arrepentido que fue el origen del caso— que Bustos u otros cargos municipales cobraran comisiones a cambio de favorecer adjudicaciones. Los indicios se han detenido hasta ahora en el exconcejal del PP Jordi Soriano, que logró miles de euros de empresarios haciéndoles creer su influencia en el Consistorio.
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