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JOSÉ MANUEL CASAÑ | Líder de Seguridad Social

“El rock ha vuelto a la plaza del pueblo”

La banda de rock celebra su 30 aniversario con un álbum acústico y una gira de 50 conciertos

José Manuel Casañ, líder de Seguridad Social.
José Manuel Casañ, líder de Seguridad Social.TANIA CASTRO

“¿Quién me iba a decir que iba a cantar para gente sentada?”, ironiza José Manuel Casañ (Benetússer, 1963), líder de una banda de rock, Seguridad Social, que comenzó a adquirir popularidad en los ochenta con Comerranas, un ska punk saltarín idóneo para bailar el pogo. Pero las cosas ahora son así y una parte de los 50 conciertos del año en curso, relacionados con la presentación del álbum 30 años con Seguridad Social… por siempre jamás, son de formato acústico, con guitarra española y cajón. Casañ considera que este formato “tiene mucha fuerza, permite un cara a cara y un diálogo con la gente y resulta muy internacional”, ya que se puede trasladar fácilmente a cualquier sitio. También se enfrentan a auditorios de 10.000 personas, “que conste”, porque Seguridad Social mantiene un público fiel, el mismo que corea sus canciones en el álbum del 30 aniversario, en parte grabado en el Auditorio de la Diputación de Alicante.

Pregunta. ¿Fue complicado encontrar sitio?

Respuesta. Mucho, este proyecto empezó hace tres años pero nos hemos encontrado con muchas dificultades. Lo intentamos en el Teatro Principal de Valencia, con Canal 9 y con quien pudiera tener interés en el proyecto. Al final, se ha hecho gracias a la Diputación de Alicante.

P. Y ha acabado haciendo, en parte, un disco básico, algo a lo que siempre se había resistido.

R. Con este disco pretendíamos aunar dos cosas que no habíamos hecho nunca: Una, hacer una grabación lo más acústica posible con canciones casi desnudas y, dos, juntarnos con un montón de amigos. Respecto a lo primero, es verdad que siempre me he resistido, pero me dí cuenta de que eso era lo que siempre hacíamos en los cumpleaños, en mi casa, tocar canciones desnudas en acústico hasta altas horas de la noche. Ahora lo hemos trasladado a los escenarios.

“Queríamos hacer una grabación lo más acústica posible”

P. ¿No descansa en sus cumpleaños?

R. ¿Descansar? ¡Si yo tendría que pagar por lo que hago! En 1981 comenzamos como grupo y se trataba de pasarlo bien, de hacer canciones en clave terapéutica para evitar asaltar bancos o hacer maldades. Ni en mis mejores sueños hubiera pensado que duraría 30 años o que sería profesional. Nunca lo hemos hecho por la fama o el dinero. Ahora, la poca gente que se dedica con interés a la música es por pura vocación.

P. En el último anuario de la SGAE, una de las pocas cifras esperanzadoras es la que se refiere a la recaudación de la música popular en los últimos cinco años.

R. El directo ha bajado estrepitosamente, pero todos hemos reducido los cachés y por eso hemos podido seguir tocando. Para los músicos de pop y rock el problema es que sus mánagers tengan mucho dinero. Mola que los mánagers tengan hipotecas que pagar, entonces se trabaja más.

P. No más que en los noventa, en todo caso.

R. En los noventa se ganó mucho dinero y, de hecho, se metió gente que no tenía ni idea de música para sacar pasta. Además, la relación entre los conciertos, sobre todo en las fiestas patronales, y la crisis inmobiliaria ha sido brutal. ¿Cuántos promotores inmobiliarios han pagado las fiestas de los pueblos? Yo te encargo la fuente, la plaza nueva o el polideportivo, y tú pagas las fiestas de tres años.

“Todos hemos reducido los cachés y por eso podemos seguir tocando”

P. ¿Todavía tienen conciertos de miles de personas?

R. Hay de todo, este año hemos tenido desde 3.000 a 10.000 personas. Desde luego se hacen menos conciertos en plazas de toros. Pero hay una cosa buena, el rock and roll ha vuelto a la plaza del pueblo, donde se hacía al principio. En los noventa parece que molestábamos en la plaza mayor y nos llevaron a la plaza de toros o el campo de fútbol.

P. Entonces este año no va tan mal.

R. Es que el año pasado fue crítico. Nosotros, en parte, seguimos dependiendo de los Ayuntamientos y el año pasado hubo como un ataque de pánico. Con tanto paro y la gente tan desesperada, Ayuntamientos que habitualmente programaban música a lo mejor gastaban menos dinero para las fiestas porque les podían acusar de tener dinero para música pero no para contratar jardineros, un asistente social o un comedor para necesitados. Ahora se han dado cuenta de que la gente las pasa canutas todo el año y necesita también fiesta, música y pasarlo bien, aunque sea ajustándose muchísimo y regateando como nunca en la vida.

"En los noventa se metió gente que no tenía idea de música para sacar pasta”

P. ¿Cómo le va con los seguidores de toda la vida?

R. Los seguidores de toda la vida están acostumbrados a que haga cambios de timón continuamente, respetando la personalidad. Les hemos acostumbrado a no ser previsibles. No te puedes quedar en los ochenta ni en los noventa, sino estar en el momento que toca y vibrar con el magnetismo del momento actual.

P. ¿Después de varios mestizajes, que terreno le queda por explorar?

R. Me quedan muchos terrenos por explorar. Por ejemplo adentrarme a la música electrónica, que nunca me había llamado la atención. Sería un camino entre Prodigy y Muse, por poner un ejemplo.

P. Ha llegado a hacer discos de versiones uniendo piezas de Dolores Vargas La Terremoto y The Class. ¿Haría algo similar con versiones de Manolo Escobar y Lou Reed, recientemente fallecidos?

R. Por norma no descarto nada, pero de Lou Reed sería más fácil.

P. ¿Qué canción elegiría de Lou Reed?

R. Waiting for the man, o tal vez Sattelite of love, aunque también podría ser Rock & roll. Hoy mismo tengo previsto dedicar un especial en la radio a Lou Reed.

“En parte, seguimos dependiendo de los Ayuntamientos y las fiestas locales”

P. ¿Qué ha cambiado y qué permanece de cuando empezó Seguridad Social?

R. Echo de menos la creatividad de mediados de los ochenta, que no se ha repetido, aunque haya ahora iguales o mejores músicos que entonces. No existe aquel abanico de posibilidades, grupos tan distintos por los que podías dejarte influir, desde las letras tan surrealistas de Juana la Loca a las ideas tan punkis de Interterror. Ahora la gente puede llegar a creer que lo de La Voz [un programa de televisión de gran éxito] es la realidad musical española. No se da cuenta por ejemplo de que ni nosotros ni el 90% de los grupos conocidos hubiéramos pasado ni el primer corte. En el mejor de los casos, uno entre mil a lo mejor inicia una carrera musical. En el peor de los casos es una fábrica de juguetes rotos.

P. ¿Qué ha permanecido?

R. La ilusión, las ganas de trabajar y el peterpanismo positivo, en el sentido de no dejar de asombrarse ante las cosas aparentemente más nimias. Seguimos siendo suicidamente optimistas independientemente de las modas, crisis y de los ciclos.

“La SGAE tiene que ser transparente”

P. Usted forma parte del consejo territorial valenciano de la SGAE. ¿Cómo valora su situación?

R. Tenemos demasiadas deudas. Para mí la SGAE tiene que ser una sociedad que se dedica exclusivamente a recaudar y repartir. No tiene que jugar en la bolsa, ni especular con comprar teatros. Sobre todo, debe ser una SGAE transparente, y aunque se ha democratizado más creando los consejos territoriales, estamos lejos de eso.

P. Hizo campaña en favor de Anton Reixa, que después dimitió ¿Cómo lo vivió?

R. Todos somos humanos y tenemos imperfecciones. La SGAE es un conjunto de muchos elementos que tienen una cosa en común, que es recaudar y repartir entre todos. Hay tantos grupúsculos que tiran para sí que estamos en una situación muy complicada. Ya veremos cómo queda esto. No tiene muy buena pinta, pero espero que siendo una sociedad centenaria aguante, porque la necesitamos y más en estos momentos.

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