Espadaler desafía a la Policía Nacional
El consejero de Interior califica de “erróneo” el informe del CNP entregado al juez El documento dice que un ‘mosso’ golpeó en la cabeza al empresario fallecido
El consejero de Interior, Ramon Espadaler, bendijo ayer la polémica actuación de los Mossos d’Esquadra en el caso de Juan Andrés Benítez, el empresario del Gayxample que murió el pasado día 5 tras ser reducido en el Raval. Y lo hizo a costa de poner en duda la credibilidad del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), que se ha hecho cargo de la investigación por orden del juez. Tras analizar las imágenes de los hechos —grabadas por vecinos del barrio y difundidas por EL PAÍS—, la Policía ha concluido que uno de los mossos propinó al menos cinco puñetazos en la cabeza a Benítez. Aunque las imágenes son las mismas, la División de Asuntos Internos —y con ella, Espadaler— llega a una conclusión distinta: de ningún modo puede concluirse, dijo el consejero, que el empresario recibiera los golpes en la cabeza.
Flanqueado por los máximos jefes de los Mossos —el político, Manel Prat, y el policial, comisario Josep Lluís Trapero—, Espadaler dio por buena la versión de los suyos y zanjó que la conclusión de los investigadores es “claramente errónea”. El consejero no se escudó en teorías conspiratorias, pero casi: retó al CNP a “demostrar” que Benítez recibió puñetazos en la cabeza.
La cuestión no es baladí: según la autopsia, el hombre murió como consecuencia de los golpes que recibió en la zona “craneo-facial”, aunque también influyó una dolencia cardiaca que ya padecía. Los forenses no han aclarado aún si esos golpes letales los recibió durante una pelea anterior —lo que originó la intervención policial— o durante la brutal reducción de la policía, que incluyó puñetazos, patadas y rodillazos.
“Con la información gráfica de la que disponemos hoy, no podemos concluir que haya habido golpes en la cabeza”, insistió Espadaler. El consejero justifica su inacción —25 días después de los hechos, los mossos implicados siguen en Ciutat Vella ante la estupefacción de los vecinos y la indignación de la oposición parlamentaria— en la cautela. “Vamos paso a paso. Nos guiará el rigor”. A su juicio, las conclusiones del informe policial están por confirmar, aunque lo cierto es que los investigadores ya han hecho su trabajo y lo han remitido a la juez: examinar, uno a uno, los fotogramas de los siete archivos de vídeo que constan en la causa. Solo si, mediante alguna otra prueba —¿otro vídeo?—, se “confirma” y se “demuestra” que Benítez fue golpeado en la cabeza, podría hablarse entonces de “mala praxis” y de una “extralimitación policial reprobable y sancionable”. A petición de la juez, Interior ha identificado a los ocho agentes que participaron en la reducción del empreario del Gayxample. En caso de que los policías sean imputados —lo serán, y pronto, según fuentes judiciales—, Espadaler dijo que adoptará “medidas cautelares”, sin aclarar cuáles.
Según el informe del CNP, en el minuto 1’38”, un funcionario “de complexión fuerte” y con “alopecia” se agacha y golpea una “defensa extensible” contra el asfalto. Once segundos después, se sitúa “a la altura de la cabeza” y en el lado izquierdo de Benítez, que está “tendido en el suelo”. A los 2’08”, el mosso calvo “propina hasta un total de cinco puñetazos a la persona tendida en el suelo; tomando, para ello, impulso, retrocediendo su brazo izquierdo y lanzándolo contra el cuerpo del sujeto”. Esos golpes “impactan, según la posición que ambos ocupan, en la parte izquierda de la cabeza” del empresario. Mientras eso ocurre, añade el texto, otro agente que había propinado patadas a Benítez le tiene ya “inmovilizado” y mira hacia los edificios “para comprobar si estaban siendo observados”.
Espadaler afirma que los rodillazos y patadas del vídeo “no son mala praxis”
Si esas afirmaciones son erróneas, como sostiene Interior, ¿dónde interpretan los Mossos que impactaron los puñetazos? “Por la posición del cuerpo”, intervino Trapero, “en el tronco superior”. El comisario no supo concretar dónde, ni pudo aseverar que no fueran en la cabeza. “Tenemos todas las dudas del mundo”, dijo Trapero, quien cuestionó que Benítez estuviera “inmovilizado”.
Espadaler agregó que, si la investigación judicial no confirma que los golpes fueron en la cabeza, “tendremos que preguntar el porqué de esa afirmación”. Esa y otras declaraciones rotundas —“quien dice que es así lo ha de demostrar”— pone a los Mossos al borde de una (nueva) batalla política con la Policía Nacional, con la que arrastra un largo historial de desencuentros. Al cuestionar el trabajo de los investigadores, el consejero abrió la puerta a que otras instituciones critiquen también la labor de los Mossos, que de forma habitual ejercen de policía judicial en Cataluña.
El consejero dijo sentirse “impactado” por el vídeo, aunque solo los golpes en la cabeza son una frontera “infranqueable”. El resto es cuestionable. En el vídeo se ven más cosas: tres rodillazos, dos patadas y otra andanada de puñetazos a Benítez, que está en el suelo y grita. Espadaler acabó defendiendo que esos otros golpes pueden formar parte de una reducción protocolaria y no constituyen una “mala praxis”.
Interior no ha interrogado a los agentes casi un mes después de los hechos
“Queremos llegar hasta el final, pero eso requiere rigor”, dijo Espadaler, que defendió la presunción de inocencia para los policías y aclaró que la investigación interna sigue abierta. Pero, al margen de analizar el vídeo, los Mossos no han hecho mucho más. De hecho, transcurrido un mes ni siquiera han interrogado a los agentes implicados. Según el director general de la policía, Manel Prat, no han querido “interferir en la investigación judicial”.
Espadaler trató de poner distancia entre la reducción policial y el fallecimiento de Benítez. “No muere en la detención, sino en el hospital”. Los hechos ocurrieron a partir de las 22.30 del día 5 y el empresario murió la madrugada del 6. Pero lo cierto es que, ya en la calle de la Aurora de El Raval, perdió el conocimiento cuando lo introducían en el coche patrulla y tuvo que ser reanimado dos veces tras sufrir sendas paradas cardiorrespiratorias. El consejero dijo que no tiene constancia de lo que dos testigos explicaron a la juez: que los Mossos les pidieron las imágenes de lo sucedido y les exigieron borrarlas.
Prat defendió la fiabilidad de la minuta policial sobre el incidente, pese a las contradicciones que han hecho aflorar los testigos. Contra lo que recoge el atestado, esos testigos sostuvieron, entre otras cosas, que la pelea de Benítez con otro hombre ya había acabado cuando llegó la policía y que el empresario no mordió a una mossa cuando esta trató de que se identificase.
“Si el consejero hubiera hecho los deberes, a lo mejor no diría lo que dice”, lamentó el abogado de la familia de Benítez, David Aineto —de Aequo Advocats—, quien criticó que Interior aún no se haya puesto en contacto con la familia para darle el pésame. “Los golpes innecesarios para reducir a una persona no solo son excesivos, sino delictivos”, remachó.
Un 'mosso' expedientado
El Departamento de Interior ha abierto un expediente disciplinario a un agente de la policía catalana que jaleó en las redes sociales los malos tratos policiales a los detenidos en Rusia con la expresión “¡Ole, ole y ole! ¡En Rusia sí que saben tratar a los delincuentes!”. En rueda de prensa, el director de la policía catalana, Manel Prat, explicó ayer que la división de Asuntos Internos (DAI) de los Mossos d’Esquadra ha acordado abrir un expediente disciplinario a este agente al entender que sus comentarios, vertidos en la red social Facebook, no son propios ni tolerables por parte de un funcionario.
Según informó la semana pasada el semanario La Directa, el agente, adscrito a la unidad de seguridad ciudadana de Ciutat Vella, en Barcelona, publicó en su facebook un vídeo —que ya ha sido retirado—, que tituló Ole, ole y ole!! en Rusia sí saben tratar a los delincuentes!!! En las imágenes del vídeo se muestra una violenta actuación de agentes encapuchados de la policía rusa tras un motín en un centro penitenciario en 2008.
Prat aseguró ayer que este tipo de expresiones no entran en los "principios éticos" de la policía catalana ni son compartidas por el cuerpo. Ese mosso, según el semanario, fue el que intervino en la polémica detención del periodista Bertran Cazorla. Él denunció que fue insultado y agredido por los policías que le detuvieron. La policía catalana esgrimió que Cazorla intentó agredir con una llave —algo que él niega— a los agentes cuando salía de la comisaría, motivo por el que le redujeron. Un portavoz policial atribuyó las lesiones que pudiese presentar al forcejeo en el momento de la reducción. Cazorla aseguró que la policía le había propinado una paliza y llevó el caso a los juzgados, donde se dirime.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.