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Tarragona pone candados a los contenedores de los restaurantes

El Ayuntamiento achaca la medida a los “vecinos incívicos”

El Ayuntamiento de Tarragona, gobernado por el PSC, implantará esta semana una medida polémica: instalará candados en los contenedores de los restaurantes de dos barrios de la ciudad, la Parte Alta y el Serrallo. Según el Consistorio, ambas zonas son emblemáticas de Tarragona con una alta concentración de locales de restauración, lo que implica medidas específicas a la hora de proceder a la recogida de residuos. Según la versión oficial, el Ayuntamiento achaca la instalación de candados a que el servicio municipal de limpieza pública ha detectado, desde el inicio de un nuevo sistema de recogida comercial, que algunos “vecinos incívicos” lanzan su bolsa de basura dentro de los contenedores de los restaurantes.

“Esta conducta dificulta la eficiencia del servicio: diariamente se encuentran bolsas de basuras de ciudadanos dentro de los contenedores de uso exclusivo de los restaurantes como si fuesen papeleras móviles, contenedores fijos, o las papeleras de la vía pública, dejando cualquier tipo de residuo o bolsa dentro”, explica el Consistorio; “estas malas conductas dificultan y perjudican el servicio de recogida, aumentan los impropios, molesta a restauradores y a los viandantes”. El Ayuntamiento, sin embargo, no cita como justificación a la instalación de los candados a las personas que potencialmente puedan acudir a rebuscar comida en los contenedores.

El Ayuntamiento de Girona, gobernado por CiU, en agosto del año pasado ya selló los contenedores próximos a los supermercados

Cada establecimiento de restauración dispone de un contenedor y el propietario y los trabajadores de los locales son los responsables de sacarlo a la calle y volverlo a retirar a la hora establecida. Esta semana el servicio municipal de limpieza instalará una cadena en los recipientes de recogida comercial de vidrio y materia orgánica, de manera que los únicos que “podrán abrir y cerrar los contenedores serán los propios restauradores y el servicio de recogida”.

El Ayuntamiento de Girona, gobernado por CiU, en agosto del año pasado ya selló los contenedores próximos a los supermercados. El plan comportó cerrar los contendedores de materia orgánica para que nadie pudiese revolverlos en busca de comida “ante el riesgo para la salud que puede comportar y la alarma social que provoca”, argumentó el Consistorio. A cambio, se acordó que agentes cívicos derivaran a las personas que rondaban por los contendedores a un centro de distribución de alimentos para proporcionales una cesta básica con la colaboración de tres compañías de supermercados. La oposición calificó el plan de operación estética para evitar escenas incómodas.

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