La fuerza interior
JC Brooks alborota al personal con su vozarrón y su conocimiento de los clásicos pese a que amaneció sin voz
Cuatro músicos blancos caldean el ambiente en la Moby Dick con una introducción instrumental: bajo musculoso y adictivo, guitarrazos sincopados, un teclado nervioso que profiere aullidos intermitentes. Son The Uptown Sound, escuderos de un vocalista negro, JC Brooks, cuyo físico no se corresponde con su vozarrón. Brooks es alto, bien plantado e insultantemente joven, lo que le permite poner en funcionamiento caderas y demás articulaciones a velocidades inalcanzables para el común del espectador. Pero no solo alborota al personal, sino que avala un amplio conocimiento de los clásicos, desde Otis a Marvin y al marrullero de James Brown.
Contaban en los mentideros que JC amaneció ayer sin asomo de voz, y él mismo lo acabaría confesando al tercer corte, el palpitante I can see everything. Pero la fuerza interior del soul es, junto a una buena inyección de cortisona, un revulsivo perfecto contra las dolencias. No el único: I got high es una indisimulada alabanza a las virtudes medicinales de la marihuana, y su estribillo en falsete merece desoír por un momento a las autoridades sanitarias.
Aun desprovistos de metales en directo, la formación resulta correosa y efervescente, fiel a esa corriente de nuevo soul que abarca desde Black Joe Lewis a Aloe Blacc. La sorpresa llega con las versiones: divertidísima la de Tainted love e impredecible I am trying to break your heart (Wilco), por aquello de hacer patria: tanto Brooks como Jeff Tweedy son vecinos de Chicago.
FIN
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