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De las gangas al lujo para chinos

La feria inmobiliaria Barcelona Meeting Point abre con la vista puesta en los inversores extranjeros

Clara Blanchar
Un grupo de clientes chinos, comprando una vivienda ayer en Barcelona Meeting Point.
Un grupo de clientes chinos, comprando una vivienda ayer en Barcelona Meeting Point.CONSUELO BAUTISTA

Año tras año, el salón inmobiliario Barcelona Meeting Point deviene una metáfora de los estragos de la burbuja inmobiliaria. Si allá por 2005 las casetas competían en regalar jamón a los visitantes y coches y plazas de aparcamiento a los compradores; y hace dos o tres años el salón se convirtió en la feria de los bancos, que ofrecían pisos embargados a las familias sin trabajo; en esta edición ni siquiera están todos los bancos. Faltan los nacionalizados (Bankia, NovaCaixaGalicia, CatalunyaBanc), que tras transferir sus activos tóxicos, se han instalado con sus comerciales en el expositor de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el llamado banco malo.

En Barcelona Meeting Point, que arrancó ayer, no es que no haya jamón; es que ni bolígrafos regalan las casetas. Y en cambio se visualiza lo que ocurrió con el ladrillo con ejemplos como el siguiente: la caseta del banco malo comercializa un edificio de obra nueva que en su día promovió Amrey, la promotora de quien era el presidente de los promotores catalanes, Enric Reyna. Es decir, Bankia se quedó la promoción de uno de los empresarios que más defendió que el precio de las viviendas nunca bajaría, y más tarde la misma entidad tuvo que transferirla a la Sareb.

Chinos y rusos buscan compras de más de 500.000 euros

La sociedad ha llevado a la feria pisos y casas sobre todo del área de Barcelona, todo “saneado”, nada de viviendas pendientes de embargo u ocupadas, como los edificios ocupados por familias desahuciadas en Sabadell o Salt. Lo más caro son unifamiliares en Cabrils por 689.000 euros y lo más barato, pisos de 30.000 euros en Sant Jaume d’Enveja. En Barcelona, los pisos del Eixample cuestan 420.000 euros. La Sareb ya estuvo la semana pasada en el salón de Valencia y fuentes de la sociedad explican que el comprador que acude a preguntar es sobre todo particular, aunque también hay inversores.

Y frente a la caseta de la Sareb, el espacio destinado a compradores rusos y chinos. Estos últimos llaman interesándose por “pisos de más de 500.000 euros” para conseguir la nacionalidad española, asegura uno de los responsables de la inmobiliaria Amat, Guifré Homedes. En la empresa a los rusos ya les tienen tomadas las medidas: saben qué buscan (primera línea de mar o barrios residenciales), qué quieren (pisos que ronden el millón de euros o de precios más moderados) y quién compra (empresarios).

Pero en Amat con los compradores chinos apenas llevan un año. Les ofrecen productos llave en mano y han aprendido que para ellos las distancias son relativas. “Sant Cugat, a media hora de Barcelona, les parece céntrico”, explica Homedes. Entre el colectivo de inversores extranjeros, también figuran indios y egipcios.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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