Sevilla renuncia a promover viviendas pese a las demandas de 17.000 personas
Emvisesa argumenta en sus despidos que no prevé obras ni rehabilitación
“La única promoción de obras se circunscribe a aquellas que están en ejecución (…) sin que las mismas vayan a ser sustituidas con nuevas promovidas por la entidad, dado que ya en 2012 no se inició ninguna promoción de viviendas protegidas”. De esta forma tan contundente, la empresa municipal de Sevilla Emvisesa, que no respondió al ofrecimiento para aportar su versión, justifica los despidos de trabajadores de la entidad, que ya suman 19, y admite que renuncia a cumplir su función social, que, como reconoce en el mismo documento, es “facilitar el acceso a la vivienda a los niveles de rentas inferiores mediante promoción, venta y alquiler”. Ni obra nueva ni rehabilitación, según el mismo documento del pasado mes, donde se afirma: “Dado el contexto general descrito y la situación particular de Emvisesa, no está previsto rehabilitar ninguna otra zona especialmente degradada”. La lista de demandas de pisos es ya de 17.000 personas.
La sociedad municipal justifica sus argumentos con cifras y admite que, “por condiciones del mercado”, se ha pasado de la venta de 628 viviendas en 2009 a 142 en mayo de 2013. Emvisesa también reconoce que, mientras en 2010 se iniciaron 450 viviendas ni en 2012 ni en 2013 se iniciaron obras por falta de financiación y “por la falta de demanda”.
Según argumenta la empresa municipal, la situación del mercado inmobiliario “no admite la construcción de nuevas viviendas”, ya que la venta ha “caído drásticamente”. Emvisesa se refiere a las posibilidades de compra por parte de los vecinos porque las peticiones de cualquier tipo de solución a los problemas de alojamiento, lejos de caer “drásticamente”, han aumentado en un 50%. De hecho, según la información del Ayuntamiento al Defensor del Pueblo, la demanda ha pasado de 12.190 hace dos años a 16.862 a finales de 2012.
El portavoz del PSOE, Juan Espadas, cree que el alcalde, el popular Juan Ignacio Zoido, vuelve a recurrir con Emvisesa a la estrategia que le ha llevado a la disolución de otras entidades municipales: primero la descarga de contenido y después argumenta que la cierra porque no hace nada o porque no es viable. Sin embargo, le recuerda que prometió la construcción de 1.000 viviendas al año cuando accedió a la alcaldía.
Argumentos y cifras de Emvisesa
"A fecha de hoy, la única actividad de promoción de obras se circunscribe a aquellas que estén en ejecución y que tienen una fecha prevista de terminación a corto y medio plazo (...) No habrá nuevas obras promovidas por la entidad".
"Dado el contexto general descrito y la situación particular de Emvisesa, no está previsto rehabilitar ninguna otra zona especialmente degradada".
En 2009 se vendieron 628 viviendas y se suscribieron 243 contratos de alquiler. En 2012, estas cifras bajaron a 136 y 42, respectivamente.
Hace cuatro años, Emvisesa promovía 245 viviendas. Un año después, la cifra creció hasta 450. Sin embargo, en 2011, el número de promociones bajó hasta 104 y pasó a ser cero en 2012 y 2013.
La empresa municipal, según informó al Defensor del Pueblo, cuenta con 900 familias en situación de impago y ha entablado procedimientos judiciales contra 63.
Espadas lamenta que a esta situación se llega después de que la empresa municipal de la capital andaluza llegara a presidir la Asociación Española de Promotores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS) por ser la entidad local europea que más vivienda de protección oficio construyó.
“Cuando llegó Zoido”, añade el dirigente del principal partido de la oposición, “se dedicó a hacer una razia que ha supuesto 19 despidos entre los que ya hay dos nulos y cuatro improcedentes. Lo justificó en una sobredimensión, pero está claro que no lo era cuando se hacía el mayor número de viviendas de España”.
A cambio, según los socialistas, no hay nada. Zoido, aseguran que ha renunciado a presentar un plan municipal de vivienda y con ello está perdiendo financiación de los Gobiernos central y autonómico para actuaciones en este ámbito.
Tampoco están resolviendo el problema social. El desmantelamiento de Otainsa, la sociedad municipal que gestionaba las viviendas en régimen de alquiler temporal para mayores y para los casos de emergencia social, no se ha compensado, en opinión de Espadas, con un servicio que de respuesta a estas necesidades, pese a su aumento por la crisis. A esta situación se suma que Emvisesa dispone de 300 viviendas vacías mientras se multiplican las demandas de alojamiento.
Emvisesa, a falta de obras, vende la culminación de un proceso programado durante el anterior mandato y finalizado en 2013. Se trata de la rehabilitación de la zona degradada de Nuevo Amate, que supuso el desalojo temporal de 196 vecinos, la reforma integral de la zona y el realojo de la población que ha decidido retornar a sus viviendas. Ahora afirma que volverá a repetir el proceso en Los Pajaritos y que esta será la principal obra de la empresa municipal. Sin embargo, en las cartas de despido al personal que formaba parte de Emvisesa se les advierte de que, una vez concluido el proceso de Nuevo Amate, “no existen tareas suficientes” para mantener los puestos de trabajo. Y añade: “Dicha situación se agrava notablemente si se tiene en cuenta que, dado el contexto general descrito y la situación particular de Emvisesa, no está previsto rehabilitar ninguna otra zona especialmente degradada”.
Esta argumentación forma parte de las “causas productivas” que justifican los despidos municipales. Sin embargo, se contradicen con el anuncio del propio Zoido sobre el Plan de Rehabilitación de Los Pajaritos, que incluye el derribo y reconstrucción de 524 viviendas municipales para duplicar sus superficies y las zonas verdes. El proceso es similar al de Nuevo Amate: un edificio puente de nueva planta alojará temporalmente a los beneficiados, para los que aseguró contar con financiación del Gobierno, pese a que no consta en los presupuestos.
A los ocupas, ni agua
Aunque la demanda de compra de viviendas ha bajado, como argumenta Emvisesa en sus cartas de despido para justificarlos, las necesidades de la población de Sevilla han crecido y rondan ya las 17.000 peticiones de alojamiento protegido en cualquiera de sus formas. Sin embargo, Emvisesa mantiene unos 300 pisos vacíos que no vende, pero que tampoco destina a cubrir las necesidades.
Sonia y Raquel, como prefieren ser identificadas, son dos mujeres que no pudieron esperar más ni soportar la presencia de un edificio público desocupado en la calle Medina Galnares. Habían pedido alquileres o soluciones provisionales, pero ante la falta de respuesta, optaron por ocupar un piso.
Sonia, casada, con un hijo y embarazada, llegó hace casi dos meses. Limpiaba establecimientos, con lo que sacaba no podía pagar más el alquiler de la vivienda que ocupaban y no encontraba respuestas municipales. Afirma haber recibido ya una carta de desalojo.
Su compañera Raquel sigue parada, igual que su pareja. También pidió un alquiler social, pero no hubo respuesta. Ocupó y tiene una cita judicial para el 7 de noviembre por esta acción.
Ante la ocupación del inmueble, les cortaron el suministro de agua, pese a la presencia de menores y el próximo parto de Sonia. Finalmente han tenido que recurrir a una toma provisional realizada por cuenta de los vecinos con el fin de garantizar un mínimo de higiene. La mujer asegura que le han impuesto una sanción de 2.500 euros.
“El problema es que hay pisos vacíos pese a las necesidades de alquiler social que hay. Pero Zoido no quiere saber nada de esto y su insensibilidad es demoledora. Mientras, Emvisesa sigue empeñada en vender los pisos para hacer caja en vez de dedicarlos a alquiler social. Es intolerable”, afirma el portavoz del PSOE, Juan Espadas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.