Condenado un ‘mosso’ por vejar y agredir a una estrella del boxeo
El agente deberá pagar una multa e indemnizar a 'Loli Sugar'
La Audiencia de Barcelona ha confirmado la condena a un agente de los Mossos d’Esquadra, Víctor B., por vejar y lesionar a una funcionaria de prisiones cuando intentaba ligar con ella en un bar del barrio de Gràcia (Barcelona). La víctima, sin embargo, no es una funcionaria cualquiera: es Dolores Muñoz, alias Loli Sugar, una primera espada mundial en multitud de modalidades de lucha —kickboxing, fullcontact, thayboxing— que respondió a la actitud “prepotente, ofensiva y provocadora” del mosso con “una patada en los genitales”, según la sentencia.
El tribunal, presidido por el magistrado Santiago Vidal, ha rechazado el recurso que interpuso el policía contra la sentencia inicial, que le condenó a pagar un total de 420 euros en multas por una falta de lesiones, otra de vejaciones y una más de ofensas a agentes de la autoridad. El mosso también deberá indemnizar a la campeona de lucha —representada por el abogado Javier Rodrigálvarez— con 433 euros por las lesiones que le causó.
Los hechos ocurrieron hace dos años en el bar Abuelo, en Gràcia. Víctor B. se acercó a la barra para flirtear con la funcionaria y una amiga. Las rozó. Ellas se alejaron, pero el hombre no se tomó bien el fracaso y prosiguió su asedio. “Puso las manos encima del cuerpo de una de ellas, mientras hacía gestos ostensibles con su mano sobre los genitales”, recoge la resolución, a la que ha tenido acceso este diario.
A Loli Sugar no le tembló el pulso y, para “disuadirle”, le enseñó la placa de funcionaria. En lugar de amedrentarse, el mosso le golpeó en el cuello. La campeona reaccionó y le dio un puntapié en los genitales. Después llamó a la policía. Vidal considera que la funcionaria actuó en legítima defensa y rechaza la versión del mosso en el sentido de que su reacción fue “desproporcionada”.
El tribunal tampoco acepta otro de los argumentos del policía: que no hay pruebas de lo ocurrido y que es su versión contra la de la funcionaria. Pero los magistrados señalan que hay otros testigos que corroboran la agresión: la amiga, que estaba con ella en la barra; dos empleados del bar y dos agentes de los Mossos que acudieron al local tras recibir el aviso. Según declararon en el juicio, Víctor B. “se negaba a obedecer sus órdenes y les amenazaba verbalmente con consecuencias disciplinarias si continuaban su intervención”, dado que era el más veterano.
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