Un 23% del alumnado de Secundaria no lee nunca, según datos de Educación

El alumnado de Educación Primaria de la Comunidad Valenciana supera en hábitos lectores al de la Secundaria Obligatoria (ESO), según los datos de la evaluación diagnóstica correspondiente al curso 2012-2013 que este lunes ha avanzado la consejera de Educación, María José Catalá. Mientras sólo un 11,33% de los primeros declara no leer nunca, en la ESO esa proporción alcanza casi un 22,75%. Se da la circunstancia de que en secundaria hay libros de lectura obligatoria.

Más de 96.000 alumnos de cuarto de primaria y segundo de la ESO participaron el curso pasado en estas pruebas, cuyos resultados serán dados a conocer más ampliamente los próximos días, según ha anunciado la consejería. Català ha recordado que los datos de la evaluación diagnóstica muestran “el nivel de competencias adquiridas por los alumnos y sirve de guía, tanto a los centros como a la administración, para establecer planes de mejora”. También aparecen mejor situados los más pequeños en cuanto a mayor frecuencia lectora. Un 19,8% asegura que lee todos los días, algo que solo reconoce el 9,6% de los alumnos de segundo de la ESO.

La consejera ha destacado como uno de los datos más significativos del informe, precisamente, los resultados obtenidos en las pruebas en función de los hábitos de lectura del alumnado. En Secundaria la diferencia llega a ser de hasta 60 puntos (entre 540 y 480) y en Primaria, de 56 puntos (entre 521 y 465). La mayoría (un 51,7% en Primaria y un 40,25% en Secundaria) dijo leer algunos días, mientras que el 17% de los pequeños y el 27,3% de los mayores declaró leer solo cuando le apetecía.

La consejera ha aprovechado para poner en valor el llamado contrato familia-tutor, con el que su departamento quiere que "la familia apoye al centro escolar para que los alumnos comiencen a leer desde la etapa de Educación Infantil a través del Plan Lector". El mencionado contrato se podrá firmar entre el tutor del alumno, el alumno y la familia de éste, para comprometer a las tres partes a cumplir unos objetivos y acciones concretas que permitirán estimular, apoyar y hacer seguimiento del proceso educativo del alumno. La normativa facilita modelos de acuerdo, en función de las diferentes etapas educativas.

Entre los acuerdos a los que se podrá llegar con las familias se establece, por ejemplo, que en Infantil los niños tengan que leer cuentos a lo largo del curso, o que los padres de los alumnos de Secundaria se comprometan a comprar la prensa varias veces a la semana y a leerla con sus hijos.