El juez envía a prisión al acusado de matar al farmacéutico jubilado
El fiscal acusa al joven de asesinato, incendio, robo con violencia y atentado contra la autoridad
Alexandrus Marius Luca, un prostituto rumano de 18 años, reconoció en su declaración ante la Policía Nacional que mató a puñaladas a Tomás Milia, un farmacéutico jubilado de 72 años residente en Ourense, tras una acolarada discusión por el precio de los servicios sexuales contratados según consta en la instrucción policial remitida al juez. El joven, detenido en los calabozos de la comisaría ourenana desde la mañana del pasado sábado, ha sido enviado a prisión comunicada sin fianza por orden del juzgado de instrucción número 1 de Ourense tras prestar declaración a media tarde del lunes. El fiscal acusa al prostituto de asesinato (u homicidio en su defecto), incendio, robo con violencia y atentado contra la autoridad, lo podría sumar hasta 40 años de prisión. El juez mantiene el secreto de sumario para seguir investigando los hechos.
El acusado se ha acogido a su derecho a no declarar mientras no se levante el secreto de sumario según ha manifestado su abogado, Eduardo Mazaira. El letrado explica que “desconocen cuáles son las pruebas de cargo” contra su cliente recogidas en la instrucción policial practicada desde su detención. Además ha manifestado que el joven tiene intención de cambiar la primera declaración ante la policía en la que reconoció ser el autor de los hechos investigados. Alexandrus Marius Luca, que residía en Ourense desde hace dos años y al que le constaban dos detenciones por delitos menores, también explicó a los agentes el fin de semana que no era la primera vez que mantenía relaciones con el hombre asesinado y que se conocían de otros encuentros profesionales anteriores. El joven acusado de asesinar e intentar quemar al jubilado tras acuchillarlo en la cama y depositarlo después en la bañera, todavía anuncia sus servicios en una página de internet. Fue detenido la madrugada del pasado sábado tras atropellar a un agente de la policía durante una persecución por las calles de la ciudad ourensana, cuando los agentes aún no sabían que había acuchillado y plantado fuego a la vivienda del farmacéutico jubilado con la intención de destruir posibles pruebas.
La policía mantiene abiertas dos líneas de investigación. La primera de ellas centra sus pesquisas en la supuesta discusión causada por el precio de los servicios sexuales del joven rumano, que habría provocado el apuñalamiento poco después de las diez de la noche tras negarse a pagarle lo acordado en una conversación telefónica previa. Los investigadores también indagan un posible móvil económico relacionado con el patrimonio del asesinado.
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