Un estudio de la UB aconseja abrir el comercio ocho nuevos festivos

Los grandes grupos comerciales presionan para poder abrir sus tiendas en Barcelona durante más días al año. Y el pequeño comercio, con algunas excepciones, rechaza de plano esa liberalización. De la posición oficial del Ayuntamiento de Barcelona poco se sabe. La única evidencia es que intenta no pisar callos y que, antes de tomar una decisión, buscará que partidarios y detractores alcancen un cómodo consenso. Por el camino se ha comprometido a darles elementos que contribuyan a encontrar una solución conjunta, como hizo ayer. Presentó un informe encargado a la Universidad de Barcelona (UB) que aconseja adaptarse parcialmente a la normativa estatal y duplicar el número de festivos: pasar de los ocho actuales a 18, pero seleccionando muy bien qué días.

La principal conclusión del estudio, según dijo la concejal de Promoción Económica, Sònia Recasens, es la demostración de la “viabilidad” de abrir el comercio más días y “que no se cambien las pautas del consumo”. Es decir, que el comercio de proximidad no pierda más porción del pastel. El director del informe, Jordi Suriñach, explicó la fórmula mágica: si se concentran los nuevos domingos de apertura entre los meses de junio y septiembre se aprovecha el tirón turístico y no se modifican las pautas de consumo de los compradores locales.

Suriñach remarcó la necesidad de que Barcelona potencie su capacidad para generar turismo de compras. Buscar la vía para aproximarse a grandes capitales como Londres, París y Nueva York —o Madrid—, tras evidenciar la gran restricción comercial existente en Barcelona, equiparable a la belga y tan solo superada por Austria y Chipre.

El estudio firmado por el Laboratorio de Transferencia en Economía Aplicada de la UB incluye varias proyecciones sobre el impacto económico y de generación de empleos de una supuesta liberalización comercial. Señala, por ejemplo, que ampliar el actual calendario con dos o con cuatro festivos más apenas aportaría más negocio. El volumen llega a partir de los ocho días. Es entonces cuando, según las estimaciones, se podría llegar a elevar la facturación entre 4,5 millones y 98 millones de euros, mientras que se podrían llegar a crear 419 empleos. El problema es cómo conseguir que ese impacto supuestamente positivo no se convierta en un problema para el pequeño comercio, incapaz de competir en igualdad de condiciones con los grandes grupos de distribución por falta de recursos.

Por ello, el informe recomienda abrir 10 festivos más y concentrar estas aperturas en los meses de verano. Si es así, las tiendas de proximidad incluso podrían apuntarse entre 1,6 millones y 17,3 millones de euros de más ventas. Pero si se plantean las aperturas en otros periodos, el pequeño comercio podría incluso perder facturación en favor de los grandes operadores. El pronóstico es todavía más agorero cuando se plantea un aumento de festivos de más de 22 días, un escenario que solo beneficia al gran comercio.

Junto a esos nuevos festivos preparados en verano, el estudio también aconsejó que los actuales festivos en los que se pueden abrir se adapten a fines de semana en los que Barcelona celebra grandes eventos. Ya sea el Mobile World Congress, el premio de fórmula 1 de Montmeló o aquellos días en los que se prevé que recalen en el puerto de Barcelona un gran número de cruceros. Recasens aseguró que esa es una demanda que el comercio ya ha puesto sobre la mesa.

Pese a todo, la concejal aseguró ayer que la aplicación del decreto liberalizador del Estado —recurrido en el Tribunal Constitucional por la Generalitat— no consta en la agenda del Gobierno municipal, así como tampoco figura ninguna intención de crear una zona turística de libertad total de festivos, como también manda el Ministerio de Economía.