Las aerolíneas de bajo coste copan dos de cada tres asientos de El Prat
Barcelona tiene el cuarto aeropuerto europeo por número de pasajeros que no hacen escalas
El aeropuerto de El Prat es sinónimo de bajo precio. Las compañías baratas han tomado sus instalaciones hasta el punto de ofertar dos de cada tres asientos de vuelos con origen o destino en Barcelona. Vueling, Ryanair y Easyjet están detrás de ese fenómeno, que sería imposible de entender si no fuera por el imán turístico que supone la capital catalana. Es ese contexto el que ha permitido el paulatino crecimiento de El Prat, que el pasado mes de agosto contabilizó 3.905.840 pasajeros y superó por primera vez en la historia al aeropuerto de Barajas.
El último Observatorio de Tráfico Aéreo de Barcelona, elaborado por la Cámara de Comercio, confirma esa dependencia de El Prat de las low cost. Con el tiempo, Barcelona se ha erigido en la tercera ciudad del mundo con mayor oferta de plazas baratas. Sus poco más de 600.000 plazas ofertadas en esa categoría solo fueron superadas en los aeropuertos de Jakarta y Kuala Lumpur, si bien el peso relativo del 66% es superado en otros aeropuertos fuertemente especializados en el bajo coste. Es el caso de Bangkok y Stansted, donde las compañías tradicionales apenas cubren un 1% de la oferta.
Según el informe, la gran presencia de aerolíneas como Vueling o Ryanair ofrece “niveles de precios muy competitivos”, lo que permite mantener una alta demanda en época de crisis y que las compañías apuesten por mantener crecimientos compartiendo riesgos. En cambio, Iberia redujo su peso en El Prat un 25% entre enero y junio.
Esa coexistencia de low cost ha creado otro escenario en el que El Prat sobresale respecto al resto de aeropuertos europeos. Fue el cuarto aeropuerto con mayor número de pasajeros de origen y destino, es decir, que no efectuaban escalas. Ese ranking presupone dos cosas: La clientela de Barcelona se encuentra mayoritariamente en Europa y existe un potencial mercado de conexiones en Barcelona que no estaría todavía cubierto, lo que puede servir de acicate para la llegada de otras aerolíneas pensando en el largo radio, el gran déficit de El Prat.
“Barcelona tiene un alto nivel de demanda intercontinental no servida y además sigue sin tener una compañía aérea con base en Barcelona para vuelos de larga distancia”, señala el observatorio, que señala que las operadoras de “nueva generación” podrían acometer ese segmento de rutas “en un futuro cercano”, de lo que podría beneficiarse Barcelona gracias a su alta presencia.
Hasta junio del pasado año, el aeropuerto de El Prat se situaba en la décima posición de la clasificación aeroportuaria europea por número de pasajeros, después de ser superada por las instalaciones londinenses de Gatwick.
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