Del 1714 a la Champions
Concierto de música barroca inspirado en la novela "Victus", de Albert Sánchez Piñol
Las orquestas sinfónicas no tocan habitualmente música barroca. Desde el triunfo del movimiento historicista con instrumentos de época, las formaciones sinfónicas de toda la vida apenas se atreven con este repertorio, actualmente en manos de conjuntos especializados. Por eso hay que reconocerle valor, no exento de temeridad, a la Simfònica del Vallès al embarcarse en un proyecto barroco con coartada literaria: Victus 1714, un concierto de música barroca inspirado en la novela Victus, de Albert Sánchez Piñol, que pretenden llevar de gira por Cataluña al hilo de los fastos del Tricentenario. La adhesión entusiasta del público, que no llenó el Palau de la Música, equilibró la balanza por la vía emocional, pero a nivel musical y de estilo, no salieron victoriosos del empeño barroco.
El concierto, con dirección escénica de Jordi Oriol, alterna la interpretación de obras barrocas con lecturas dramatizadas de fragmentos de la novela. Como espectáculo, sencillo, tiene buenos momentos —la proyección de palabras y siluetas sobre los tubos del órgano del Palau fue un acierto—, pero no acaban de funcionar ni la selección musical, ni la adaptación de textos, realizada por Jordi Cos, presidente de la orquesta.
Meter en el mismo saco piezas corales del siglo XV, aunque sean del gran Janequin, cantatas de Bach ligadas al ámbito luterano, una pieza orquestal de Gluck, el Aleluya de El Mesias o el Cant de la Senyera, nos da idea del pobre rigor histórico-musical de la propuesta.
Victus 1714
Orquestra Simfònica del Vallès.
Cor Madrigal. Director: Rubén Gimeno.
Palau. Barcelona, 21 de septiembre.
Del retrato musical de la Barcelona de 1714, se salvan las piezas de Francesc Valls, Caldara, Corelli y Vivaldi, y El cant dels ocells, en esta ocasión con la letra con que se dio la bienvenida al archiduque Carlos III en la Ciudad Condal. Como último cartucho del viaje musical tras la batalla, sonó el himno anglicano escrito por Händel para la coronación de Jorge II de Inglaterra, Zadok, the Priess, pieza que inspira el himno de la Champions: no deja de tener su morbo escuchar una música que las generaciones de hoy asocian con las victorias del Barça. Las buenas intervenciones del Cor Madrigal elevaron el listón de calidad. Las lecturas dramatizadas tampoco acaban de funcionar, lastradas por una deficiente amplificación y sin vida teatral.
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