El pasaje olvidado se llena de arte
Más de 60 creadores ocupan el desierto pasadizo de Fuencarral con un proyecto artístico y de transformación urbana
Pocos conocen su existencia porque se oculta bajo la cochambre y la desidia. Salvo en horario comercial, en el que una única tienda sobrevive al olvido, sus rejas grises permanecen cerradas al público. Sin luminosos ni reclamos, el pasaje de Fuencarral 77, que comunica esta calle con Corredera Alta de San Pablo 10, esconde una singular arquitectura vanguardista de los cincuenta, un pavimento de caballitos de mar y una agradable luz cenital al estilo de las galerías milanesas. El tiempo se ha parado en los fantasmagóricos escaparates de sus locales comerciales y oficinas, que siguen anunciado gafas modernas, revelados fotográficos en tan solo 48 horas y anuncios por palabras.
El llamado Pasaje Mutualidad y conocido popularmente como el pasadizo, propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social, se abrió en 1956 para comunicar lo que hoy son Malasaña y Chueca y vivió sus años dorados en los sesenta y setenta. De seis plantas de unos mil metros cuadrados cada una, el edificio está protegido por el Ayuntamiento de Madrid por su singular diseño. Alberga 13 establecimientos cerrados, la heroica superviviente joyería Monge, varias oficinas de asociaciones, dos portales de apartamentos y un anfiteatro con 100 butacas.
Ahora, un grupo de artistas, patrocinados, entre otros organismos y empresas, por la Embajada de Alemania en Madrid, se han propuesto revitalizar la galería mediante un proyecto artístico y de transformación urbana. Se trata de una exposición temporal de arte contemporáneo que invade el espacio público e invita a pensar al caminante.
Titulada Espacio e Identidad, agrupa a 69 artistas de 12 países, entre los que se encuentran tres premios nacionales españoles —Alfredo Alcaín, Isidoro Válcarcel Medina y Juan Carlos Mestre—. Los artistas ocuparán durante un mes las tiendas vacías, el patio central y los corredores que conectan las dos entradas de la galería con esculturas, pinturas, instalaciones artísticas, videoarte, fotografía y performances relacionados con el tema de la muestra.
¿Qué tiene que ver Alemania en todo esto? Todo. “Mi amigo Max Meier, del departamento de Cultura de la Embajada, me pidió que le planteara un proyecto para Madrid y yo le lancé un órdago a lo grande. Le hablé del pasaje, que yo había visto en uso, y el tema de la muestra surgió durante una visita al espacio, estaba ahí”, explica la coordinadora artística de la exposición, la pintora Almudena Mora.
“Los primeros pasajes se proyectaron al amparo del desarrollo industrial como espacios dedicados al culto a la mercancía y son predecesores de los centros comerciales actuales, ante los que surge la necesidad de reivindicar el yo frente a la uniformidad y a un sistema que nos aniquila”, reflexiona la coordinadora.
Para la base teórica, contó con la ayuda de la poeta Noni Benegas, que le habló del pensamiento desarrollado por el filósofo alemán Walter Benjamin (1892-1940) en su obra Libro de los pasajes. A partir de ahí, un año de trabajo para conseguir los permisos y la nómina de artistas “tirando de amistades, de personas con las que ya había trabajado o de gente a la que sigues y admiras a los que convences con el proyecto en la mano”.
De ellos destaca su gran generosidad, ya que todos “colaboran por amor al arte”. Llevan mes y medio trabajando in situ y solo les ha faltado dormir allí. “Los vecinos han alucinado, no paraban de preguntar que qué era aquello, que si se iba a recuperar al fin la galería”, comenta.
La muestra se inauguró anoche con 300 invitados y la actuación de los performers Yolanda Pérez Herreras, Nieves Correa, Abel Loureda, Pepe Murciego y Edmundo Torres e incluye otras actividades como visitas guiadas por los propios artistas y organizadores de la exposición, talleres para niños y jóvenes, actuaciones musicales y teatrales y conferencias.
“Ojalá quede algo después de todo esto, hemos planteado a la Dirección General de Patrimonio de la Seguridad Social repetirlo el año que viene y nos ha dicho que sí”, avanza Mora, que incluso sueña con un laboratorio estable de arte y de talleres para Malasaña. “El barrio, excesivamente comercial y de fachada, lo necesita”, concluye.
Espacio e identidad. Fuencarral 77. Hasta el 20 de octubre, de jueves a domingo de 11.00 a 14.00 y de 17.00 a 21.00. Entrada gratuita. Más info: Página de la muestra en Facebook, web de la Embajada de Alemania y el blog de la muestra.
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