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Escenario político convulso para un enemigo de la bronca

Partidario del diálogo y de cultivar la distancia corta, algunos compañeros socialistas le acusan de ser demasiado tibio con el PP

En 2007, pocos días después de acceder a la presidencia de la Diputación de Lugo, un ujier llevó al despacho de José Ramón Gómez Besteiro un aviso en un papel sobre una bandeja de plata con un lazo, siguiendo las costumbres de su antecesor, el sempiterno barón popular Francisco Cacharro Pardo. Besteiro preguntó al funcionario si no había correo electrónico y le recomendó que a partir de entonces aparcase la bandeja. Su estancia de seis años en el Pazo de San Lorenzo evidenció señales aperturistas para intentar dejar atrás el viejo régimen: los jardines de la institución se abrieron por primera vez para que pudieran pasear por ellos (y navegar por Internet) todos los lucenses.

Ambas anécdotas resumen la obsesión de este abogado de carrera —que en noviembre cumplirá 46 años— por estar cerca de la gente. Le viene de su debut político en 1999, cuando se estrenó en una campaña electoral yendo puerta por puerta a presentar el proyecto socialista de su entonces jefe, Xosé Clemente López Orozco. Patear todos los barrios y escuchar a la gente, no se cansa de repetirlo, llevó al PSOE (tras pactar con el BNG) a la alcaldía de una ciudad que esperaba otro Gobierno de derechas. Y a él, muy pronto, a la concejalía de Urbanismo. Allí aprendió los entresijos de una coalición, una lección muy útil que le ha servido para mantener sin sobresaltos desde 2007 la Diputación de Lugo junto a sus socios nacionalistas.

Enemigo de la confrontación y la bronca, partidario del diálogo y la distancia corta que cultiva sin disimulo, algunos compañeros le acusan de ser demasiado tibio con el PP. Y de pactar con la Xunta de Feijóo decisiones muy polémicas como el destino de fondos públicos para arreglar el desaguisado urbanístico de Barreiros o la gestión privada de los parques de bomberos.

Durante la campaña de las primeras primarias para elegir secretario general de la historia del PSdeG escenificó un giro a la izquierda. Pero que nadie espere competencia para Xosé Manuel Beiras: Besteiro repite que el PSOE es un partido de Gobierno y que las estridencias solo dan fotos en los periódicos. Su estilo de oposición, desde fuera del Parlamento, es una incógnita. Otra más. Que se disipará a partir de octubre.

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