Natural de Alonso Martínez
El modista, cada vez más sumergido en el figurinismo teatral, reivindica plazas, librerías, bares, tiendas y espacios insólitos de su barrio, del que sale para ver teatro en La Casa de la Portera
1. Santa Bárbara/ Alonso Martínez. No concibo un fin de semana sin un paseo por el corazón de mi barrio, a pesar de que la plaza de Santa Bárbara ha sufrido con resignación la desoladora reforma de Ruiz-Gallardón y sus retorcidos arquitectos… Desayuno en la cafetería Santander la mejor porra de Madrid; compro el periódico a Manolo y Mari del quiosco que hay enfrente; ojeo algún ejemplar en la librería de viejo Santa Bárbara, en el centro de la plaza; tomo algo en la terraza Paris Avenue; meriendo en Häagen Dazs con su dueño, Chechu; o recojo a algún amigo de paso por Madrid en el NH Embajada.
2. Casa Florida. Es un placer empezar el fin de semana enviando flores a alguien que quieres y así pasar un rato con Beatriz, su alma y dueña, en este rincón delicioso al margen del tiempo y de las modas. Sus composiciones son tan bonitas que a veces me las envío a mí mismo! (Marqués de Riscal, 12).
3. Librerías Antonio Machado. Tanto monta, monta tanto. Lo que no encuentro en una, lo encuentro en la otra. Y las dos atendidas por libreros de los de antes, que conocen tus gustos y te indican y aconsejan con criterio. Y las dos en el barrio. (Fernando VI, 17 y Argensola 13).
Puntadas con mucho hilo
Lorenzo Caprile (Madrid 1967) se dio a conocer como modista de conocidos personajes después de formarse y colaborar durante años con conocidas firmas internacionales. Ahora suma a su trayectoria profesional ser un destacado vestuarista de teatro, labor por la que acaban de concederle el Premio Ceres al mejor Figurinista del año, que le entregarán en el Teatro Romano de Mérida el próximo día 29.
4. Lomography. Soy lomógrafo desde hace años, y tengo una fish eye muy graciosa de Hello Kitty que parece de juguete. Soy un poco nostálgico en estas cosas. Aquí revelo carretes y estoy al tanto de cursos y talleres (Argensola, 1).
5. Fucsia Vintage. En esta tienda tan encantadora como sus dueñas, María Luisa y Pepa, me dejo los ahorros comprando ropa vintage para mi colección privada. He encontrado aquí auténticos tesoros: desde insólitos tocados de una diva de revista hasta vestidos joya bordados por el maestro Pedro Rodríguez. (Viriato, 51).
6. Palma Papel. Cualquier excusa es válida para ir a saludar a Cristina, en el corazón de Malasaña, y llevarme a casa un cuaderno, una agenda o cualquiera de sus carpetas hechas a mano. Otra papelería que es mi debilidad es Casa Vales (Palma, 34 y Fernando VI, 14, respectivamente).
7. Popurridefua. Los objetos más curiosos para decorar a precios anticrisis. Y también las pinturas chalk paint, de la firma inglesa Annie Sloan, y todo tipo de cursos y talleres para aprender a usarlas. (Travesía de Belén, 2).
8 El Bogotá. El restaurante más popular del barrio… ¡Por algo será! Hay que llegar muy pronto porque se llena. Y no es raro encontrar a personajes variopintos mezclados con esa naturalidad tan madrileña: Juana de Aizpuru al lado de una abuelita del barrio con sus nietos… Comida casera a precios caseros (Belén, 20).
9. Lo Siguiente. La primera copa de la noche y un pincho glorioso en este local hipster con gente joven y guapa. Lo mejor: sus croquetas y los brunch del domingo que son sencillamente sabrosos y espléndidos. Lo alterno con el Bistrot Bla Bla Bla donde también hay unos brunch para chuparse los dedos (Fernando VI, 11 y Prim, 13).
10. La Casa de la Portera. Mis queridos amigos Jose y Alberto me sorprenden cada vez que voy con nuevas y arriesgadas propuestas que están revolucionando la escena teatral madrileña. No os perdáis el último montaje que he visto allí, La Visita (calle Abades, 24).
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