Las fieras se quedan en el banquillo
Vitoria se convierte en la primera capital vasca que veta los animales salvajes en el circo Se suma a las principales ciudades catalanas en esta prohibición Tigres y elefantes descansan mientras sigue el debate entre defensores y detractores
Animales salvajes sí, pero solo por la televisión o en las jaulas que descansan junto a la carpa del circo. Se acabaron los tigres que atraviesan un aro en llamas y los desayunos de los elefantes en pleno centro de la ciudad. Vitoria se ha convertido en la primera capital vasca que impone mano férrea a los espectáculos con animales salvajes a través de una ordenanza municipal que prohíbe esas exhibiciones y, al mismo tiempo, permite las que están protagonizadas por animales domésticos, entre los que se contabiliza a los toros. Tarragona fue la última de las capitales catalanas en prohibir las fieras en el circo.
La ordenanza acaba de terminar su fase de alegaciones y sus efectos normativos en este caso no se dejarán sentir hasta 2014. Pero la unanimidad que existe entre los partidos del Consistorio vitoriano ha impulsado al Ayuntamiento a poner en práctica la medida más mediática de cuantas incluye, el veto a los animales salvajes. Lo ha hecho denegando la licencia al Gran Circo Mundial, que esta semana despliega, fiel a su cita anual desde hace 28 años con los fanáticos del circo, su carpa a las afueras de Vitoria con motivo de las fiestas de La Blanca. Frente a los carteles de otras ciudades por las que han pasado, en las que se muestran las fauces de los tigres, en Vitoria esta estampa ha sido sustituida por otra, la del hombre de acero, que “domina los láseres galácticos con sus manos y ojos”.
“Es una tontería quitar animales salvajes del circo y mantener los toros”
Javier Colmenero señala con su hijo de dos años en brazos que “es una tontería quitar los animales salvajes del circo y mantener los toros”. Su mujer, que pese a la falta de fieras en el espectáculo llevará a la hija de ambos, de cuatro años, recuerda que en la arena circense no se matan animales, como sí ocurre en el ruedo. Son una de las muchas familias que se están acercando a los aledaños del circo, donde dormitan las fieras bajo la atenta mirada de los más pequeños. Paco Salas, director artístico del circo, señala que ocho de cada diez personas les preguntan por los animales. La respuesta es que solo los caballos y los perros amaestrados pueden realizar sus correspondientes números. Mientras, los tigres dorados, los elefantes hindúes y los camellos siberianos aguardan a viajar a Bilbao para poner en práctica los cuatro números de bailes y acrobacias que protagonizan y que la capital vasca ha vetado.
Ante esta respuesta, “igual un 40% se echa atrás”, se lamenta Salas. La entrada se está resintiendo, pese a que el viernes pasado la luminosa taquilla lucía un “entradas agotadas”. “Es como un Barça-Madrid en el que dejas a los titulares en el banquillo, descafeinado para el amante del circo; puede que ganes el partido, pero no es lo mismo”, compara mientras resalta que habla a título personal.
Salas muestra su “desencanto” porque “a 40 kilómetros trabajamos con normalidad, en Bilbao nos reciben y se fotografían con los animales; en Vitoria los rechazan”. “Ante la unanimidad entre los políticos hay poco que decir, pero yo no la veo en la ciudadanía”, reflexiona. El director artístico asegura que los animales están bien cuidados y se muestra partidario de que las instituciones realicen los controles necesarios para cerciorarse de ello.
La ley prohíbe forzarles a tener conductas “impropias” a su condición
Unas autoridades que el portavoz la Asociación para un Trato Ético con los Animales, Kepa Tamames, no tiene reparos en asegurar que “mienten” y cuyos veterinarios “ayudan a incumplir la ley” al basarse en criterios higiénicos y sanitarios a la hora de dar el visto bueno al estado de los animales. Una ley de 1993, recuerda, prohíbe “imponer” a los animales actitudes “impropias” a su condición. Tamames, que la pasada semana criticó la carrera de burros que tradicionalmente organizan los blusas en el preludio de las fiestas, defiende la ordenanza como fruto de un trabajo entre las asociaciones animalistas y técnicos municipales durante dos años.
Vitoria es la primera ciudad vasca que asimila estas prohibiciones, en lo que Tamames considera “una de las ordenanzas más avanzadas de Europa”. En Cataluña, las prohibiciones para los circos son más suaves, indica el director artístico del circo, que subraya que la medida es excepcional y niega que se vaya a extender porque “afortunadamente hay muchos políticos que comparten que es un espectáculo cultural”.
Tamames opina justo lo contrario, que Vitoria sigue la estela de otros 130 municipios y no descarta que otros se sumen gracias a grupos de presión como el suyo. Y defiende: “los circos que más éxito tienen son los que no tienen animales, como el Circo del Sol; es el circo más ético”. Ahora, solo queda saber qué cambio de la ley de 1993 impulsará el Gobierno vasco en el primer semestre de 2014, que busca “ampliar la protección” de animales domésticos, los utilizados en espectáculos y los de experimentación. Su portavoz, Josu Erkoreka, descartó a los toros.
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