Un guardia civil, detenido por causar 19 incendios forestales en Madrid
El agente aprovechaba sus días libres para pegar fuego a los montes
Un joven guardia civil aprovechaba presuntamente sus días libres para provocar incendios. Es sospechoso de haber causado 19 fuegos forestales en la Comunidad de Madrid desde el pasado 17 de julio. Una juez ha ordenado este viernes su encarcelamiento.
El agente Enrique E. L., de 30 años, destinado en el cuartel de Navas del Rey (Madrid), ha ingresado en prisión provisional comunicada y sin fianza, después de que fuera detenido la noche del pasado jueves por agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona). Está acusado de haber causado al menos 19 fuegos en la zona de la sierra suroeste de Madrid, en especial desde el pasado 17 de julio. Fueron sus propios compañeros de cuartel los que sospecharon de él al ver que actuaba de una forma rara en las últimas semanas.
El primer siniestro que se le imputa ocurrió a las once de la mañana del 17 de julio cuando aprovechó, supuestamente, una pista forestal para provocar un fuego con seis focos. La rápida intervención de los equipos terrestres y aéreos que estaban en un fuego cercano en Almorox (Toledo) permitieron que fuera extinguido en una hora. En un solo día llegó a intentarlo hasta en ocho ocasiones. Según fuentes de la investigación, aprovechaba cuando salía de servicio (como el día 18 de julio) o los días que tenía libre para irse al monte y pegarle fuego. “No utilizaba ningún líquido inflamable ni ningún producto acelerante de la combustión. Amontonaba unas hojas y les prendía fuego con un mechero o una cerilla”, según fuentes de la investigación. Se movía por los municipios de Navas del Rey, Chapinería y Cadalso de los Vidrios.
Estos sucesos provocaron una gran alarma entre los vecinos de la zona afectada, en la que se reforzó la vigilancia de la Guardia Civil, los agentes forestales y las policías locales. Incluso fueron movilizados agentes a caballo y helicópteros del instituto armado para apresarlo. Las autoridades regionales y la Delegación del Gobierno en Madrid pidieron la colaboración pública para animar a los ciudadanos a llamar a los servicios de emergencia ante cualquier hecho sospechoso.
Fue el último incendio, el que supuestamente provocó el pasado jueves, el que permitió su detención. Había acudido a Pelayos de la Presa, donde un bombero y una mujer le vieron en las proximidades del incendio. Los compañeros de Enrique le notaron un poco raro en las últimas semanas. Además, las declaraciones de los testigos daban una descripción de una persona joven de estatura media y rubio que coincidía con el arrestado. Otro detalle que permitió su detención es el cotejo de los cuadrantes de trabajo del cuartel, ya que los fuegos siempre se iniciaban cuando él no estaba de servicio.
El arresto se produjo la noche del propio jueves, horas después del incendio de Pelayos de la Presa (Madrid). El bombero y la mujer que estaban por la zona le identificaron en una fotografía sin ningún género de duda y así lo afirmaron en sus declaraciones.
Los agentes del Seprona le arrestaron en el cuartel y se lo llevaron a la Comandancia de Madrid, en el municipio de Tres Cantos, alejado del puesto en el que estaba destinado. Cuando le tomaron declaración, se confesó culpable y asumió todos los cargos de que venía acusado. Según afirmó, sufría “un impulso irrefrenable de hacer fuego ya desde pequeño” y este se había acrecentado en los últimos días. De hecho, su principal actividad pirómana se concentró del 17 al 22 de julio. Después guardó silencio y se mostró muy reservado, según fuentes de la Guardia Civil. Los investigadores no vieron necesario siquiera ni registrar su vivienda en la casa-cuartel. “No ha merecido la pena porque utiliza un sistema muy rudimentario para hacer fuego”, añadieron las citadas fuentes.
El consejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid, Salvador Victoria, pidió un informe a sus agentes forestales por si el guardia pirómano pudiera ser el autor de un incendio registrado a finales de agosto del año pasado en Robledo de Chavela, que se convirtió en el peor de las últimas décadas en Madrid. Las pesquisas apuntan, en principio, que Enrique E. L. es ajeno a esta catástrofe.
El detenido nació en Melilla hace 30 años. Está soltero y es el único agente que pertenece al instituto armado de su familia. Aprobó la oposición hace cuatro años e ingresó como guardia civil en 2010. Su primer destino estuvo en Madrid capital, pero en cuanto pudo pidió el traslado al puesto de Navas del Rey, un municipio de unos 2.000 habitantes. Llegó tras la Semana Santa del año pasado. Los vecinos de esta localidad no le ponían cara, pero pedían que le cayera la máxima condena por todo el daño que ha causado. “El problema es que en este puesto son muy jóvenes y van rotando mucho. Jamás se nos habría ocurrido pensar que el de los incendios era un guardia”, reconocía una mujer en la plaza del pueblo. Fuentes del instituto armado recalcan que Enrique, un hombre introvertido, no había dado ningún problema hasta ahora.
Enrique E. L. fue trasladado en dos coches camuflados a las cinco de la tarde al Juzgado de Instrucción número 1 de Navalcarnero, que ayer estaba de guardia. Entró acompañado por cuatro agentes de paisano y sin esposas. La juez ordenó su ingreso en la prisión de Estremera.
En el atestado policial consta un informe médico hecho tras su detención en el que se recoge que el presunto pirómano sufre algún problema mental, tal vez de tipo depresivo.
Un cuerpo sin controles psicológicos
La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), la mayoritaria dentro del cuerpo, criticó ayer el incumplimiento de la Ley de Personal del instituto armado, que incluye controles psicofísicos y médicos periódicos a los agentes para evitar situaciones como la de Enrique E. L., el supuesto pirómano detenido en Navas del Rey. “No se han desarrollado revisiones cada cierto tiempo ni nadie ha querido saber nada al respecto, pese a que los agentes están sometidos muchas veces a situaciones de gran estrés que tienen consecuencias graves”, señalaron fuentes de AUGC. “Y lo peor de todo es que hay gente muy preparada, con la carrera de Psicología, que podrían encargarse de estos reconocimientos sin ningún problema. Sería como una especie de ITV”, añadieron.
Las mismas fuentes recordaron que durante algunos años se han hecho procesos selectivos masivos, en los que han ingresado hasta 5.000 guardias en un solo año. “Eso no eran procesos de selección, sino que eran procesos de eliminación porque tenían que entrar todos para cubrir las plazas convocadas. Se trataba de elegir a los menos malos de todos los que se presentaban. Muchas veces no se han hecho buenas pruebas o cribas para evitar situaciones como la ocurrida ahora en Navas del Rey”, recalcan.
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