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Hábil juego entre locales y foráneos

Compañías catalanas y selectas de extranjeras hacen maridaje en una de las ofertas más bien acogidas del festival

Una apuesta por los grupos de danza contemporánea catalanes y una selecta y reducida representación de compañías internacionales. Ese ha sido el hábil cóctel de la oferta de danza del Grec 2013. El montaje más aplaudido por su originalidad e impecable interpretación ha sido Plexus, pieza del director teatral francés Aurélien Bory para la bailarina japonesa Kaori Ito. Inolvidable. En esa línea le sigue Yesterday, de la israelí Jasmin Vardimon, dinámico y audaz baile. La decepción fue el afamado coreógrafo Sidi Larbi Cherkaoui que, con Puz/zle,lo más esperado, sumió al público en un letargo entre el aburrimiento y la embriaguez visual.

De los grupos catalanes, la perla ha sido Capricis, la última coreografía de Àngels Margarit para su Mudances, brillante pieza con música de los 24 Caprichos de Paganini. Le sigue My neighbor sky (Stone and water), espectáculo de butoh de Oguri y Andrés Corchero, poética e íntima obra que se bailó en el Mies van der Rohe. Sol Picó lanzó Memòries d’una puça, que salva un comienzo aburrido. La compañía Increpación de Ramón Baeza y Montse Sánchez presentó XX, donde gustó su vocabulario coreográfico, que entrelaza danza actual y flamenco.

Una de las virtudes de este Grec es que también ha programado actividades docentes. Entre ellas, una excelente conferencia sobre la historia de la danza a cargo del bailarín Toni Jodar. Todo por amor al arte de Terpsícore, con lo que no es de extrañar la buena recepción del público.

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