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Desarticulada una banda de butroneros que escondía el botín en un zulo en Nules

A los siete detenidos se les imputan cuatro robos en apenas 10 días en Valencia y Castellón

Zulo del monte de Nules en el que la Policía ha encontrado dinero y herramientas de la banda desarticulada.
Zulo del monte de Nules en el que la Policía ha encontrado dinero y herramientas de la banda desarticulada.

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización de butroneros especializados en reventar cajas fuertes con radiales. El grupo inutilizaba los sistemas de alarma de las empresas afectadas y se desplazaba en vehículos limpios, a nombres de terceras personas o con placas denunciadas como robadas. A los siete detenidos en la operación se les imputan cuatro robos con fuerza cometidos en apenas 10 días en establecimientos comerciales y empresas de Valencia y Castellón.

La Policía ha recuperado y entregado a sus propietarios efectos sustraídos que se ocultaban en un zulo, en un monte de Nules, junto con las herramientas empleadas para los robos, como inhibidores de frecuencia, pasamontañas, mazas, palanquetas o walkie-talkies.

Las denuncias por varios robos encaminaron las pesquisas hacia "una organización criminal altamente especializada y profesionalizada" en asaltos a establecimientos de polígonos industriales de la Comunidad Valenciana. Las primeras investigaciones confirmaron que esta banda planificaba "perfectamente" sus golpes y contaba con un claro reparto de sus funciones.

En primer lugar, seleccionaban el establecimiento que iban a asaltar, que había sido previamente sometido a vigilancia durante varios días. Posteriormente, los integrantes del grupo se desplazaban hasta un zulo oculto en una zona rural que tenían habilitado para ocultar los materiales y equipos  para perpretar los robos. Tras recoger las herramientas necesarias se dirigían hasta las inmediaciones de las empresas para ejecutar los robos. 

Una vez en el lugar, existía un perfecto reparto de tareas entre sus miembros, indica la Policía. Así, dos de ellos realizaban labores de vigilancia de la zona desde el vehículo durante tres horas aproximadamente, que era el tiempo en que otros tres integrantes ejecutaban el robo.

Para acceder a su interior utilizaban tenazas con las que cortaban las vallas perimetrales y empleaban "avanzados medios técnicos" para desactivar las alarmas, como inhibidores de frecuencia. Una vez que la alarma estaba deshabilitada entraban en el establecimiento mediante un butrón en la pared o en el techo. Para impedir cualquier otra señal que los delatara, cortaban los cables de la luz o del teléfono y destruían con hachas o mazas todas las centralitas.

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Finalmente, fracturaban puertas o practicaban nuevos butrones para acceder al lugar en el que se encontraban los efectos de valor que buscaban, como ordenadores, teléfonos de última generación o dinero en efectivo, entre otros. Todos los miembros del grupo estaban perfectamente comunicados por equipos inalámbricos de transmisión.

Una de las detenidas realizaba labores de contravigilancia antes de las salidas de su pareja, así como del líder de la banda, para cerciorarse de que no había vehículos policiales cerca. Por otro lado, los agentes comprobaron que otra de las detenidas había denunciado las placas de matrícula de su vehículo, que era utilizado por su pareja, uno de los miembros de la organización. De esta forma pretendía darle cobertura en caso de que su coche fuera detectado en alguno de los robos.

La operación se ha saldado con la detención de siete personas, entre ellas el principal responsable de la organización, el descubrimiento del zulo y la incautación de mazas, hachas, palanquetas, inhibidores de frecuencia, walkies, guantes, linternas, pasamontañas, documentación robada (pasaporte alemán), cerca de 6.000€ en efectivo, efectos sustraídos y ya entregados a sus propietarios, así como de un turismo.

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