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“Si se respeta la velocidad no hay ningún tramo peligroso”, dice el gestor de la línea

Los presidentes de Renfe y Adif descargan la responsabilidad en el maquinista

Adif Gonzalo, presidente de Adif.
Adif Gonzalo, presidente de Adif.Kiko Huesca (EFE)

La red ferroviaria española es segura y el siniestro del pasado miércoles no puede atribuirse a su trazado ni a insuficiencias de los sistemas de seguridad. Ese es el mensaje que los presidentes de Renfe y Adif se apresuraron a lanzar ayer, después de que algunos maquinistas calificaran de “punto negro” la curva donde se produjo el siniestro.

“Sencillamente, es peligroso circular a velocidades superiores a aquellas que están asignadas a cada trazado. Respetando la velocidad no existe ningún trazado que sea peligroso”, declaró a Efe Gonzalo Ferre, presidente de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias).

Ferre aseguró que el maquinista debió empezar a frenar cuatro kilómetros antes de la curva donde descarriló. “Esa es la función del maquinista dentro del tren, porque si no, sería un pasajero”, subrayó.

Según el presidente de Adif, “lo lógico y normal es que el conductor jamás vaya a una velocidad por encima de la permitida”, pues de otro modo se le retiraría la licencia. “Nunca ha habido un accidente en este tramo”, aseguró, que es “tan fácil o tan difícil como los demás”, siempre que “se respete la velocidad”.

Por su parte, el presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar, declaró a Efe que lo sucedido es “un terrible y lamentable” accidente, pero “no se ha producido en una vía de alta velocidad, ni en un tren de alta velocidad y, por tanto, no es un accidente de la alta velocidad española”.

Renfe forma parte del consorcio español que compite por el tren de alta velocidad Rio de Janeiro-Sao Paulo, el primero de América Latina, con un presupuesto de unos 13.000 millones de euros, casi el doble que el AVE entre Medina y La Meca, que ganó la oferta española.

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Las bases del concurso brasileño excluyen a aquella empresa que haya “participado en la operación de cualquier sistema TAV (alta velocidad) donde hubiese ocurrido un accidente fatal” en los últimos cinco años.

“Nos vamos a reunir con las empresas del consorcio para ver qué tipo de acciones de comunicación, explicación, podemos hacer para que quede totalmente claro que eso no es un accidente de la alta velocidad española”, declaró el presidente de Renfe.

La línea Madrid-Ferrol, agregó Gómez-Pomar, “es mixta, de transición hacia la alta velocidad”, pero no lo es todavía en su totalidad y, en particular, no lo es el tramo donde se produjo el siniestro, que no tiene los sistemas de seguridad del AVE.

Eso no quiere decir que el resto de la red sea insegura, puntualizó. Lo que sucede es que deben cumplirse los protocolos de circulación y, en la curva donde descarriló el tren, “la velocidad máxima autorizada es de 80 kilómetros por hora y es la que debería respetarse al pasar por ese punto determinado”.

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