La desconfianza se instala en el PP

Los territorios vuelven a tener una importancia vital en el PP. Con el liderazgo de Alberto Fabra pendiente de consolidar y unas expectativas que parecen apuntar hacia el descalabro electoral, tal y como confiesan en el propio PP, disponer de base territorial se ha convertido en un seguro de futuro.

Ese poder es el que quiso certificar anoche el presidente provincial y de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, en una multitudinaria cena (con más de 1.200 cargos y militantes y el aforo del local al completo) celebrada en la localidad valenciana de Sueca. La cena, convocada dos semanas antes para celebrar el fin de los procesos congresuales en la provincia, fue una demostración de fuerza del presidente Alfonso Rus, que consiguió reunir ante la militancia al presidente regional y de la Generalitat, Alberto Fabra; al vicesecretario nacional de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons; al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo; a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y a la delegada del Gobierno, Paula Sánchez de León. La dirección provincial del PP se preocupó, además, de llenar el salón de jóvenes de Nuevas Generaciones para demostrar que también tienen cantera.

Sin embargo, la convocatoria despertó el recelo de la dirección regional que decidió restarle protagonismo a Rus con la convocatoria de un Comité Ejecutivo Regional, el mismo día de la cena de los populares valencianos y tan solo tres horas antes de su inicio. Una decisión que levantó ronchas en la dirección provincial del PP de Valencia y que se tradujo en un buen número de ausencias en la sede regional del partido, incluidas las de Rus y Barberá. Y ello, pese a que el secretario regional del PP, Serafín Castellano, movilizó a los miembros del Consell para evitar que los huecos fuesen demasiado evidentes en la reunión.

En su discurso ante los comensales, Rus intentó trasladar una imagen de unidad ante la militancia, aunque en el partido son conscientes de que el pulso con Castellano —que también insistió en la cohesión de los populares— no ha terminado. Rus se dirigió a la militancia sin renunciar al discurso reivindicativo que le ha hecho ganar un espacio propio dentro del partido y aprovechó para ensalzar el papel de los alcaldes, que se han convertido en la base sobre la que se sustenta, tanto en la organización provincial del PP, como en la Diputación de Valencia.

Ciscar celebrará un gran acto en Elda como presidente del PP alicantino

Fabra, previamente, lanzó un discurso también con la cohesión como eje central en la reunión del Comité Ejecutivo Regional. Una idea que repitió en la cena. “Es importante trabajar en equipo, porque todos estamos en el mismo barco”, recalcó Fabra, que insistió en la honorabilidad del PP pese a los escándalos que lo sacuden y pidió a sus cargos que empiecen a preparar, tras el verano, la campaña electoral al Parlamento Europeo, cuyos comicios serán en 2014. En este contexto, la dirección popular acordó iniciar el curso político en la escuela de verano del PP nacional, que se celebrará en Gandia del 5 al 7 de septiembre, y convocará una reunión interparlamentaria a finales del mismo mes para poner en marcha su maquinaria.

En su alocución ante la cúpula del partido, Alberto Fabra, recalcó igualmente la importancia de los alcaldes y anunció que se reunirá con todos los presidentes y portavoces locales en lo que resta de legislatura. A instancias de Castellano también se acordó hacer itinerante el consejo de dirección del PP regional el tercer lunes de cada mes. Oficialmente, para extremar el contacto con alcaldes y portavoces; en la práctica para marcar de cerca a las direcciones provinciales y tensionar progresivamente el partido.

En este contexto, la decisión de Rus de celebrar su demostración de fuerza en Sueca tampoco fue casual, informa Josep Blay. Sueca es una de las escasas poblaciones medianas que se han resistido a la hegemonía del PP en elecciones municipales. En los últimos comicios, los populares obtuvieron diez concejales y se quedaron a uno de la mayoría absoluta, aunque han estado muy cerca de gobernar con el apoyo del tránsfuga socialista Enrique Vidal.

Sin embargo, la sustitución del portavoz municipal del PP, Carlos Ramírez, por el nuevo presidente local, Raúl Pla, que venció a Kiko Ortolá por 105 votos frente a 81, ha provocado una crisis interna. Más de dos docenas de militantes se han dado de baja de la organización en las últimas semanas. Ante el recinto de la cena, unas pocas decenas de personas de la plataforma antidesahucios de La Ribera y de afectados del ERE de RTVV protestaron ante los dirigentes populares.

Moliner evita celebrar su elección en el feudo del que es originario Fabra

Pero si en Sueca, Rus realizó anoche una demostración de fuerza, el vicepresidente del Consell y presidente provincial del PP de Alicante, José Ciscar, prepara la suya para el próximo lunes.

La dirección provincial de los populares alicantinos emitió ayer un comunicado en el que presume de que Ciscar ha sumado 1.900 afiliados más desde que es presidente. “Las cifras refrendan la actuación de Pepe Ciscar al frente de la presidencia provincial”, aseguró el secretario provincial, José Juan Zaplana, que instó a los nuevos afiliados a participar en otro acto multitudinario en Elda (con más de 700 cargos y afiliados) en el que Ciscar exhibirá músculo en presencia del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra.

Un evento que también obviará la existencia de otro pulso soterrado entre Ciscar y Castellano por el control de distintas agrupaciones importantes de la provincia de Alicante.

Los distintos formatos con los que Rus y Ciscar han optado por exhibir su fortaleza ante Fabra contrasta con la actitud del presidente provincial del PP de Castellón, Javier Moliner, que este domingo cumple un año de su elección. Moliner ha optado por no celebrar ningún acto multitudinario en un feudo que es, precisamente, el de Alberto Fabra.