Un huracán de terciopelo
La bailarina Sol Picó entra versátil y agresiva en el mundo de la crisis con 'Memòries d'una puça'
Versátil, sexy, innovadora y agresiva, Sol Picó enamoró al público (que llenaba a rebosar la Sala Petita del TNC) con su último espectáculo Memòries d’una puça. Un enamoramiento que comenzó a partir del minuto quince, de los sesenta que dura el espectáculo. Entonces aquello se convierte en un huracán de baile. Antes, el ritmo es demasiado plano.
MEMÒRIES D'UNA PUÇA
Dirección y coreografía de Sol Picó
Dramaturgia y dirección teatral: Txiki Berraondo
Bailarines: Sol Picó, Valentí Rocamora Torà y Carlos Fernández Fuentes
Teatre Nacional de Catalunya. Barcelona. Grec 2013
Hasta 14 de julio
Memòries d'una puça se estrenó en último festival Temporada Alta, cuando Sol Picó sufrió una importante lesión. Tras verla bailar el pasado miércoles en el TNC es evidente que está recuperada. Así, la poliédrica creadora presenta una dinámica reflexión sobre la crisis económica y los desesperados intentos para escapar de ella. Arropada por la dramaturgia y dirección teatral de Txiki Berraondo —colaborador habitual de la artista:, recordemos montajes como La prima Chita y La dona manca o Barbi-Superestar— Picó se adentra con optimismo y vitalidad en el laberinto de la crisis que asola al mundo actual. Una escenografía formada por montañas de residuos y mares de escombros conforman el suelo por el que bailarán, con una inaudita energía, la propia coreógrafa junto a Carles Fernández, Valentí Rocamara y el actor Joan Manrique. El oscuro diseño de luces de Sylvia Kuchinow y los vestidos de vagabundos de Valeria Civil enfatizan el ambiente sombrío de la obra. Al final, Picó elegirá una original e imaginativa forma para huir de esta asfixiante situación. El mensaje es la supervivencia creativa; como representación de la misma, la artista ha elegido a una pulga porque “son animales unos animales muy luchadores”.
El vocabulario coreográfico de Memòries d’una puça abarca diferentes estilos, desde la danza contemporánea a la clásica, pasando por las artes marciales y el hip-hop. El espectáculo comienza con el tema musical de El Mago de Oz, para seguir con un fragmento de Tchaikovsky de El lago de los cines. Es precisamente una variación coral del II acto de ese ballet la que utiliza Picó aquí como base del lenguaje coreográfico. Un baile que a veces mezcla con el gesto distorsionado y convulsivo dando como resultado un movimiento rico en matices. Los admiradores de los solos de Picó quedarán satisfechos con el montaje, ya que interpreta diferentes solos exhibiendo una envidiable forma física. El más sensual es uno en el que baila Loca, arrullada por la aterciopelada voz de Silvia Pérez Cruz. Eso: Picó, un huracán de terciopelo.
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