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El museo se abre a los parados

La directora de Conservación del Lázaro Galdiano, Amparo López, lanza cursos para desempleados de larga duración de más de 40 años

Amparo López, conservadora jefe del museo Lázaro Galdiano.
Amparo López, conservadora jefe del museo Lázaro Galdiano. ÁLVARO GARCÍA

Para Amparo López (Segovia, 1958) el arte es un lugar de contacto emocional, estético y ético de la humanidad entera. Conservadora del Lázaro Galdiano desde 1998, es de las que opina que el arte no es un mundo cerrado para el disfrute de unos pocos privilegiados. “Es un lenguaje”, explica “cuyo conocimiento facilita conocer al otro y a nosotros mismos, permite atravesar el tiempo y conectar al hombre contemporáneo con el de hace siglos y también a las antípodas entre sí. Una obra de arte es capaz de transportarte al lugar y la sensibilidad de quien la creó, enseñarte un orden de las cosas en las mentes de otras personas e identificar el tuyo propio”.

Como cualquier otra cosa que valga la pena Amparo López requiere aprendizaje y dedicación para su pleno disfrute. Y en unos momentos como los que corren con un drama personal en cada uno de los más de seis millones de parados que hay en España, esta mujer de origen obrero (padre tipógrafo y madre modista) ha puesto en marcha unos cursos básicos de arte, gratuitos, para hacer más llevadera la angustia de los que han perdido el trabajo.

Destinados a parados de larga duración, de más de 40 años y con una formación que no supere el COU o la Formación Profesional, el curso, (titulado Entender el Arte), la iniciativa ha tenido una acogida espléndida. 250 personas se apuntaron el primer día en el que la oferta apareció en el tablón de anuncios de las oficinas del paro. Las clases las imparte la propia conservadora con ayuda de dos entusiastas becarios en un espacio cedido por el Lázaro Galdiano.

“La respuesta es emocionante”, cuenta Amparo López. “La gente está deseando tener una oportunidad para distraerse y aprender. Creo que el momento de que los museos arrimemos el hombro con ayudas de este tipo. Aquí, ahora mismo estamos desbordados y sería buenos que otros centros similares se sumaran a la propuesta”, añade a renglón seguido.

La idea se le ocurrió cuando durante una visita a Segovia vio a su madre muy contenta porque había empezado a hacer unos cursos de ampliación de conocimientos en un centro de la tercera edad. “La felicidad de esa mujer por poder aprender más cosas pese a su edad, me hizo pensar en que teníamos que hacer algo aquí rápidamente”, recuerda. La directora del museo, Elena Hernando, apoyó desde el principio la iniciativa. “Y aquí estamos”.

Amparo López descubrió el mundo del arte cuando desde muy pequeña su padre la traía a Madrid a ver museos y le mostraba las iglesias románicas de Segovia. En este especial universo ha conocido grandes satisfacciones. Profesionalmente cree que su mayor logro fue montar junto a Marta García Fajardo la exposición ¿Qué hace esto aquí? en la que se mezclaron fondos del Lázaro y de la Fundación Jove, piezas de arte contemporáneo y arte clásico dialogando entre sí. “Relacionar y enfrentar a la Bourgeois con Goya y sus arañas con las dalmáticas del XVIII, a Saura con Sofonisba Anguissola o los bodegones holandeses del XVII con los de Maruja Mallo, marcó un antes y un después en la historia de este museo”. Su segundo mejor momento en el museo ocurrió un sábado en el que, por sorpresa, apareció Lula da Silva para ver el museo. “Me aguantó el rollo durante dos horas. Fue una gran satisfacción personal”, reconoce.

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Los momentos malos tienen que ver con la falta de dinero. La entristece la disminución de visitas escolares por falta de recursos dedicados a la enseñanza. “Sería muy triste no poder continuar con este proyecto de cursos para parados a partir de julio por carecer de medios para costearlos. Es tristísimo que la asistencia a museos en España esté disminuyendo, porque además de recursos faltan ánimos para disfrutar del arte entre otras bondades de la vida”, suelta con cierta pesadumbre.

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