Albertí apuesta en el TNC por Pitarra y por la idea de frontera
El nuevo director crea una compañía joven y recupera la sala Tallers
Xavier Albertí, que bromeó de entrada con el cuplé La vaselina (“estoy muy sobresaltada porque ya se acerca el día”), debutó ayer como timonel del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), buque insignia del teatro catalán. Acompañado por el consejero de Cultura, Ferran Mascarell —que auguró que la próxima será una gran temporada del teatro catalán en general y pronosticó una pronta reducción del IVA cultural—, el nuevo director del TNC ( desde el 1 de julio ha asumido el cargo oficialmente) explicó de manera muy prolija sus líneas de actuación, pese a haberle hecho pasar su gato, dijo, una noche de perros.
En lo que pareció toda una declaración de principios, Albertí emplazó su primera conferencia de prensa en las “tripas” del teatro, en los almacenes, bajo la platea, rodeado de focos apagados y en presencia de buena parte de la plantilla del TNC. Pocas cosas concretas de programación, que no desvelará hasta el 13 de septiembre. Su primera temporada estará especialmente dedicada a Pitarra y girará en torno al concepto de frontera, en sentido amplio que va más allá de lo físico, dijo, para incluir lo cultural, lo estético o lo sexual. Albertí quiere que cada una de sus temporadas esté engarzada a una idea y la siguiente probablemente sea la familia.
El eje central de su proyecto de TNC, explicó, es que este sea un teatro “para la reflexión cívica, que aporte herramientas de pensamiento y de debate a los ciudadanos”, especialmente, enfatizó, para “transitar tiempos convulsos como estos”.
Mascarell augura una buena temporada general y la reducción del IVA
En esta orientación de activo y comprometido agente cultural y nacional, las actividades del TNC irán mucho más allá de la exhibición de espectáculos e incluirán conferencias, exposiciones, debates, laboratorios, lecturas, etcétera. Albertí empleará para estas y otras funciones, que podrán tener tanta importancia como los propios espectáculos, la sala Tallers, cerrada como teatro este año en el marco de los recortes que ha sufrido el TNC. Acuerdos con bibliotecas, editoriales y mundo universitario figuran en ese objetivo de convertir el TNC en pieza clave del universo cultural catalán.
Para el director es esencial la relación del TNC “con nuestro patrimonio cultural” y cada temporada tendrá “un epicentro temático patrmonial” (Albertí habla así, qué le vamos a hacer), que irá mucho más allá de escoger un autor y montar una de sus obras —algo que calificó de “ruleta rusa con nuestros clásicos”—, para normalizar la presencia de autores y géneros y garantizar su presencia duradera en el panorma teatral. El primer “epicentro” será Pitarra (“le debemos todo a Pitarra”).
De cara a asegurar ese objetivo patrimonial permanente, el director anunció la creación de la Jove Companyia de Teatre en el seno del TNC que se nutrirá con graduados del Institut del Teatre, tendrá 15 actores y girará por Cataluña. El TNC de Albertí quiere hacer crecer el apoyo a la nueva dramaturgia catalana, que el director califica de “tesoro”. En esa dirección, el TNC refuerza el proyecto T6, crea en su página web un buzón abierto a todo el que quiera enviar textos y un potente comité de lectura. Albertí quiere que el TNC sea un embajador para la proyección internacional de los autores contemporáneos catalanes y establecerá relaciones con centros extranjeros con la colaboración del Instituto Ramon Llull. Opinó que el TNC debe cumplir funciones de “canonizador y jerarquizador” de los autores del país.
EL TNC tiene para 2013 un presupuesto de casi 10,5 millones de euros, 700.000 menos que el año pasado.
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