Las turbulencias del FIB no son contagiosas

Mientras la continuidad del Festival Independiente de Benicàssim (FIB) peligraba hasta salvarse in extremis por una compra de acciones y la garantía de inyección de liquidez para pagar a proveedores, el otro gran festival de Benicàssim, el Rototom Sunplash, llevaba vendidas un 30% más de entradas que el año pasado, cuando se contabilizaron 25.000 espectadores diarios, aseguraba su director, Filippo Giunta. “Puede ser”, aventuraba, “el mayor éxito en sus 20 años de historia”, cuatro de ellos en España. Y el director del Arenal Sound de Borriana, David Sánchez, confirmaba que las 45.000 entradas del festival, a celebrar los primeros días de agosto, estaban agotadas, salvo 250 puestas a la venta al incorporarse nuevos grupos al cartel.

Los tres festivales castellonenses, junto al Low Cost y el Electrobeach, ambos en Benidorm, y el Aupa Lumbreiras de Villena conforman el núcleo duro de una agenda en la que una treintena larga de certámenes apenas deja un día en blanco hasta finales de agosto. Esas cinco citas multitudinarias que, según los datos de la SGAE, obtuvieron mayor recaudación el pasado ejercicio, siguen en cartel desafiando a la crisis y a la retracción del consumo. Solo hay una baja relevante: Costa de Fuego. Fue un ambicioso festival de rock duro y metal impulsado por Vince Power en Benicàssim, que ha muerto tras su primera edición.

Surgen, además, nuevas citas, modestas pero ambiciosas desde el punto de vista artístico, como el Godejazz, que comienza hoy mismo; el Festival Internacional de Música Medieval de Morella, que arrancará el día 19, o el Iboga Summer Festival de Xàbia, los días 26 y 27, con una oferta diversa y sorprendente. ¿Por qué ahora? “La apuesta por integrar la música en entornos históricos como Morella era necesaria hace tiempo”, asegura Carles Magraner, director de un festival que combina formación y exhibición. “Ahora coincide el apoyo institucional con la necesidad de mostrar nuevos modelos de cultura”, explica el líder de la Capella de Ministrers, que organiza el evento del 19 al 25 de julio. Godejazz nace en Godella de la mano de Pep Ruvira, exdirector del Auditori de Torrent, “porque hay mucha música aquí”, dice de una población que ya cuenta con otro festival, el internacional de Residencias de Músicas de Cámara, que dirige el clarinetista Joan Enric Lluna y tiene a Moonwinds como invitado estelar. Godejazz se estrena con el saxofonista norteamericano Jesse Davis y un elenco de músicos valencianos que saben ajustarse a tiempos de crisis. El Iboga de Xàbia es una novedad cálida y rítmica que ofrece un cóctel de música balcánica, el swing y el ska. En Valencia también se estrenaba ayer el Festival Estival, iniciativa de un productor británico que ofrece en distintos locales desde flamenco a ópera o jazz.

Benidorm mantiene una tercera cita estival, el Neptuno Aquátic, que se celebra mañana y mantiene el espíritu festivo y electrónico pasado por agua de Neptunalia. Aspira a repetir mañana viernes los registros de asistencia del año pasado, asegura el nuevo promotor, Javier Crecente. Carolina Rodríguez, codirectora del Low Cost Festival, que ayer sorprendía a propios y extraños con un vídeo promocional de María Jesús y su acordeón versioneando a Fangoria, confía en “alcanzar las 25.000 personas por día”, lo que sería récord histórico de una iniciativa que comenzó hace cinco años con 10.000 asistentes. “Hemos mejorado todo”, asegura en referencia al aumento tanto de los espacios dedicados a la música como de los 30.000 metros cuadrados de césped o el sistema de acceso de los usuarios. Parecido optimismo muestra el director del vecino Electrobeach, la cita electrónica por excelencia del verano en tierras valencianas. La expectativas de Iván Vivero, su director, superan los 23.000 del año pasado, debido al ritmo de la venta anticipada.

El Arenal Sound ha apostado por el mantenimiento de precios a pesar de la subida del IVA, asegura su director, y por el aumento metros de acampada y zona de cámping. Sólo un 10 % del público es extranjero. En Rototom, en cambio, predomina la afluencia de franceses, ingleses e italianos, aunque “está subiendo muchísimo el número de españoles”, apunta Filippo Giunta, “que se acercan al reggae atraídos por la atmósfera y la filosofía del festival”.

Varias citas caldean ya el ambiente previo a los festivales multitudinarios. Ayer mismo arrancaba en Peñíscola el Festival Internacional de Jazz, donde hoy actuará la cantante norteamericana Carmen Lundy, acompañada por el bajista Daryl Hall y el batería Ralph Peterson, tras hacer su primer concierto en España en el Jimmy Glass Club. Todos ellos participaban por la mañana en el Seminario de Jazz del Palau, antesala del festival que el próximo lunes inaugurará Wynton Marsalis y en el que la Sedajazz Ochestra & Coros ofrecerá el Sacred Concert de Duke Ellington.

También arrancaban ayer en Valencia los tradicionales conciertos de los Jardines de Viveros, donde hoy actuarán Melendi y proseguirán hasta el 21 de julio con actuaciones para públicos diversos. Es solo el principio de una agenda bimensual que cerrará el 31 de agosto Tokio Sex Destruction y L.A. en el FRA de Alaquàs.