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Mar abre la puerta a cambiar el plan del pulpo tras la protesta con heridos

El 65% de la flota advierte que seguirá de huelga y con movilizaciones diarias

Protestas ante la sede de la Xunta
Protestas ante la sede de la XuntaÓSCAR CORRAL

“Los ánimos se están calentando” entre la flota del pulpo en Galicia, alerta el presidente de la Federación Nacional de Cofradías, Genaro Amigo. Desde ayer, coincidiendo con la apertura de la veda, está en huelga, secundada por al menos el 65% de los 1.325 barcos que se dedican a esta pesquería en Galicia. Y su protesta por la mañana ante la sede de la Xunta contra el nuevo plan de gestión del preciado cefalópodo se saldó con una carga policial, varios heridos, un detenido así como la indignación en aumento en un sector que emplea a unos 4.000 tripulantes.

La Consellería do Mar respondió con una cal y otra de arena: su titular, Rosa Quintana, citó para el jueves a la Federación Gallega de Cofradías para hablar de las novedades de una norma que rechazan de plano la gran mayoría de los pósitos de A Coruña y Pontevedra. La conselleira, de visita en A Coruña, se mostró conciliadora tras los incidentes, aunque dijo “no entender las discrepancias”. “Si vemos que en algún momento es necesario modificar cualquier cuestión del plan del pulpo, pues estamos abiertos a hacerlo”, prometió, sin embargo.

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Pero hay “cuestiones fuera de discusión”, advirtió el numero dos del departamento, Juan Maneiro, que insistió en una rueda de prensa en Santiago tras los disturbios que “no se renunciará a garantizar la sostenibilidad del recurso”.

Hay unanimidad, secunden o no el paro, como los naseiros de A Mariña lucense y norte de A Coruña, en rechazar la principal novedad del plan: identificar con un precinto de plástico, todas las nasas. El sector sostiene que ese sistema es engorroso, fácil de soltarse y difícil de colocar. Y la gran mayoría de las cofradías con más barcos dedicados al pulpo, como Ribeira, Bueu, o la de Corcubión, entre otras, rechazan la obligación de retirar del mar cada fin de semana los aparejos entre Corrubedo (Ribeira) y Cabo Silleiro (Baiona). Las embarcaciones del norte, incluida la Costa da Morte, la segunda de Galicia con más peso en esta pesquería, pueden, por el contrario, dejar caladas aunque sin cebo sus nasas de viernes a lunes.

La Xunta se basa en el continuado descenso de capturas y facturación en los dos últimos años para justificar la necesidad de medidas que, en contra de lo que sostiene la Federación Gallega de Cofradías, afirma haber consensuado con el sector. “El plan está muy trabajado con todas las cofradías”, dijo Maneiro. Falso, responden los pósitos, hubo reuniones, pero no acuerdo para un plan que tachan de “discriminatorio” y de causa de fuertes tensiones y desigualdades entre norte y sur. “Queremos un régimen de nasas igual para toda Galicia, y aplicar una moratoria” en las medidas que buscan controlar que no haya más nasas que las permitidas en el mar, insistió Genaro Amigo, también presidente de la federación coruñesa de cofradías. “Lo primero y fundamental para hacer un plan de gestión de una pesquería y determinar normas es saber la situación real de ese recurso, pero Mar no hizo los deberes y no se sabe qué cantidad de pulpo hay”, destaca Luis Rodríguez, presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores (Asoar-Armega). E insiste en que retirar las nasas crea problemas de seguridad importantes.

El secretario general de la consellería admitió ayer que ante la escasez de pulpo, los barcos “tienen que ir cada vez más lejos y usar más nasas para conseguir igual cantidad” del preciado cefalópodo. Pero defendió la idoneidad de las normas que rechaza el sector. Maneiro reconoció que sólo un 35% de los 1.325 barcos que componen la flota gallega del pulpo solicitó los precintos obligatorios desde ayer para que una nasa no sea considerada ilegal y acabe decomisada.

Los naseiros volverán hoy ante la sede en Santiago de la Xunta. Y seguirán de huelga toda la semana. Los ánimos están encendidos tras la carga de los antidisturbios. “Fue abusiva, iba todo normal hasta que empezaron a empujar y darnos con las porras”, afirman. Los manifestantes lanzaron todo tipo de objetos y petardos. Algunos se encaramaron a la verja de San Caetano. Un menor de 15 años, aporreado en el suelo, fue llevado en ambulancia. Mar ya dio marcha atrás otros años en sus planes de control de la pesca del pulpo ante el temor a protestas violentas. Está por ver ahora quién ganará este nuevo pulso.

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