Comienzan las rebajas después de cuatro meses de descuentos
La crisis económica fuerza al pequeño comercio a aplicar sucesivas y sugerentes promociones durante todo el año para mantener ventas
Treinta meses consecutivos de caídas en las ventas colman la paciencia de cualquier empresario. Y eso es lo que le ha sucedido al comercio catalán, que solo en los cinco primeros meses del año ha visto cómo su facturación se desplomaba otro 4,9%, un 6,7% si no se tienen en cuenta los productos alimentarios. El peor cuadro de los últimos años que ha urgido a colocar en los escaparates los reclamos con ofertas y promociones. Algunas tiendas optaban por anunciar el descuento del IVA (un 21%). En otras se proponía el ya conocido 2x1. Pero pocos son los negocios que se han esperado a las rebajas, que empiezan mañana para iniciar los descuentos.
“La situación es muy complicada y las tiendas hacen todo lo que pueden para convertir sus productos en caja”, asume Vicenç Gasca, presidente de la Fundación Barcelona Comerç, que aglutina los distintos ejes comerciales de la capital catalana. Este año, a la crisis se le ha sumado otro inconveniente: el mal tiempo. El calor se ha hecho esperar y casi no ha habido temporada de verano. Las tiendas tienen casi las mismas existencias que cuando empezó la temporada.
Jordi Rodríguez es de esos comerciantes que ha decidido no esperarse a las rebajas de verano. De hecho, hace seis años que no se espera. Las promociones son un continuo en sus dos establecimientos de ropa del barrio de Sant Antoni. En Confeccions El Rellotge se ha apostado activar descuentos en la venta de productos a pares. Unos vaqueros cuestan 72 euros; si se compran dos, el precio final se queda en 120 euros. “Si no hiciéramos este tipo de ventas, la caja sería muy baja”, señala Rodríguez, quien admite que, a falta de capacidad para invertir en publicidad, el éxito de sus promociones están en manos de los dependientes. Las ventas procedentes de ese tipo de ofertas suponen ya entre un 10% y un 15% de los ingresos mensuales del comercio. Una cifra nada desdeñable cuando Rodríguez asegura que los periodos de rebajas suponen el 40% de los ingresos de todo el año.
Las promociones también sirven para combatir Internet y el auge de los ‘outlets'
La desesperación generada por la contracción del consumo ha llevado a los pequeños comercios a copiar una fórmula que hace un lustro solo se podían permitir determinadas cadenas de ropa o los grandes almacenes. Es una fórmula legal, pero que choca con las expectativas que siempre han generado las rebajas, gran época de las compras a bajo precio. “Los comercios hacen promociones para incentivar las ventas de determinados productos; en cambio, las rebajas son una venta con la finalidad extintiva de los restos de temporada”, afirma Josep Maria Recasens, director general de Comercio de la Generalitat. Pero las promociones también sirven para combatir la creciente competencia surgida con Internet y el creciente negocio de los outlets, los comercios especializados en vender con fuertes descuentos productos de otras temporadas. La crisis ha provocado que las fronteras entre todos esos productos se haya hecho cada vez más sutil.
“Hace muchos años que las rebajas están encubiertas y la ley no puede hacer nada para frenarlas”, opina Lluís Llanas, presidente de la Asociación de Comerciantes de Creu Coberta. Su opinión acerca del modelo catalán de comercio es totalmente apocalíptica ante los intentos del Gobierno central de liberalizar horarios y rebajas. Las tiendas de su barrio, de hecho, se han avanzado una semana a las rebajas oficiales que tradicionalmente comienzan el 1 de julio. “Nos anticipamos con la Summer Shopping Week, en la que los comerciantes realizan descuentos sobre todos aquellos productos que quieren”, explica Llanas.
“Hace muchos años que las rebajas están encubiertas y la ley no puede hacer nada para frenarlas”, opina Llanas, presidente de la Asociación de Comerciantes de Creu Coberta
“No nos queda otro remedio si no queremos quedarnos atrás respecto a las grandes cadenas”, explica Gasca. “Lo practica todo el mundo porque la gente ya no sabe qué hacer para vender: es mejor afrontar las cosas”, afirma en una versión más desesperada Alejandro Goñi, presidente de Pimec Comerç, quien sí advierte a la Administración sobre las posibles irregularidades de que los comercios, ya sea como producto gancho o para deshacerse de las existencias, utilicen la venta a pérdida. “En esos casos, tenemos que ir con mucho tiento”, aclara.
El secretario general de la Confederación de Comercio de Barcelona, Miquel Àngel Fraile, es partidario de mantener el periodo de rebajas tal y como se conoce ahora. “En Londres, en París… en la sociedad de consumo actual el periodo de rebajas está más que consolidado”, dice, y anima a tomárselas como “una final” en la que las familias podrán encontrar descuentos importantes. No en vano, son las rebajas que, en su opinión, ponen el punto final a la peor campaña de verano posible. Los descuentos, los de siempre. La mayoría del 50% y los más espectaculares del 70%. Pero el sector es pesimista. Son unas rebajas peores a las del año pasado, por más que sea un negocio en dos meses de unos 800 millones de euros. Lo que está en juego.
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