El terremoto de la sucesión de Griñán
El anuncio de que no volverá a repetir de candidato a la Junta cimbrea al PSOE, PP e IU
José Antonio Griñán es un hombre imprevisible, espontáneo, propenso a las griñanadas. Unas son geniales; otras lo son menos. Con el anuncio del miércoles de que no repetirá como candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía, a tres años de las elecciones, y de que quiere limitar a dos los mandatos no estamos ante una de ellas, sino ante una jugada, muy meditada, que se encuadra en la primera de las categorías.
La operación recibe el calificativo de “habilidosa” por parte de la mayoría del PSOE andaluz, la aplaudan o no. Ese día, Griñán hizo público en el pleno del Parlamento que tenía decidido desde hace “mucho tiempo”, como reconoció ante los diputados del grupo socialista a puerta cerrada, no repetir como cartel electoral. Y esa decisión, que forma parte de una convicción personal profunda y auténtica, ha provocado un terremoto y una convulsión en su formación, en el PP, en Izquierda Unida y en la Junta de Andalucía, donde los cambios siempre generan incertidumbres.
Las repercusiones en el PSOE tienen dos trayectorias: una andaluza y otra federal. Griñán se va, pero no se sabe cuándo. Aunque ha dicho que acabará la legislatura, nadie le cree. Es más, hay algunos que opinan que si por él fuera lo dejaba ya, mañana mismo. Ha hecho saber que va a ceder todo el protagonismo a su sucesor en el Gobierno andaluz y también en el partido del que es secretario general en Andalucía y presidente federal. Su agenda va a estar más libre. Lo ven ya de reina madre de un Gobierno de coalición, donde su vicepresidente, Diego Valderas, también está en la misma posición desde que dejó la coordinación de Izquierda Unida. Algunos lo ven demasiado suelto de manos y le han trasladado a la consejera de la Presidencia e Igualdad, Susana Díaz, que le transmita que aún no toca recreo.
Sin fecha para limitar los mandatos
José Antonio Griñán se marcha sin fecha fija, convencido de que no debe permanecer más de ocho años. Pero ha dejado una tarea al PSOE de Andalucía, la de limitar a dos los mandatos del presidente de la Junta. Lo dijo en el debate de la comunidad, aunque no en tono imperativo: “Pediré también a mi partido que estudie la conveniencia de limitar a dos los mandatos presidenciales y que, desde el diálogo, podamos convertir la limitación en una norma general y estatutaria”.
El PSOE andaluz siempre se ha opuesto a acortar por ley la vida política de los presidentes. Por el contrario, el PP siempre lo ha defendido. De hecho, era la primera ley que Javier Arenas (PP) decía que iba a llevar al Parlamento si hubiera gobernado tras las elecciones de marzo de 2012. Igualmente, Izquierda Unida es partidaria de la limitación y la tiene incluida en sus estatutos internos.
Griñán ha cambiado de opinión sobre este asunto. En una entrevista en la Cope en octubre de 2010 aseguró: “Los mandatos de los presidentes dependen sobre todo de los electores, no de limitaciones o autolimitaciones. Normalmente, el que pone y quita a un presidente en democracia son las urnas y creo que de las urnas depende el que siga un presidente o no siga”. Y aún más: “Todo depende también de las circunstancias. Los partidos deben tener siempre un margen de maniobra para saber en cada momento a quién tienen que presentar y que sean los ciudadanos los que decidan quien tiene que ser el que gobierne”.
El pasado jueves, el vicesecretario general del PSOE, Mario Jiménez, no aclaró las fechas de cuándo se aprobará la limitación: “Cuando el partido lo acuerde”, dijo. La intención del PSOE es llevar una ley al Parlamento, consensuada con el resto de los grupos e incluir ese mandato en el Estatuto andaluz, a través de un procedimiento menos tortuoso que el que requiere la convocatoria de un referéndum.
Ante la insistencia de las preguntas, Jiménez dijo: “Esté o no escrito, se ha inscrito a fuego en las normas del partido”.
El PSOE andaluz sí tiene recogida en sus estatutos la limitación a “más de tres mandatos consecutivos” los cargos orgánicos ejecutivos.
Díaz es la apuesta de Griñán y del aparato del PSOE como sustituta. La señaló desde el mismo día que la nombró consejera de la Presidencia y necesita tiempo para coger las riendas, pulir sus muchas y afiladas aristas y ganar en conocimiento ante los ciudadanos. Una mayoría cree que no habrá problemas de bicefalia como ocurrió con Griñán cuando sucedió a Manuel Chaves en 2009, pero eso no está garantizado. “Desde el miércoles pasado, ya todos llaman a Susana no al presidente”, asegura un diputado. “Lo lógico es que la deje volar sola un tiempo”, opina un dirigente provincial, que cree que el éxito de Díaz en las primarias del 29 de julio no está en cuestión, aunque en un partido con una vena tan ácrata como el PSOE no hay que dar nada por hecho cuando se llama a votar a 45.000 militantes.
Está por ver si los críticos, que sacaron de manera inesperada un 30% hace un año en el congreso regional, pueden articular una alternativa potente en torno a Micaela Navarro, si es que esta se deja convencer. Tiempo no hay, reconocen, y Díaz lleva trabajando en esta operación desde hace mucho tiempo cuando el resto ni siquiera ha arrancado. “Son fulleros, pero la jugada es de chapó”, admite un crítico. Las primarias son una cuestión de tener indios detrás y de tribus y de indios sabe muchísimo la también secretaria general del PSOE de Sevilla y ex secretaria de Organización de casi todo.
La versión oficial que transmite el PSOE, a través del vicesecretario general, Mario Jiménez, otro gran experto en tribus, es que estas primarias no están hechas a mata caballo y que su partido debe estar preparado ante cualquier “contingencia” exterior, en alusión a un posible adelanto electoral. La oficialidad socialista transmite que pueden verse obligados a adelantar las elecciones si hay grandes broncas con IU con el Presupuesto de 2014, que el “presidente no está dispuesto a aceptar el chantaje de IU”, que el nuevo coordinador de IU, Antonio Maíllo, puede ponerse pinturero y a ver si le va a dar por la “radicalidad”. Pero la mayoría de los socialistas tampoco se lo creen. Lo ven como una excusa para justificar la convocatoria exprés y veraniega de las primeras elecciones primarias para elegir a un candidato en unas elecciones que tocan en 2016. “De elecciones anticipadas, cero patatero, nada de nada”, afirma un miembro de la ejecutiva, que sostiene que la coalición marcha razonablemente bien. “El adelanto no es buena cosa, pero si los camaradas se ponen chulos hay que tener todo preparado”, asegura otro.
Los citados camaradas no se dan por aludidos. IU está en proceso de crecimiento, ha elegido a un nuevo líder que es un total desconocido y necesita fortalecer su canijísima estructura organizativa. Desde el poder que da la Junta de Andalucía, en una comunidad muy dependiente del presupuesto público, el camino hacia su objetivo de ser la fuerza hegemónica de la izquierda es duro, pero menos.
IU y PSOE todavía no han hablado del Presupuesto del próximo año. Están a la espera de que Hacienda les diga cuál es el margen de maniobra (la llamada envolvente financiera), toda vez que el Gobierno central ha fijado el límite de déficit en el 1,3% del PIB en lugar del 2,2% solicitado por Griñán.
Izquierda Unida no pondrá pegas a la investidura de Susana Díaz —que fue una de las negociadoras del pacto de gobierno— si Griñán se va antes de tiempo (sería la cuarta en dos legislaturas). En cuanto a la radicalidad, en IU dicen que esa se quedó encerrada en una sala del hotel donde se celebró la asamblea pasada, cuando Maíllo no pactó con los de Sánchez Gordillo para salir elegido.
Si nadie se cree el anticipo electoral ni tampoco que Griñán vaya a aguantar toda la legislatura de presidente, ¿por qué entonces tantas prisas? La respuesta que dan varios dirigentes consultados tiene que ver con la medición de los tiempos en la política, donde está gran parte del éxito de las operaciones que los partidos ponen en marcha.
El terremoto de Griñán tiene que ver primero con su decisión personal de no repetir, con la renovación en el PSOE regional y la política en Andalucía. Pero su potente onda cimbrea la sede madrileña de Ferraz. Griñán le ha mandado a su secretario general federal, Alfredo Pérez Rubalcaba —con el que mantiene unas relaciones políticas de hoy te quiero, mañana no te quiero— el mensaje de que tiene que mover ficha ya. Se lo ha dicho con metáforas primaverales (defendiendo la incorporación de “savia nueva”), aeronáuticas (“solo nuevos pilotos nos llevarán a nuevos horizontes”) y gastronómicas (“ya no sirven las viejas recetas por mucho éxito que hayan tenido en el pasado”). Griñán niega enfáticamente (y cuando Griñán se pone enfático es muy enfático) que estas frases tuvieran como destinatario a Rubalcaba. Pero los suyos, los otros y los de más allá han leído otra cosa.
“Esto no es una maniobra contra Rubalcaba, pero el rey de Ferraz está desnudo y aunque en la conferencia política de octubre puede que no pase nada, seguirán lloviendo las encuestas. Rubalcaba no ha funcionado. Tenemos un problema y la ansiedad es grande”, sostiene un dirigente regional. Otro apostilla: “¿Por qué ahora? Porque controlamos los tiempos. Hay una gran incertidumbre con la dirección federal. Andalucía se sitúa a la vanguardia de la renovación y después de la conferencia política no sabemos lo que va a pasar”. Un tercero remata: “Andalucía quiere jugar su papel cuando se abra el calendario y va a ir muy cómoda con ese mensaje de renovación”.
Griñán ha dicho no una, sino varias veces, que apoya el calendario de Rubalcaba de celebrar primarias a la presidencia del Gobierno después de las elecciones europeas de 2014, aunque después de esta cita, barrunta uno de los dirigentes consultados, el PSOE “más que herido puede estar muerto”. Es su principal sostén, el que frenó anticipar el almanaque tal vez porque en ese momento la hoja de ruta andaluza que se conoció el miércoles estaba elaborándose.
El PP decidirá antes de final de año su cartel electoral
El martes y miércoles próximos los diputados del PP andaluz celebrarán en Málaga uno de sus habituales retiros después de cada periodo de sesiones. También hay reunión del comité ejecutivo. Será el momento de seguir hablando, todos juntos, de las repercusiones del anuncio de Griñán de no repetir como aspirante a la Junta de Andalucía. El PP andaluz no tiene candidato y la sacudida Griñán, al señalar ya a Susana Díaz, una mujer de 39 años que hará campaña desde el Gobierno (si gana las primarias), les ha pillado a contrapié. No les ha sorprendido la retirada —la daban por hecho— sino el momento de comunicarlo.
El anuncio ha creado ansiedad en las filas populares y el “cuanto antes, mejor” se va transmitiendo de abajo arriba en un partido muy piramidal y donde las órdenes van de arriba abajo. “Esto no es una cuestión de esperar, esto es una obligación para el PP”, afirma un dirigente regional. “Tenemos que tener un referente electoral ya”, apremian otros.
El presidente del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, comunicó hace tiempo a Mariano Rajoy y a María Dolores de Cospedal que su vocación y su decisión era dedicarse de lleno a la alcaldía de Sevilla, donde gobierna con mayoría absoluta. Pero la agenda andaluza no está en la agenda de Rajoy, no es una prioridad, aunque algunos consideran que como ocurre en el Vaticano, alguien debe ahora poner la carpeta de Andalucía en la mesa del presidente del Gobierno para que la abra, la lea y decida.
Sobre Rajoy, Cospedal, Zoido y también Javier Arenas, el artífice de que el PP andaluz ganase las elecciones de 2012 aunque de manera insuficiente, descansa la decisión. Aunque algunos opinan que debe tomarse en octubre, Zoido no quiere prisas. En verano se verá con Rajoy. Fuentes próximas al presidente del PP sostienen que la designación será a final de año, en torno a la Navidad, y sin tirar una moneda al aire. Aseguran que sus potenciales rivales, como Susana Díaz (PSOE) y Antonio Maíllo (IU), no son conocidos. Fuentes del PP opinan que la elección de Díaz “condicionará el perfil” del candidato del PP a la presidencia de la Junta.
En la mesa hay cuatro nombres: la delegada del Gobierno, Carmen Crespo; el secretario de Estado de Servicios Sociales, Juan Manuel Moreno; el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto; y el secretario general del PP, José Luis Sanz. Zoido va a introducir otro en la lista, según estas fuentes: el de la ministra de Trabajo, Fátima Báñez.
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