El alivio de Bretón tras su detención
El agente que detuvo a Bretón: “Suspiró largamente, con alivio” Los policías recuerdan que el acusado quiso contarle otra versión a su exesposa
En el juicio contra José Bretón por el supuesto doble asesinato de los pequeños Ruth y José han comparecido este miércoles los agentes que interrogaron a Bretón los días previos a su detención, el 17 de octubre de ese año. También han prestado testimonio los policías que participaron en la recogida de los huesos hallados el 8 de octubre de 2011 en la finca que el acusado tiene en Las Quemadillas, a las afueras de Córdoba. Bretón se enfrenta a 40 años de cárcel por matar a sus dos hijos. La fiscalía y la acusación consideran que el crimen lo cometió como venganza contra su entonces esposa, Ruth Ortiz, quien acababa de pedirle la separación. Bretón insiste en que perdió a sus hijos en un parque de la ciudad, mientras paseaba con ellos.
Los agentes que participaron en la investigación para saber qué había pasado con los niños tuvieron que lidiar con la extraña actitud del padre. Desde el primer momento extrañó su actitud fría y distante. Pero sobre todo, lo que enseguida alertó a los agentes fueron sus respuestas vagas sobre detalles básicos del cuidado de dos niños tan pequeños. “Era chocante que el acusado reconociese que el día que se perdieron sus hijos, estuviese desde las 10.00 hasta las 18.00 sin darles nada de comer”, cuenta un policía.
Las sospechas sobre Bretón no hicieron sino crecer. Hasta que el día 17 fue detenido en las dependencias de la comisaría Campo Madre de Dios, en Córdoba. El agente que le anunció la detención ha asegurado ante el juez de la Audiencia de Córdoba que Bretón pasó esa jornada muy nervioso, pero que cuando se le notificó el arrestó “suspiró largamente, como con alivio”. A partir de entonces, estuvo más tranquilo, según este testigo.
La defensa se aferra en cuestionar el proceso y recogida de los restos óseos
Hubo una última escena dramática esa tarde, tal y como ha recordado otro agente: “Cuando se le leyeron los derechos, lo único que dijo Bretón fue que quería llamar a Ruth para contarle algo. Le dijimos que no podía y que nos contara qué iba a decirle”. Bretón quería contarle a su todavía esposa que había perdido a los niños cuando llegó al parque Cruz Conde y no encontró a aparcamiento. “Según esta nueva versión, Bretón habría dejado a los niños en la entrada del parque, dio una vuelta en coche para aparcar. Cuando volvió había pasado un poco de tiempo y ya no estaban sus hijos. Algo que no había contado nunca”, reconoce el agente. Bretón, en la sala, ha negado con la cabeza, en silencio.
Toda la investigación sobre el caso se lastró casi un año por un problema al identificar los restos óseos encontrados en Las Quemadillas y que fueron clasificados en primera instancia como restos de origen animal. Pero 10 meses después, tres nuevos informes dictaminaron, por el contrario, no solo su total naturaleza humana sino que, además, pertenecían a dos niños de edades similares a las que Ruth y José tenían cuando desaparecieron: seis y dos años. Esta pifia se ha convertido en el principal asidero que ha encontrado José María Sánchez de Puerta para mantener en pie la complicada defensa de José Bretón: poner en cuestión toda la investigación partiendo de un error tan garrafal y cuestionar hasta el detalle todo el proceso de recogida y análisis de huesos.
Sánchez de Puerta ha resaltado la supuesta pérdida de uno de los huesos rescatados de la hoguera, el hueso catalogado como número ocho. Preguntado por este asunto, un policía que supervisó la primera recogida de restos ha destacado que “los huesos eran sólidos, pero estaban calcinados, no tenían solidez”. “Había de muy distintos tamaños, la mayoría muy pequeñitos. La mayoría estaban en un estado muy delicado. Me extraña que solo uno haya desaparecido, lo digo entrecomillas”, afirma.
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