La iniciativa privada rescata la fiesta de Fogueres de la subida del IVA

Se acabaron las Hogueras del AVE, de los recortes y del IVA… Anoche la nit de la cremà supuso la entrada oficial en el verano en Alicante y el adiós a una fiesta que en breve comenzará a ser preparada de nuevo.

Posiblemente fue una suerte que los días gordos de fiesta cayeran en fin de semana. El viernes y el sábado la ciudad estuvo a rebosar. Con el AVE recién estrenado, las previsiones del Patronato de Turismo apuntaban a la llegada de medio millón de visitantes, los cuales se dejarían unos 30 euros por persona. Es decir, 15 millones de euros, cifra nada desdeñable en una ciudad necesitada de que circule el dinero. Quienes quisieron encontrar habitación de ultima hora tuvieron que buscar cama en ciudades limítrofes.

La gente se echó a las calles para vivir unas Fogueres muy críticas con todo lo ocurrido a lo largo del año, especialmente en el ambiente político. Los monumentos fogueriles se cebaron con políticos que iban desde Angela Merkel a Mariano Rajoy, pasando por Alfredo Pérez Rubalcaba o Iñaki Urdangarin, el duque de Palma. Sin embargo, si hay que apuntar a un político en el que se haya puesto el ojo crítico los foguerers es el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Nadie le ha perdonado la subida del IVA del 8 al 21%.

Las comisiones festeras las han pasado canutas para encontrar financiación. Este año el espacio dejado por el Ayuntamiento —han rebajado la subvención a la fiesta de 400.000 a 200.000 euros—, lo ha ocupado el ámbito privado. Hasta el punto que en algunos barrios, los luminosos de una marca de cerveza destacaban más que los propios de la barraca anunciada al lado. Varias comisiones han juntado presupuestos para compartir bandas de música, por ejemplo, en la Ofrenda de Flores.

A la Federació de Fogueres, han llamado los festeros preguntando cómo conseguir el presupuesto para los monumentos, para la infraestructura del racó, preguntando quienes son los proveedores más baratos. El ejemplo de esta situación de crisis ha sido el de la foguera del puerto, la de la actual bellesa del foc, Beatriz Botella. Llevaba más de 15 años plantando su monumento en el mar y renunció no solo a ello, sino que bajó de categoría especial a cuarta. Pero todo esto se resolvió, como dicen los festeros, “con ingenio, como en los años setenta cuando no había dinero”.

Las 182 hogueras, plantadas durante cinco días en las calles, ardieron una tras de otra desde la medianoche pasada cuando comenzó oficialmente la nit de la cremà. Durante los próximos días, los que no hayan tenido suficiente fuego y pólvora, podrán seguir disfrutando cada noche de los castillos de fuegos desde la playa del Cocó. El punto negro de las fiestas fue la muerte de Aaron Marcos, un niño de nueve años muerto por la acción de un petardo.