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El jefe de los Mossos imputado por el ‘caso Quintana’ declara por otro pelotazo

11 mandos imputados admiten ante el juez que dispararon pelotas de goma el 29-M Un hombre les ha denunciado después de que perdiese el bazo tras recibir un golpe

Rebeca Carranco
Disturbios en Barcelona, el 29 de marzo. / GIANLUCA BATTISTA
Disturbios en Barcelona, el 29 de marzo. / GIANLUCA BATTISTA

El subinspector de los Mossos d’Esquadra imputado por el caso de Ester Quintana, que perdió un ojo presuntamente por un pelotazo en la huelga del 14-N, repite de nuevo en el banquillo. El mando policial, al cargo de la furgoneta Dragó 40, acudió ayer de nuevo al Juzgado de Instrucción 24 de Barcelona para dar explicaciones por otro presunto pelotazo, según fuentes policiales. En esta ocasión, él y otros 21 agentes más de la unidad cuatro de los antidisturbios de los Mossos d’Esquadra están imputados, después de que un hombre denunciase que perdió el bazo, fruto de una pelota de goma en la huelga del 29 de marzo en Barcelona.

Ayer les tocó el turno a todos los mandos policiales (de cabo al subinspector) que dirigen los diferentes furgones (más de ocho) de la unidad. En total, 11 policías admitieron ante el juez que durante la manifestación se dio la orden de lanzar pelotas de goma a los escopeteros.

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Cuando se les reprodujeron las imágenes de la zona en la que el hombre resultó herido —en el cruce de la calle de Balmes con Gran Vía de Les Corts Catalanes— los policías dijeron no reconocerse en ellas porque con el casco y el uniforme es complicado identificar a cada agente. Solo explicaron de forma genérica que si se actuó y se dispararon pelotas fue para dispersar y acabar con los graves incidentes, según fuentes judiciales.

Explicación sin detalles

El hombre aportó imágenes de Youtube donde se ve a los policías disparando las escopetas

Está previsto que hoy se sienten ante el juez otros 11 agentes, en este caso los escopeteros que se encargan de disparar las controvertidas pelotas. La intención del instructor es dirimir si la forma de proceder de los policías fue proporcionada y acorde a la situación y, posiblemente, desimputará a parte de ellos. En el interrogatorio, el juez les ha preguntado dónde estaban ubicados, si se reconocían en las imágenes, y por qué dispararon de esa forma y no de otra, según fuentes judiciales. Los policías tampoco detallaron el lugar en el que se encontraban.

El denunciante asegura que el 29 de marzo decidió salir de su casa para acudir al piso de un familiar. Sobre las nueve de la noche, pensando que los graves altercados habían acabado ya, cruzó por la calle de Balmes y en ese momento explica que recibió el pelotazo.

Tras buscar en Youtube, el denunciante logró contactar con las personas que grabaron imágenes en la zona en la que fue herido y las ha aportado a la causa. También ha declarado un testigo que asegura que vio cómo le lesionaban.

El hombre, albañil de profesión, permaneció de baja fruto del golpe que le dejó sin bazo. Durante seis meses, estuvo recuperándose, e incluso perdió su empleo, según fuentes judiciales. En septiembre, se animó a dar el paso para denunciar lo sucedido. Según su versión, en la zona y en el momento en el que recibió el pelotazo no había disturbios.

Hasta ahora, las únicas diligencias que ha practicado el juez es la toma de declaración a un testigo y, de los 22 agentes, a los que se les ha imputado, según fuentes judiciales, para que tengan la posibilidad de acudir con un abogado.

En las imágenes aportadas por el denunciante se ve claramente, según esas mismas fuentes, que los policías cargan las escopetas de pelotas de goma, que tienen un cañón largo. Los mossos, sin embargo, no han especificado si en las imágenes visionadas estaban disparando pelotas o se trataba de salvas (disparos sin proyectiles).

Para lanzar pelotas de goma es preceptiva la autorización del director de la policía, Manel Prat. Algo que sí se hizo en la jornada del pasado 29 de marzo, cuando se produjeron graves disturbios en el centro de la ciudad, con la imagen ya emblemática de la cafetería Starbucks de la ronda de Sant Pere ardiendo.

El caso es muy distinto del de Ester Quintana. La mujer también resultó herida en una huelga general, la del 14 de noviembre. Pero aquel día las manifestaciones transcurrieron de forma pacífica, hasta llegar a la zona de Vía Laietana, cuando un grupúsculo de personas quemó dos coches de la policía nacional aparcados frente a la Jefatura Superior, y empezaron a lanzar objetos contra el cordón policial. Los agentes cargaron en esa zona, pero en ningún momento se autorizó el uso de pelotas de goma. Oficialmente, los antidisturbios solo utilizaron las lanzaderas, que es un tipo de arma de precisión que se vale de unas pelotas de espuma que no rebotan.

Pero el forense que examinó a Ester Quintana aseguró que sus heridas eran “compatibles” con las que causan las pelotas de goma. Prat se comprometió a dimitir si sale una prueba que demuestre que a Quintana la hirió una bola de ese tipo. Hasta ese momento, Interior mantiene que a la mujer no la lesionó un proyectil lanzado por los Mossos. El juez que instruye su causa, Francisco González, ha imputado a dos antidisturbios: el subinspector de la furgoneta Dragó 40, que es la que actuó en la zona en la que cayó herida Quintana, y el escopetero.

El caso de Quintana ha supuesto un antes y un después para los antidisturbios y para el Departamento de Interior. El entonces consejero de Interior, Felip Puig, llegó a dar cuatro versiones distintas de lo sucedido y acabó destituyendo al máximo responsable de la comisaría de recursos operativos, el comisario Sergi Pla, de la que dependen los antidisturbios.

En el Parlament se ha abierto una comisión específica para debatir sobre el material que utilizan los agentes y el modelo de orden público catalán, que se reunirá la próxima semana. Por ahora, los Mossos no han vuelto a usar pelotas de goma.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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