Ejecutivo y oposición fijan el acuerdo fiscal para junio entre críticas a Urkullu

Coincidencias sobre la gravedad de la situación económica y sobre cuáles son los asuntos esenciales que se deben abordar en Euskadi —reforma fiscal, lucha contra el fraude, reactivación económica, defensa de las políticas públicas y una revisión del modelo institucional— para avanzar. Son los acuerdos de mínimos a los que llegaron ayer en su primer encuentro conjunto el lehendakari, Iñigo Urkullu, y los líderes de PNV, EH Bildu, PSE, PP y UPyD, tras tres horas y cuarto de encuentro a puerta cerrada en una de las salas de la Lehendakaritza, en Vitoria. Las concreciones, el ámbito en el que el debate se vuelve más espinoso, quedan para otro día.

Sin concretar en materia fiscal, uno de los puntos de mayor controversia junto con la manera de luchar contra el fraude, el Gobierno y los partidos acordaron un calendario que se forjará en principio a través de reuniones bilaterales y que se caracteriza por la urgencia del primer reto: el de lograr un acuerdo de reforma fiscal el próximo mes de junio o, a más tardar, principios de julio.

La razón no es otra que tener tiempo para realizar las modificaciones necesarias de las normas forales en las Juntas Generales y llegar al Consejo vasco de Finanzas de octubre —el que establece las previsiones de recaudación para el próximo año y, por tanto, para establecer los límites en los que se tendrá que mover el próximo presupuesto— con unos cambios en fiscalidad actualizados.

El PNV, el más optimista a la salida del encuentro junto al portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka —”satisfecho por el primer paso” que lograron—, aseguró que hay tiempo suficiente para alcanzar un acuerdo para la reforma fiscal. Pero la oposición en bloque se despachó con críticas prácticamente unánimes sobre la falta de propuestas del lehendakari. La portavoz del primer partido de la oposición, Laura Mintegi, vio en este sentido una contradicción entre lo “perentorio” de las fechas y el hecho de que Urkullu no presentara ayer propuestas para ganar algo de tiempo.

El presidente del PNV se mostró "moderaradamente optimista"

El socialista Patxi López, probablemente el más positivo de toda la oposición, consideró “insuficientes” las concreciones y habló de “dificultades manifiestas” para lograr acuerdos, pero acto seguido se felicitó porque el Ejecutivo haya asumido el “guión del PSE” y se mostró dispuesto a alcanzar un acuerdo sobre la “globalidad” de las reformas a realizar. El resto censuró que el lehendakari les haya reclamado que le hagan llegar sus propuestas porque, tal y como se quejó Gorka Maneiro (UPyD), “nos pide propuestas pero no nos plantea ninguna”. “Es sorprendente que lo más concreto sea del PNV, no del Gobierno”, reconoció López. Arantza Quiroga (PP) redujo el encuentro a un debate “totalmente estéril” que “reproduce los debates que se han producido en el Parlamento” y que deja al descubierto, a su juicio, la “incapacidad del Gobierno” y que “o no tiene política económica o no se atreve a aplicarla”. Mintegi vio un Gobierno “sin rumbo, que no termina de arrancar y de hacer propuestas concretas”, algo que, según la portavoz de la coalición impide a los partidos plantear sus argumentos.

Ante la práctica unanimidad de las conclusiones de la oposición, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, se mostró “moderadamente optimista” y advirtió a los medios de que los partidos habían sido más críticos en la sala de prensa que en la de reuniones. Ortuzar tuvo buenas palabras para los socialistas y vio en EH Bildu un mayor afán de buscar acuerdos.

El calendario establece que la mayoría de medidas se plantee antes del parón veraniego —fiscalidad y fraude, reactivación económica y reflexión sobre el sistema de protección social en junio y en julio los trabajos sobre el redimensionamiento de la administración—, pero relega a “otoño” lo que Erkoreka citó como la “ponencia de autogobierno”, en la que se trataría el nuevo estatus. El PNV prometió este foro para el primer semestre de su mandato y Erkoreka pidió en febrero a la Cámara que lo activara. Relegarlo podría entenderse como un guiño a PSE y PP.