Una pareja recupera la custodia de su hija porque la agresión era falsa
La niña ha estado separada de su padres tres meses Una médica dictaminó que tenía quemaduras de cigarrillos pero se trataba de una dermatitis
“Ha sido una barbaridad, no le deseo a nadie el calvario vivido en este tiempo”, señalaba este viernes, aún emocionada, Dolores Talavera que, junto a su marido, Luis Gil, no paran de abrazar a su hija, de 11 años, algo que no han podido hacer en los últimos tres meses. Esta pareja de Úbeda (Jaén) ha recuperado la custodia de la menor que le fue retirada de forma cautelar el pasado mes de febrero al entender los médicos que las heridas en la piel que tenía la niña eran fruto de quemaduras de cigarrillos causadas por sus padres.
Ahora, la justicia les ha dado la razón al constatarse que las lesiones se debían a una patología dermatológica que sufría la niña, y que no advirtieron ni los profesores ni los médicos que la atendieron. Los padres, que en su día fueron detenidos e imputados por un delito de malos tratos y recibieron una orden de alejamiento de su hija, vuelven a respirar.
La familia ubetense cree que la retirada de la custodia se debió a un cúmulo de “graves errores”, por los que iniciarán acciones legales y reclamarán daños y perjuicios. Todo empezó cuando un profesor del colegio donde la niña cursa estudios de primaria advirtió que tenía marcas superficiales en el cuerpo. Instaron a la familia a que la niña se sometiera a un reconocimiento facultativo, pero, ante su negativa, se saltaron su autorización y contactaron con un médico para que la viera. Según el abogado de la familia, Luis Fernando Salido, la exploración de aquella doctora se hizo desde la distancia, observando a la pequeña mientras jugaba en el patio del colegio, y “de una manera poco rigurosa”.
Y así fue como, tras relacionar las heridas con quemaduras de cigarrillos, se dio parte a los servicios sociales y al juzgado de guardia. Activado el protocolo, la Junta de Andalucía declaró el desamparo de la menor y otorgó la tutela a un tío suyo, residente en la vecina localidad de Sabiote, aunque en un primer momento llegó a plantearse internarla en un centro de menores más alejado.
“Ha sido un cúmulo tras otro de errores por el empeño de varios profesionales en jugar a médicos y policías”, declaró el letrado de la familia, que ha podido probar cómo las lesiones de la menor se debían a picaduras de mosquito, que le hacían rascarse de forma compulsiva y le provocaron una dermatitis escoriasis nerviosa.
Para Salido, se trata de una afección que “se evidencia como si se tratara de quemaduras, pero una cosa es que los síntomas sean similares y otra que los padres la quemaran”.
El abogado cree que faltó mayor diligencia y rigurosidad entre los profesionales educativos y sanitarios, como ha quedado demostrado en declaraciones posteriores ante el juez de dermatólogos y del pediatra, que ya seguían esta afeccion dermatológica de la niña. “No repararon en que la niña solo tenía lesiones adonde le llegaban las manos, no en la espalda”, apuntó Salido. Además, lamenta que la menor fuera incluso sometida con posterioridad a exámenes ginecológicos ante la sospecha de que podría haber sufrido abusos sexuales de sus progenitores.
El Juzgado de Instrucción número 1 de Úbeda ha archivado ahora el proceso judicial abierto en su día, según informó diario Jaén, por el que se acusaba a los padres de haber causado hasta 200 quemaduras a su única hija. La niña volvió el miércoles a reencontrarse con su familia, que teme las secuelas de este alejamiento forzoso durante tres meses. “Era una niña muy brillante en los estudios pero ahora vemos que se ha venido abajo”, indicó el abogado , que alude a un informe psicológico que revela el “trauma” que sufre la menor.
También los padres han pasado lo suyo: separados de su hija tres meses, tuvieron que cerrar su tienda de alimentación ante el impacto que causó entre el vecindario la detención de la pareja por supuestas agresiones a su hija. Agresiones que ahora la Justicia ha dictaminado que no existieron.
Desde el colegio Sebastián de Córdoba, donde la niña asiste a clase, se defiende, sin embargo, la actuación seguida. “Respetamos lo que diga el juez, pero hicimos lo que teníamos que hacer”, indicó su director, Ángel Fernández, que niegan que el rendimiento académico de la alumna se haya resentido tras ser separada de sus padres. Estos tramitan el cambio de colegio para su hija por el trato recibido en el actual.
Mientras tanto, la Junta de Andalucía no ha querido valorar el comportamiento seguido desde los servicios sociales y sanitarios. “Se actuó según lo que marca el protocolo en estos casos y a instancia del juez”, indicó un portavoz de la Delegación del Gobierno andaluz en Jaén.
El caso de esta pequeña de Úbeda guarda similitud con otro denunciado en Segura de la Sierra en 2002 (Jaén), cuando la Junta andaluza también retiró la custodia por presuntos malos tratos a la hija de nueve años de un matrimonio. Luego se demostraría que las lesiones fueron a consecuencia de una caída. Aunque la familia reclamó a la Junta 1,8 millones en compensación por los daños sufridos, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) dictaminó en 2011 que no cabía indemnización porque la actuación de la Administración fue correcta.
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