El ingeniero Benet

Juan Benet nació en Madrid en octubre de 1927, y murió aquí, en su casa de El Viso, cuando empezaba 1993. Y dejó atrás un libro, Otoño en Madrid hacia 1950, que es "una obra maestra, sumamente original en su estructura profunda", como escribió Antonio Martínez Sarrión. Fue un trotamundos, y aunque Madrid era su casa, su calle y sin duda su bar, o sus bares, decidió inventar una región en la que vivía su fantasía: Región, el lugar sin límites de su obra.

La potencia literaria de Benet, un narrador extraordinario, opacó el oficio principal del autor de Volverás a Región, la ingeniería. Hizo obras de mucha importancia, y contribuyó con sus dotes de ingeniero a soluciones muy imaginativas para problemas enormes, a los que dedicó un entusiasmo profesional del que apenas se hacía eco, porque de lo que habla en la casa y en los bares era de lo otro, la literatura.

Ahora que se cumplen veinte años de la muerte de figura tan imprescindible de la literatura del siglo XX, sus colegas del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos le organizan un homenaje en la sede de Madrid. En ese encuentro, que abrirá el presidente, Juan A. Santamera, se anuncia que el hijo mayor de Juan, Ramón Benet, contará la peripecia profesional del ingeniero.

En aquel Otoño en Madrid hacia 1950 Benet recuerda personajes esenciales de su aprendizaje vital e intelectual en la ciudad en la que ahora se le recuerda como uno de sus ciudadanos más originales e ilustres. No hay que perderse ese Benet oral que está en ese libro, aconseja Martínez Sarrión en la más reciente edición de ese volumen (Visor Libros, 2001). De ese Benet madrileño que visitaba a Baroja y paseaba con Pepín Bello, con García Hortelano o "con el torero y conspirador comunista Domingo Dominguín de la dinastía célebre" hablará también Martínez Sarrión en el memorial que, como homenaje a su compañero, han organizado para esta tarde los ingenieros españoles.