Una Fira del Llibre con claroscuros
La 48ª edición de Valencia cierra con pérdidas del 10% al 15% sobre 2012 El buen tiempo de los últimos días suaviza la caída de ventas
El tiempo partió la Fira del Llibre de Valencia en dos, con una primera mitad pasada por agua y con unos días finales animados por el sol. La 48 edición cerró este domingo sus puertas con un balance de claroscuros. El mal arranque auguraba a los libreros fuertes pérdidas sobre las ventas del año pasado (800.000 euros), pero el empuje del último tramo de la cita suavizó finalmente la caída, que el Gremi de Llibrers de València situó provisionalmente (a falta de la jornada de clausura) entre un 10% y un 15% respecto de la edición de 2012.
“La lluvia del principio nos ha fastidiado. El día perdido de feria no se recupera”, sentenciaba Pep Moreno, de Edicions Bromera. ¿Y la crisis? “No se nombra, pero está”. Se nota en la caja, que sigue encogiendo, y en la gente que abandonaba sin bolsa los Jardines de Viveros tras curiosear por las 70 casetas del recinto. “Del libro grande pasamos al de bolsillo y ahora a las ofertas de unos pocos euros”, abundó José Antonio Valverde, director de la Casa del Libro, que calificó de “pésimo” el resultado de este año.
Pero en la cálida jornada dominical que despidió la feria con una gran afluencia de visitantes también se escucharon voces más optimistas. “La gente ha respondido bien pese a la que está cayendo”, valoraban en la Librería Puerto. Adela Rodríguez, de la Librería Seguí, tampoco estaba descontenta: “Yo me voy con una buena impresión. El mal tiempo y la crisis se notan, pero la gente sigue teniendo ganas de libro”.
“La ciudadanía sigue fiel a la fiesta del libro”, afirma el presidente del Gremi
Este domingo, esas ganas se veían en la cola interminable de lectores que esperaban a que Laura Gallego les firmara un ejemplar de El libro de los portales. Y en días anteriores, en el gran tirón de Albert Espinosa, que pasó horas firmando su obra Brújulas que buscan sueños perdidos, o de Blue Jeans (el periodista sevillano Francisco de Paula Fernández), con No sonrías que me enamoro, y de otros autores a los que arropó el público, como Manuel Vicent (premio especial de la Fira), Ferran Torrent, Rafael Chirbes, Alicia Giménez Bartlett o Santiago Posteguillo, entre muchos otros.
Mesas redondas, presentaciones de libros, lecturas, actividades para escolares y actuaciones musicales animaron una feria de la que los organizadores destacaron el calor del público, “que ha venido a comprar pese a la crisis”. Como Concha Bermell, de 59 años, que paseaba el último día por la feria con varios libros bajo el brazo: “Y me llevaría más, me gustan los libros, el papel”. O Marisa Carlos, de 56, que junto a la familia fue “a pasear, ver y comprar, aunque menos que antes”.
Con el balance provisional en la mano, David Cases, presidente del Gremi de Llibrers, expresó su agradecimiento “a un ciudadanía que sigue fiel a la fiesta del libro” y este año tampoco le “ha dado la espalda”.
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