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oferta cultural

Retazos de otros países en Madrid

Los centros culturales extranjeros ofrecen multitud de actividades, la mayoría gratuitas, que atraen a un público fiel

Representación en el Centro Ruso de 'El viaje de la Matrioska'.
Representación en el Centro Ruso de 'El viaje de la Matrioska'.BERNARDO PÉREZ

El pequeño Abel Caseiro, de apenas un año y medio de edad, asistía a su primer concierto hace dos semanas en el Instituto Francés de Madrid. El grupo elegido por sus padres para su "nacimiento" musical fue Brigitte, formado por las francesas Aurélie Maggiori y Sylvie Hoarau. Estas entusiastas de la estética kitsch, acompañadas por sus tres músicos, ataviados como los chicos de La Naranja Mecánica, cantaron los temas de su primer álbum Et vous, tu m'aimes? con el que han conseguido hacerse un hueco en el panorama musical del país vecino. Las palmas de las manos de Abel intentaban llevar el ritmo de la batería. Lejos de asustarse por el estruendo del concierto, el pequeño gritaba alborozado algunas palabras que ninguno de los que estaban a su alrededor lograban comprender. Aquella noche de viernes, el aforo del teatro del Instituto Francés, afincado en el número 12 de la calle de Marqués de la Ensenada —a unos metros de la plaza de Colón— volvió a desbordarse por la cantidad de jóvenes, grupos de amigos que superaban los 40 e incondicionales de la música francesa que no quisieron perderse el evento.

Conciertos, sesiones de cine en versión original, obras de teatro y alguna que otra conferencia conforman el grueso de las actividades que este centro cultural, perteneciente al Ministerio de Asuntos Exteriores francés, oferta cada mes al público madrileño.

El grupo Brigitte, en el Instituto Francés.
El grupo Brigitte, en el Instituto Francés.ÁLVARO GARCÍA

Con el doble objetivo de trasladar las tendencias culturales de París a Madrid y de difundir la lengua francesa, la sede del instituto ha incrementado en los últimos años su volumen de actividades debido a la buena acogida del público, según explica su director, Alain Fohr. "El éxito de nuestra programación se debe, en primer lugar, a la empatía que siente el español por el país vecino. Por otro lado, intentamos fijar una agenda que atraiga a un público contemporáneo. Y, por supuesto, está el contexto de la crisis. En estos tiempos la cultura emerge con más fuerza que nunca. Ante la falta de horizontes, el ciudadano busca espacios donde pueda soñar y que a la vez le inviten a la reflexión y a la convivencia con el resto", sostiene Fohr.

El Instituto Francés es uno de los más de 12 centros culturales extranjeros que tienen su sede en la capital madrileña. El British Council, el Instituto Goethe, el Italiano de Cultura, el Confucio o el Centro Ruso son algunos de los más destacados. Todos pertenecen al servicio exterior de sus países y su finalidad, junto a la enseñanza del idioma, es la promoción de la cultura contemporánea en el ámbito de las artes visuales, la música, el teatro y la literatura.

Una de las características más destacadas de estos centros es que, en la mayoría de los casos, el acceso a sus eventos es gratuito o exige un pago simbólico. Esto provoca verdaderas colas. El pasado miércoles, una multitud esperaba pacientemente en la entrada del palacio de Abrantes, sede del Instituto Italiano de Cultura, para conseguir una entrada gratis para el preestreno de Tormentos, un largometraje realizado con los dibujos de la novela gráfica del célebre guionista italiano Furio Scarpelli (1919-2010).

Café Milano, en el Instituto Italiano.
Café Milano, en el Instituto Italiano.

La misma estampa se suele repetir en las sesiones cinematográficas del resto de institutos. Por no hablar de las conferencias y de las charlas literarias. "La oferta de los institutos es tan variada que a veces cuesta elegir, pero sea cual sea tu elección, siempre sales satisfecha. Es verdad que a veces hay demasiada gente en las salas, pero es cuestión de estar al loro y de suscribirse lo antes posible a su programación", comentaba Nuria Gómez el pasado viernes a la salida del Centro Ruso de Cultura y Ciencia.

Esta profesora de matemáticas, de 32 años, había asistido a la representación teatral de El viaje de la Matrioska, un texto de David Lemos que cuenta la historia de una joven deseosa de sacar la pequeña muñeca rusa que lleva dentro para poder enfrentarse al mundo. Una puesta en escena simple, el desgarro de una joven actriz y las notas de un piano de cola emulaban un viaje en tren que pretendía llegar al interior de cada espectador.

Aunque la mayoría de los institutos utiliza su sede para llevar a cabo sus actividades, también desarrollan parte de su agenda en las instalaciones de otras entidades culturales madrileñas, tanto públicas como privadas. El Círculo de Bellas Artes, las universidades, el Conde Duque, Matadero o La Casa Encendida son algunos de los centros con los que organizan eventos en conjunto. "No podemos quedarnos en nuestros muros. Tenemos que abrirnos físicamente para llegar a más gente", asegura Alain Fohr, del Instituto Francés.

Representación de 'El viaje de la Matrioska'.
Representación de 'El viaje de la Matrioska'.BERNARDO PÉREZ

Hay sedes, como el Centro Checo o el Instituto Cultural Rumano, que no cuentan con un espacio suficiente para acoger todas sus actividades, pero que gracias a las colaboraciones externas pueden desarrollar presumiblemente su función. Lo que sí tienen tanto grandes como pequeños es un servicio de biblioteca y mediateca muy especializado y de gran volumen. El acceso a las salas de lectura suele ser gratuito y universal. "Un día vine a una exposición con unos amigos y descubrimos la biblioteca del Goethe. Entramos por curiosidad y nos quedamos impresionados por lo bien equipada que está. Te daban ganas de empezar a estudiar alemán", cuenta Sonia Jiménez, estudiante de Historia, de 22 años. Hace poco más de un año, la biblioteca del Instituto Italiano de Cultura ampliaba su espacio en la planta baja del palacio de Abrantes gracias a la financiación de cuatro ministerios italianos.

300.000 libros

El pasado miércoles su director, Carmelo Di Gennaro, mostraba orgulloso el resultado de las obras de restauración de esta parte en desuso del palacete que se había convertido en un antiguo desguace. "Esta ampliación ha dado cabida a más de 30.000 volúmenes dedicados a la cultura italiana. Además, el servicio de préstamo es gratuito y está abierto a todos los ciudadanos", añade.

Ejemplar de 'El principito' en árabe.
Ejemplar de 'El principito' en árabe.

La remodelación de la planta baja del palacio también ha afectado a la antigua cafetería —ahora llamada I Saloni di Milano— que se ha convertido en un espacio de vanguardia gracias al diseño del arquitecto Piero Russi. Esta obra no habría podido hacerse sin el patrocinio privado, según informa el propio Di Gennaro. Desde 2008 la partida presupuestaria destinada al Instituto di Cultura se ha reducido en un 60%. Y es que los recortes también han afectado a estos institutos, que se mantienen, sobre todo, gracias a las matriculaciones de sus alumnos.

La coordinadora de programas culturales de la Casa Árabe, Nuria Medina, señala algunas de las medidas que han tenido que tomar a consecuencia de la crisis: "A la hora de celebrar mesas redondas, buscamos especialistas que estén más cerca para ahorrarnos el transporte. También hemos reducido el número de exposiciones pero alargamos su duración en la sala". A diferencia del resto, esta institución —que promueve la cultura y la enseñanza del árabe— pertenece al Estado español.

Escultura de Assem Al Bacha en la Casa Árabe.
Escultura de Assem Al Bacha en la Casa Árabe.

Lo importante para todos ellos es que los recortes alteren lo menos posible la calidad de la programación y que los madrileños los vean como espacios culturales de referencia. Que sean rincones que te trasladen a cualquier parte del mundo. Aunque no siempre guste la realidad que muestren.

La otra tarde, el joven Ariel López miraba atónito una de las figuras alargadas y sin rostro del escultor Assem Al Bacha, que se exponen en la Casa Árabe hasta el próximo 12 de mayo. Al preguntarle qué es lo que le había impactado tanto, este estudiante de Diseño señaló su referencia: "Manifestantes". Dedicada a los ciudadanos sirios oprimidos por el régimen de Bachar el Asad en las revueltas.

La oferta ahora ‘en cartel’

Danza hip hop: El peso del alma. El teatro del Instituto Francés presenta este espectáculo de danza contemporánea el 7 de mayo a las 20 horas. Cinco euros (Marqués de la Ensenada, 12).

WorkShop de la compañía inglesa 1927. El British Council colabora con la sala Cuarta Pared en este taller en inglés que integra los lenguajes de teatro, cine, animación y música. 10 de mayo de 11 a 14.30. Matrícula gratuita (Ercilla, 17).

Ciclo de conciertos Grandi Voci per Verdi. Con motivo del bicentenario de Verdi, el tenor Francesco Meli y el pianista Matteo Pais protagonizan un recital el 8 de mayo a las 20.00 en el Instituto Italiano de Cultura. Entrada libre. (Mayor, 86).

Lugares de inspiración. Arte del siglo XX en español. Hasta el 31 de diciembre, el Instituto Cervantes expone 74 grabados de prestigiosos artistas españoles y latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX (Libreros, 23).

Cambios de percepción recíproca entre alemanes y españoles a raíz de la crisis. El Instituto Goethe acoge el 22 y 23 de mayo unas mesas redondas sobre el tema. Inscripción gratuita. Sesiones en alemán y español con traducción simultánea (Zurbarán, 21).

Expomanga 2013. La Fundación Japón participa en este espacio con un estand. Del 10 al 12 de mayo en el pabellón La Pipa (recinto ferial de la Casa de Campo).

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