UGT aplicará recortes para adaptar su estructura a la caída de ingresos

La larga e intensa crisis económica está dañando las cuentas del sindicato UGT. En los últimos cuatro años los ingresos globales han caído un 17%, un descenso que se precipitó durante el año pasado, al caer las tres principales fuentes de financiación: las ayudas finalistas —cursos, por ejemplo—, las subvenciones directas y las cuotas de afiliados, aunque no tanto las 1.200 bajas que se han producido sobre un total de 170.000, como que los afiliados en paro pagan menos. Ante esta situación —y con pérdidas registradas desde 2010— y las malas perspectivas para 2013, la organización adoptará “las medidas oportunas con urgencia para adaptar la estructura al gasto de la nueva situación”.

Así lo expresa el informe de gestión de la Comisión de Control Económico presentado ayer en la primera jornada del XIV Congreso del sindicato en Cataluña. En un ejercicio de realismo, el informe económico advierte de que “la demora en la adopción de medidas de índole económico o la utilización de reservas solo empeorará la situación”. Y dada la tendencia a la baja concluye que “a corto plazo solo es posible actuar por el lado de los gastos, priorizando los que se consideren fundamentales para el funcionamiento y estabilidad económica del sindicato”. El presidente de la comisión, Faustino Martín, subrayaba la necesidad de “explicar la realidad de donde estamos, sin engañarnos”. Una de las principales medidas que la organización tomó el año pasado fue la aplicación de un ERE temporal que mandó a casa durante tres meses a parte de la plantilla y redujo el gasto de personal un 22,5% sin despedir a nadie.

Los informes de gestión recibieron el respaldo mayoritario de los 400 delegados de un Congreso que finalizará el viernes y que tiene por lema Tiempo de lucha, unidad y respuesta. El informe del Secretariado Nacional obtuvo el 92,3% de votos positivos y el informe económico logró la mayoría unánime.

En su discurso inaugural, el secretario general, Josep Maria Álvarez, confirmó que volverá a presentarse a la reelección por séptima vez consecutiva, para afrontar su último mandato. Serán cuatro años capitaneados por una ejecutiva en la que previsiblemente ganarán peso nombres como el del presidente del Comité de Empresa de Seat, Matías Carnero; el secretario de Políticas Sindical, Camil Ros; o la responsable de la federación de servicios públicos, Encarna Fernández.

Durante su primera intervención, Álvarez arremetió contra los recortes y la reforma laboral, pidió una moratoria en los ERE hasta que crezca la economía e insistió en la necesidad de “cambiar las bases del sistema” ante una crisis económica, política y de valores que en los últimos cuatro años ha provocado un “cataclismo”. Justo antes de Álvarez habló el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que pidió “complicidad” a los sindicatos para luchar contra la crisis y para hacer posible la consulta soberanista.

Por la tarde, durante el turno de palabras hubo intervenciones con la autocrítica que no se escuchó por la mañana. Voces que compararon la gran capacidad movilizadora de los movimientos sociales frente a la de los sindicatos, se preguntaron de qué han servido tres huelgas generales o criticaron el servicio jurídico. Especialmente alabada fue la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. “Igual si hiciéramos escrache a los empresarios que aplican ERE, la gente nos sentiría más próximos”, dijo Jordi Salvador, secretario general en Tarragona.