Paz en Bàscara, guerra de transportistas
Los camioneros reparten folletos en la AP-7 para denunciar que ya no pueden circular por la N-II
Es la jornada más sosegada que se recuerda en Bàscara (Alt Empordà). Un problema que se ha alargado durante más de cuatro décadas. 27.000 turismos y 3.000 camiones cruzaban a diario por el centro este pequeño pueblo de 968 habitantes de Girona. Hasta hoy que la Generalitat ha prohibido el paso de camiones de más de tres ejes por la N-II. “Esto es tranquilidad, ahora podemos cruzar tranquilamente”, ha apuntado satisfecho el alcalde de la localidad, Lluís Lloret. Por la nacional que divide el municipio en dos partes hoy solo se ven coches y los camiones que trabajan en las empresas locales.
Pero la satisfacción en el municipio gerundense, plagado de pancartas contra el paso de camiones, es diametralmente opuesta a la de los camioneros. Un grupo de transportistas se ha concentrado a primera hora de la mañana de este viernes en el área de servicio de Maçanet de la Selva (Girona), al lado de la salida de la autopista AP-7, en protesta por el veto.
Bogdan es rumano y conduce un camión. Para en la estación de servicio para descansar. Hasta hoy su ruta era la “barata”. A un kilómetro escaso se solía salir de la vía de pago y cogía la N-II. “Son 20 euros más por trayecto. Esto me va a suponer un gasto de más de 1.600 euros al año”, se ha quejado. Bogdan dice no saber nada de la subvención que la Generalitat dará a los transportistas para costear parte de los gastos. Unas ayudas que la Generalitat ya ha calculado que le supondrán un gasto adicional de un millón de euros. Sin embargo, desde el Ministerio de Fomento han elevado esta cifra hasta los dos millones. La compañía concesionaria de la autopista, Abertis, financiará también parte del coste por el aumento de tráfico.
Cerca de Bogdan, un grupo de representantes de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadiser) sujetan una pancarta en la que piden la gratuidad de los peajes para los camioneros. Durante toda la mañana se han dedicado a repartir hojas informativas a los transportistas.
A pesar de la polémica que ha rodeado durante los dos últimos meses el paso de camiones por nacional, la prohibición decretada por el consejero de Territori, Santi Vila, no ha llegado a todos los camioneros. En los más de 80 kilómetros de N-II que unen Maçanet de la Selva y la Jonquera, aún se pueden ver camiones de más de tres ejes. Los Mossos d´Esquadra han montado varios controles para informar a los transportistas de que la circulación está prohibida.
“No sabía nada, ahora voy a coger la autopista”, ha explicado un conductor lituano parado en Medinyà. Junto a él viajan dos amigos. Llevan más de 40 horas de viaje y, a pesar de que reconocen la peligrosidad del trayecto, no entienden la medida. “Para los que trabajan en empresas no pasa nada, el problema lo tienen los que trabajen por su cuenta”, ha argumentado mientras suplicaba no ser multado en los escasos kilómetros que le quedan para entrar a la AP-7.
Durante los próximos 15 días los mossos no sancionarán a los camioneros que no respeten la nueva prohibición. La restricción decretada por el Gobierno catalán no es total. Los transportistas podrán dejar la autopista e incorporarse a la N-II bajo dos premisas: para repostar y descargar. Pero el temor a cómo demostrar estos supuestos ha provocado que el negocio en la gasolinera en la que trabaja Mercè se haya resentido. “Saben que pueden salir de la autopista, pero hoy no ha parado casi nadie”, ha reconocido. Mercè revela que varios camioneros, que hasta hoy solían pasar por su gasolinera, le han llamado para despedirse.
Bàscara se ha convertido en los últimos meses en el símbolo de la lucha contra el paso de camiones por el centro de municipios. “Hemos conseguido que todo es ahora más seguro”, se ha felicitado una vecina que luce una camiseta de la plataforma Prou Camions por la N II. El pasado uno de febrero, una vecina de la localidad murió por un choque frontal contra un camión. Desde entonces, cada día los habitantes de Bàscara se han plantado en la carretera para cortar el tráfico durante unas horas. Una protesta que hoy cumplía su octogésima jornada. No ha hecho falta llegar a tanto.
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