La música que envuelve Madrid

Cervecería O’Connors. Me pasé mi adolescencia en Alonso Martínez, donde está esta cervecería irlandesa, que cuenta con una carta de cervezas amplísima. Solo encuentro cerveza de trigo en estos sitios. Además, cuenta con un matiz sentimental, ya que aquí tuve mis primeras citas. Ponen música celta y rock irlandés, dos estilos que me gustan mucho. (Almagro, 3).

Sala Ritmo y Compás. Antes de dedicarme seriamente y al 100% a la animación tenía un grupo de rock clásico de los ochenta que tuvo mil nombres, aunque el más usado era Lipotimia. Teníamos el local de ensayo aquí y siempre que terminábamos de tocar nos quedábamos a ver las actuaciones en la sala de conciertos. Es una pena que la hayan cerrado, aunque continúen con los locales. (Conde de Vilches, 22).

Cine Yelmo Plenilunio. Elijo esta sala y no otra por la calidad de sus proyecciones. La utilizamos para presentar a proveedores, inversores y prensa fragmentos de películas en las que estamos trabajando.

Cine Capitol. Es de las pocas salas clásicas que quedan en Madrid y de las pocas que van a quedar. Sigue siendo lugar de estrenos, aunque nosotros no pudimos estrenar Las aventuras de Tadeo Jones allí porque se nos quedaba un poco pequeña. (Gran Vía, 41).

Honky Tonk Bar. Iba mucho cuando estaba en activo con mi grupo de música. Hay muy buen rollo y van muchos músicos que participan en sus jam sessions de rock ochentero. Tienen un nivel altísimo. Yo jamás he llegado a subirme al escenario porque nunca llevaba ningún tema preparado. (Covarrubias, 24).

El Retiro. Allí descubrieron al cantautor Javier Álvarez. Yo solía ir con la banda al Retiro para ver a los músicos repartidos por el parque tocando sus instrumentos. Y recuerdo ver a Javier Álvarez en el túnel de la parada de metro. De esto hace por lo menos 10 años. Aunque también me gusta el Retiro para ir a patinar. Siempre que puedo voy a darle a las ruedas.

El Parque Warner. Me alucinan los parques de atracciones. Hago visita anual con mi familia. A este he llegado a ir ocho veces en un año. Es un plan perfecto para pasar el día. Además, nunca dejan de ampliar la zona infantil y lo que es mejor, te permite ir con toda la familia.

Hard Rock Café. Me da pena que en España no esté tan extendido como en otros países. Me encanta la comida, especialmente las hamburguesas. Son unos expertos. Y, además, la música es genial. Cuidan mucho los locales, decorados con objetos de culto del rock. (Castellana, 2).

La Latina. Me gusta todo el barrio. Es muy extenso y siempre pruebo nuevos restaurantes, cervecerías, cafeterías. Así conozco sitios distintos. Y puedo estar tranquilo porque nunca me decepcionan. El Rastro es lo que menos frecuento. Iba mucho con mis padres cuando era pequeño, pero ahora se me hace cuesta arriba.

Mercado de San Miguel. Cuando lo vi me sorprendió muchísimo. Era la primera vez que me encontraba con un mercado de este tipo en una zona tan clásica a solo dos pasos de la plaza Mayor. Y si te dejan, porque está muy lleno, es muy agradable tomarse algo. (Plaza de San Miguel, s/n).