_
_
_
_

La sátira tiene ritmo de copla

Las Chirigóticas esbozan un relato tragicómico de la sumisión femenina La historia se desarrolla en un burdel

Patricia Peiró
Las tres componentes de Chirigóticas.
Las tres componentes de Chirigóticas.David Ruano

Su idilio comenzó hace tres años y de él han nacido tres hijas. El director Antonio de Álamo se enamoró de la compañía gaditana de Las Chirigóticas cuando las vio actuar en el Cambalache, un bar de la ciudad andaluza. Desde entonces ha escrito tres obras para ellas. El último retoño verá la luz en Madrid hoy y se llama La copla negra. Una historia que se desarrolla en un burdel y que perfila un retrato de la sumisión con la que crecen las mujeres con respecto del hombre. Las tres actrices interpretan todos los papeles: los masculinos y los femeninos. Y lo cuentan con copla escrita ad hocpara esta pieza y guiños a las chirigotas. La obra llega al Valle Inclán y estará en cartel hasta el 12 de mayo.

La pieza se mueve entre el drama y la sátira. Todo un reto interpretativo por los continuos cambios de vestuario y porque Las Chirigóticas han tenido que afinar sus cuerdas vocales. “Cuando le dije a mi madre que iba a cantar, me contestó que yo no tenía ninguna gracia”, reconoce con desparpajo Teresa Quintero.

Lo puntual se hizo duradero

Las Chirigóticas nació para un proyecto puntual, pero el éxito hizo que se convirtiera en una compañía sin fecha de caducidad. Una obra inspirada en las chirigotas de Cádiz unió al director Antonio del Álamo con las intérpretes y la gran acogida que recibieron en el festival Madrid Sur de Leganés hace tres años propició que la relación se mantenga hasta ahora. Tras actuar en los Teatros del Canal en el Alfil, llegan al Valle Inclán (plaza de Lavapiés) hasta el 12 de mayo.

Las letras de esta tragicomedia las ha puesto una de las actrices: Ana López Segovia. Criada en los ritmos copleros desde niña y con influencias de la “chirigota que se escucha en la calle”, asegura que se ha inspirado en los temas de las folclóricas. “Me di cuenta de que algunas letras eran brutales. Fíjate en el Y sin embargo te quiero, narra la historia de una mujer engañada a la que le han hecho una barriga y lo que le sale es decir que le sigue amando”, explica. Todo ello desde el respeto por el folclore, porque las actrices se confiesan fascinadas por la música que han escuchado desde pequeñas.

La intérprete y compositora apunta que en esta obra no se trata de poner etiquetas, sino de plantear los problemas entre sexos y de “ver cómo se puede solucionar”. Antonio del Álamo cree que este texto refleja la violencia a la que se ven sometidas las mujeres en su vida diaria.

Si en tiempos de Shakespeare eran ellos los que se disfrazaban de mujeres porque el género femenino tenía prohibido pisar unas tablas, esta vez es al revés. “Nos ha encantado hacer de hombre, ha sido liberador poder mirar al otro lado del espejo”, señala la tercera chirigótica en discordia, Alejandra López. “Pero llegábamos a volvernos locas, yo estaba ensayando un papel y sin querer me salía la voz de otro personaje”, añade Quintero.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO
Más información
Las Chirigóticas llevan las calles de Cádiz al escenario
Las 'maris' se suben al escenario
Copla eterna
Microdramas cantados y olé
La guerrillera de la copla

El director opina que La copla negra es una propuesta “al límite” y se confiesa abrumado por llevar la obra en el Centro Dramático Nacional. “En los ensayos a veces parábamos y nos decíamos ‘¿De verdad vamos a decir esto?”, bromea Quintero. El elenco asegura que la pieza roza el esperpento, pero opina que no puede ser de otro modo porque el texto está muy pegado a la realidad. En la banda sonora se cuelan referencias a temas de actualidad como la inevitable crisis. Hay una copla dedicada a la insumisión fiscal, la del propietario del burdel, que no paga impuestos y cobra en negro a las prostitutas por trabajar en su negocio.

La propuesta se completa con una escenografía compuesta por cajas de botellas. Elementos baratos, que se podían plegar y ocupaban poco espacio. “Es que con el hachazo del 21% te las tienes que ingeniar de cualquier manera para ahorrar y que la obra sea rentable”, admite López Segovia. Ese sea probablemente uno de los pocos temas que Las Chirigóticas no se toman con humor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_