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Reportaje:

Las 'maris' se suben al escenario

El grupo Las Chirigóticas lleva a los Teatros del Canal 'La maleta de los nervios', la dura vida de las amas de casa contada en clave humorística

La camiseta estampada de leopardo, el sujetador que se ve por la espalda, la rebeca sobre los hombros, el moño cogido con una pinza rosa. Es la indumentaria de las marujas andaluzas, más conocidas como las maris. Teresa Quintero y las hermanas Alejandra y Ana López Segovia paseaban ayer con estas pintas por el mercado de Chamberí cantando coplillas a los comerciantes. Así presentaron la obra que interpretarán Las Chirigóticas desde esta noche y hasta el 24 de abril en los Teatros del Canal, La maleta de los nervios.

Es un canto a las amas de casa en el que la mitad de las intervenciones son en forma de cuplé, pero no es una parodia. "Hablamos de cosas que conocemos muy bien", explica Teresa. "Hemos querido alejarnos de la maruja de los rulos y la bata. Somos unas marujas de mucho Orfidal", añade Alejandra, que considera que las maris son "muy punkis" y "políticamente incorrectas". Son gaditanas y están orgullosas de serlo. Se curtieron en el compás chirigotero en las calles del barrio de la Viña y proponen un teatro descarado que ya pudo probar en 2008 el público del teatro Alfil.

Es un canto a las marujas en forma de cuplé, pero no es una parodia
Las actrices han visto a algún político "quedarse blanco con una coplilla"

Desde detrás del mostrador del puesto de pescado gritan como verduleras las bondades del género. "¡Los lenguados, las mojarras! ¡Lleva tres y paga tres! ¿Qué más quieres?", grita Ana, la responsable de la mayoría de las letras de La maleta de los nervios. No temen que el humor gaditano no se entienda en la capital. "Todos los madrileños veranean en Cádiz, si no lo entienden aquí, ¿dónde lo van a entender?", dice Ana mientras se pone bien la rebeca, que se le escurre por los hombros. "El público de Madrid es muy de teatro, aporta puntos de vista y, sobre todo, no es complaciente", explica. Aunque se declaran "muy toreras" y capaces de cuadrar las carcajadas con sus interpretaciones desde el primer día.

Llenaron el teatro Falla de Cádiz -con 1.200 localidades-, un orgullo para cualquier gaditano. Sin embargo, saben que Madrid es "una plaza grande", como lo fue Sevilla, donde también tuvieron un lleno absoluto. De hecho, esta es su segunda obra y, al igual que la primera, también estrenan en la capital.

A la dirección, Antonio Álamo, el joven director del teatro Lope de Vega de Sevilla. Para él, lo que se verá esta noche en los Teatros del Canal es una "opereta gaditana", un género que reivindica. No es carnaval, es una comedia inspirada por la chirigota, la reina de la fiesta de la semana grande de Cádiz. Para Álamo, es un cántico infravalorado: "una letrilla puede acabar con los resultados de unas elecciones". Alejandra lo confirma, añadiendo que ha visto a más de un político "quedarse blanco con una coplilla" -Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz, renunció hace unos años a ir al teatro Falla, donde se hace el concurso, por la cantidad de letras que criticaban su gestión-.

Pero en la obra a la que dan vida estas tres gaditanas no todo son risas. Entre carcajadas se entretejen las historias de tres mujeres que trabajan en casa, sin un sueldo y sin reconocimiento, despreciadas por los hombres que, aunque no aparecen en escena, son los canallas causantes de sus desgracias. En España hay siete millones de amas de casa y las que salen en La maleta de los nervios quieren ser solo tres más, que se toman la vida con humor. "No es un humor cualquiera. Hablamos de sexo, de dinero, de vicios... Es un texto crudo, es el humor de los supervivientes", concluye Álamo.

La maleta de los nervios. Teatros del Canal. Intérpretes: Las Chirigóticas. Dirección: Antonio Álamo. Entradas entre 8 y 22 euros. De martes a sábado a las 20.30 y domingos a las 19.30. Hasta el 24 de abril.

Las protagonistas del último espectáculo de Las Chirigóticas, ayer en el mercado de Chamberí.
Las protagonistas del último espectáculo de Las Chirigóticas, ayer en el mercado de Chamberí.ÁLVARO GARCÍA

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