La semana por delante
Pinturas sobre escenas domésticas, una gala de danza y un monólogo, entre las propuestas
arte
Escenas domésticas
Espacios cerrados, luz en penumbra y una mujer como protagonista de la escena, entregada a una tarea de la vida diaria, familiar o íntima. Las escenas domésticas constituyen unos de los subgéneros más atractivos de la historia del arte hasta el punto de que son pocos los grandes pintores que no se han dejado seducir por ellas. La exposición Juego de interiores. La mujer en lo cotidiano que hasta el 2 de junio se puede ver en la Fundación Thyssen es una exquisita selección de 10 obras maestras escogidas de los fondos del museo y se inscribe dentro de la serie Miradas cruzadas.
El juego consiste en confrontar obras del mismo tema pero de distinta época a fin de mostrar cómo ha evolucionado el género con el paso del tiempo. María Eugenia Alonso, comisaria de la exposición, ha escogido El tamborilero desobediente (1655) de Nicolaes Maes, alumno de Rembrandt, para contraponerlo con Mujer con frutero (1900-1910) del danés Carl Vilhelm Holsoe. En el primero, la mujer regaña al niño que toca el tambor para que no despierte al bebé que duerme en la cuna que ocupa el primer plano de la composición. En el segundo, una mujer se entretiene pelando piezas de frutas.
El siguiente encuentro se produce entre Muchacha cosiendo (c. 1720), del pintor italiano del siglo XVIII Antonio Amorosi, con Muchacha cosiendo a máquina (c. 1921) de Edward Hopper. Lo que hacen las mujeres en su tiempo libre, dentro de sus habitaciones particulares, es otro de los temas más retratados especialmente a partir del XVIII. La toilette (1742) de François Boucher reproduce un interior lujosamente decorado con motivos orientales. El gusto por el orientalismo se ve con igual contundencia en una obra posterior, El quimono (c. 1895), de William Merritt Chase.
El momento en el que una mujer se asoma al exterior desde su habitación está planteado por dos artistas que utilizaron el tema para desarrollar sus estudios de luz y perspectiva. Joven a la ventana con una vela (c. 1658-1665), de Gerrit Dou, hace que la luz de la vela ilumine de forma inquietante a la mujer. Un efecto semejante consigue Édouard Vuillard con La cantante (1891-1892).
El mercado es visto como un escenario en el que se prolonga la vida doméstica. El mercado de pescado, Marsella (1904-1905), de Raoul Dufy, y El antiguo mercado del pescado en el Dam, Amsterdam (c. 1650), de Emanuel de Witte, son dos obras en las que las mujeres pasean su ensimismamiento ajenas al ajetreo del entorno.— ÁNGELES GARCÍA
teatro
Hasta el corvejón
Fernando Cayo, elegido por los internautas de EL PAÍS mejor actor de 2012 por su excepcional trabajo en De ratones y hombres, de John Steinbeck, es de esos profesionales que profundiza en su trabajo hasta el corvejón, explorando todas sus posibilidades. Así es como este actor, director y músico ha puesto en pie un trabajo muy valioso: La terapia definitiva, obra basada en Cerebros verdes fritos, de Jacopo Fo (hijo del Nobel de Literatura y de Franca Rame) que interpreta, produce y dirige Cayo, para quien el humor es un arma cargada de sentido: "Es nuestro instrumento para diseccionar la realidad". Este atractivo monólogo, o dueto con el músico Geni Uñón, se sustenta en una inteligente ironía que transita por lo arrabalero, lo poético, la filosofía, la religión y en la cuidada interpretación de Cayo. Martes en el teatro Bellas Artes.— ROSANA TORRES
danza
Una gala en Pozuelo
El sábado 6 en el teatro Mira de Pozuelo, la bailarina y coreógrafa Aída Gómez, cuya compañía es residente asociada a ese coliseo, ha organizado y dirigido una gala de danza que abarca desde la Escuela Bolera hasta el ballet contemporáneo, y en ella bailarán artistas como Christian Lozano, Sergio Bernal, Tamara López y Eduardo Guerrero, entre otros. También subirán a escena coreografías actuales de Francisco Lorenzo (Andante affettuoso sobre música de Morton Feldman) y de Gentian Doda (A NA, un solo sobre Schubert), estos artistas surgidos como creadores desde la Compañía Nacional de Danza. La gala va desde la suite de El sombrero de tres picos (en la coreografía clásica de Antonio Ruiz Soler remontada por Gómez) al flamenco más actual, pasando por una revisión del clásico español. Entre los artistas invitados figura José Merino con su solo Lapso y la joven Elena Cerro en la recreación de Fandango del candil de Mariemma, inspirado por el original de Antonia Mercé La Argentina.— ROGER SALAS
cine
Las otras salidas
Algo va muy mal en el panorama cinematográfico español, más aún, algo se está perdiendo en el público patrio —¿Interés? ¿Gusto?— si dos películas como el revelador documental Món petit, de Marcel Barrena, y el estupendo thriller A puerta fría, de Xavi Puebla, ya haya que buscarlas con lupa. Por suerte, hay salas como Artistic Metropol (Cigarreras, 6) que apuestan por ir más allá de lo que obliga lo meramente comercial... aunque Món petit —sobre los viajes de Albert Casals— y A puerta fría sean dos apuestas pensadas para llegar a cuanto más público, mejor. Ambos filmes comparten programación esta semana con Al Pereira vs. Alligator Ladies, la última frikada de Jesús Franco.— G. BELINCHÓN
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.