Ira por la antena de la parroquia
Las protestas obligan al Ayuntamiento a retirar una instalación de telefonía móvil sin licencia Los vecinos llenan el Domingo de Ramos de quejas
La indignación en el distrito barcelonés de Nou Barris por algunas decisiones (o inacciones) no solo se manifiesta en los plenos o audiencias públicas. Ahora ha llegado a las iglesias. Los vecinos de La Prosperitat, con un largo historial de reivindicaciones en contra de las antenas de telefonía móvil, no dudaron en convertir el pasado Domingo de Ramos en un acto reivindicativo contra la instalación de una en el templo. Los vecinos ya lograron que el Ayuntamiento retirara el pasado jueves una primera antena instalada sin licencia por Vodafone, pero temen ahora que la compañía ponga otra en el solar después de que haya pedido permiso para ello. La asociación vecinal del barrio acusa al Arzobispado de Barcelona “querer hacer negocio”.
La conmemoración de la llegada de Jesús a Jerusalén en la parroquia de Santa Engracia no solo tuvo las tradicionales palmas de fondo. También había pegatinas, pancartas y sobre todo, una gran recogida de firmas en contra de una decisión eclesiástica. Este tipo de manifestaciones se repetirá durante toda la Semana Santa, aunque dentro del respeto a las celebraciones. Silencio, pero no de respeto, sino de indignación. “Puede no ser ilegal, pero sí que es inmoral que la Iglesia, que no paga IBI, decida instalar una de estas antenas para hacer dinero sin consultar a los vecinos y sin medir los riesgos que esto pueda tener para nuestra salud”, aseguró ayer Josep Ferrandiz, de la Asociación de Vecinos de la Prosperitat.
El martes de la semana pasada, la AMPA del colegio Valldaura denunció que a escasos 25 metros de la institución, en terrenos de la parroquia, se estaba instalando una antena. Los padres y la asociación de vecinos pidieron explicaciones al técnico de distrito y descubrieron que las obras no tenían las debidas licencias de Nou Barris y de la tenencia de alcaldía de Hábitat Urbà, con competencias en el ámbito del paisaje urbano y las telecomunicaciones.
A raíz de la queja, el Ayuntamiento abrió un expediente y tras confirmar que no había permisos ordenó el desmontaje de la antena, según explicó una portavoz del Consistorio. “La antena nunca funcionó porque no se llegaron a instalar los equipos”.
“La iglesia no paga el IBI y además quiere hacer negocio” dice un líder vecinal
Desde Hábitat Urbà, sin embargo, confirman que Vodafone ya presentó la documentación para obtener una licencia de instalación en el solar de la iglesia. Barcelona, la capital del móvil, aún no ha aprobado su ordenanza de antenas, por lo cuál la ordenación de éstas aún se rige por la de Paisaje Urbano. Esta establece que no se pueden instalar en edificios públicos, como escuelas, o en los que estén protegidos. No dice nada sobre iglesias.
“Basándonos en la resolución 1815 del Consejo de Europa sobre Peligros potenciales de los campos elecromagnéticos y sus efectos en el Medioambiente, creemos que los vecinos, los 800 alumnos y los 60 trabajadores del centro educativo están en un alto riesgo”, sostiene Ferrándiz. Se trata, sin embargo, de un debate aún abierto en la comunidad científica y sin ninguna prueba concluyente.
Los vecinos aseguran que la iglesia está recibiendo 5.000 euros de arrendamiento al mes por el espacio por parte de la empresa de telefonía móvil. “Dicen que lo van a gastar en arreglar la iglesia”, apunta el líder vecinal. Los vecinos dicen que el párroco Pere Carulla obedece al Arzobispado y que inclusive firmó la petición para que no se construya la antena.
Carulla, sin embargo, declinó a hacer declaraciones sobre el tema y se remitió a un comunicado de prensa, con fecha del 21 de marzo, donde le comunica al AMPA la decisión de paralizar la instalación “hasta realizar un estudio dirigido por técnicos independientes” y que se realice una reunión con los vecinos. El Arzobispado no ofreció ayer su versión de los hechos. Los vecinos dicen que, como ocurrió con las antenas de la calle Boada, no piensan abandonar la lucha en contra de las antenas e irán hasta los tribunales. Y el párroco espera, seguramente, que se acabe pronto su viacrucis.
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