Barcelona deja el Salón del Libro de París con éxito de la apuesta bilingüe
El Institut Ramon Llull no descarta repetir el modelo en la Feria de Göteborg
Afluencia notable de público en los actos; ventas de libros “muy por encima de las expectativas iniciales”, según los responsables de la FNAC encargados de la librería y la constatación de que la marca Barcelona está muy de moda. Sí, el 33º Salón del Libro de París cierra hoy sus puertas consolidando Barcelona como ciudad literaria ante el público y el sector editorial francófono. Pero los cuatro días de feria donde la ciudad ha sido la invitada de honor han dado, en clave interna, un éxito tácito aún mayor: la mezcolanza en el programa de actos de autores en catalán —mayoritarios— y en castellano que ha planteado en esta ocasión el Institut Ramon Lllull (IRL) y la naturalidad con que se ha acogido ha cerrado de forma tácita la herida entre ambos mundos literarios producida en 2007 en la Feria de Fráncfort, cuando la Generalitat optó por escritores en catalán.
Si bien la invitación a una ciudad como Barcelona (y no a una literatura específica) comportaba por fuerza la inclusión de autores en ambas lenguas, los responsables del IRL han jugado mejor sus bazas seis años después. Primeras plumas de la cultura catalana que escriben en castellano como Juan Goytisolo, Eduardo Mendoza, Javier Cercas y Alicia Giménez Bartlett, con la mayor parte de su obra traducida y muy reconocida al francés, se han convertido en excelentes prescriptores de autores en catalán compartiendo siempre tertulia con uno de ellos, algunos ya más famosos en Francia que otros (desde Sergi Pàmies y Jaume Cabré a Albert Sánchez Piñol, pasando por Francesc Serés, Imma Monsó, Miquel de Palol, Salvador Macip…). Goytisolo, anteayer, elogiando y recitando a Mercè Rodoreda y Cercas haciendo lo propio ayer con Josep Pla tras la aparición en Gallimard de El quadern gris, simbolizan la filosofía de unos actos que también contaban casi siempre con un autor francés (Mathias Enard, Laurent Binet…).
Otra señal hacia la comunidad de escritores en castellano por parte del IRL fue la invitación a autores que si bien tenían también obra traducida al francés, eran más jóvenes y con un impacto menos masivo entre el público francés, como Berta Marsé y Javier Calvo. El tercer gesto fue la colaboración ayer en la conferencia sobre Pla con el Instituto Cervantes, que aportó la presencia de Andrés Trapiello.
“El éxito nos ha superado, pero es resultado de la labor de seis años de lenta penetración. Y estos días hemos sembrado para una consolidación definitiva en Francia”, argumentaba el director adjunto del IRL, Àlex Susanna, que adelantó que la política de promoción continuará con la presencia de ocho escritores en la Feria del Libro de Göteborg.
Si bien Susanna afirmó que la promoción en Göteborg estaría reservada a autores sólo en lengua catalana, en el IRL son conscientes del espectacular rédito que ha tenido el modelo París, lo que lo hace susceptible, según algunos responsables, de ser adoptado desde ahora para otros eventos.
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