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crítica | ópera
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

De España viene

La ópera 'Marina' no es una obra maestra, pero se representa en el teatro de La Zarzuela de una forma impecable.

En la última página ayer de El País Madrid, Paolo Pinamonti, director del teatro de La Zarzuela, decía que frecuentaba el cine Doré para conocer la filmografía española menos reciente. En la Filmoteca, ya se sabe, se proyectan películas buenas, malas y regulares. Lo que importa es dar testimonio de lo que se ha hecho. En el género lírico español hay que sintetizar lo que se programa por razones obvias, pero debe figurar lo más representativo, al margen de la calidad. Eso sí, debe presentarse con imaginación y rigor. La ópera Marina no es una obra maestra, pero se representa en el teatro de La Zarzuela de una forma impecable. Con una cuidada edición crítica de la musicóloga ovetense María Encina Cortizo, que incorpora una sardana y un dúo. Con un reparto vocal- en realidad tres, pues se van turnando en las 26 funciones- de primera línea, formado en su totalidad por voces españolas.

MARINA

Ópera de Emilio Arrieta. Con Mariola Cantarero, Celso Albelo, Juan Jesús Rodríguez y Simón Orfila. Director musical: Cristóbal Soler. Director de escena: Ignacio García. Teatro de La Zarzuela, 15 marzo.

Con unos directores de escena y musicales también españoles. Marina será lo que sea, pero viene de España y el público reconoce sus números musicales y se identifica con ellos. Celso Albelo es un digno sucesor de Alfredo Kraus en el papel de Jorge en este teatro. Mariola Cantarero se desenvuelve con soltura belcantista en la zona media. Juan Jesús Rodríguez y Simón Orfila están sencillamente espléndidos. Cristóbal Soler lleva la orquesta con eficacia concertadora y los coros cumplen en sus diferentes intervenciones. Ignacio García plantea una escena sombría y portuaria, con el mar siempre al fondo, buscando una compensación verista a los momentos de cursilería de la obra. Consigue crear esa atmósfera evocadora de trabajo y sufrimiento. El público gozó de lo lindo. Es la música que ha heredado. Son sus voces preferidas las que la defienden. No es españolismo a ultranza. Es nuestra historia musical y su reflejo en el espejo de nuestro tiempo

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