Condenado a 17 años de cárcel el expolicía que robó 150 kilos de droga

La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado al exagente de la Udyco Lars Sepúlveda a 17 años de cárcel por el robo de 150 kilos de droga de la Jefatura Superior de Policía. Los jueces le imponen, además, una multa de 6,5 millones de euros por los delitos de tráfico de drogas y de blanqueo de capitales. La Audiencia ha condenado también a su cómplice, Manuel Alonso Núñez, a 15 años y medio de prisión. Las parejas de ambos, acusadas de blanquear el dinero que conseguían con la droga, han sido condenadas a dos años y medio y cinco años y medio, respectivamente.

La sentencia de la Sección Séptima de la Audiencia condena a Sepúlveda y a su cómplice por tres delitos —robo continuado, tráfico de drogas y blanqueo de capitales—. Alonso, al igual que Sepúlveda, tendrá que afrontar el pago de una multa de 6,5 millones de euros. Las parejas de ambos, María Teresa Márquez y Violeta Sánchez, han sido consideradas culpables de un delito de blanqueo de capitales, por el que, además de las penas de cárcel, tendrán que pagar multas de 1,5 millones y 300.000 euros, respectivamente. Sánchez estaba también acusada de tráfico de drogas, pero los jueces la absuelven de este delito.

Los magistrados dicen que la exculpación del exagente durante el juicio "no se sostiene"

Según el fallo, Sepúlveda y su cómplice diseñaron a finales de 2006 un plan para hacerse con “la mayor cantidad” que pudieran de droga almacenada en las dependencias de la Jefatura de Policía de Sevilla. Los jueces dan por probado que el exagente se hizo con una copia de las llaves del calabozo de la Jefatura en el que se guardaba la droga decomisada en operaciones policiales y que él y su cómplice “acordaron hacer paquetes de similares características (forma, color y peso) de los que se depositaban en ese calabozo”. Los jueces consideran que de la elaboración de estos paquetes se encargaron “principalmente” Alonso y su pareja, Violeta Sánchez, en el domicilio de ambos en Alcalá del Río (Sevilla).

Según el fallo de la Audiencia, hasta septiembre de 2009, cuando fueron detenidos, los acusados se apoderaron de 150 kilos de cocaína y heroína por valor de 2,73 millones de euros. De los calabozos desaparecieron también otros cinco kilos de cocaína intervenidos en el aeropuerto de Sevilla, pero, según los jueces, “no consta” que en esa sustracción intervinieran los acusados.

“Una vez confeccionados esos paquetes para simular que contenían bien cocaína, bien heroína”, señalan los magistrados, “todos ellos fueron entregados a Lars, al menos en tres ocasiones por Manuel Alonso en los aledaños de la Jefatura mencionada, a excepción de los paquetes con forma de queso, que Manuel entregó a Lars en la vivienda de Tomares (propiedad de este último)”.

Durante el juicio, celebrado el pasado enero, Sepúlveda aseguró que había sido su exjefe en la Udyco, Francisco Tarifa, quien le encargó realizar los paquetes (más de 150 según la sentencia) con azúcar, talco y cacao para dar el cambiazo con los de droga. Los jueces aseguran que esta versión exculpatoria “no se sostiene”. “El señor Sepúlveda en todo momento ha dicho que tenía malas relaciones con el señor Tarifa”, advierte la sentencia, que añade: “No se comprenden las razones que pueden llevar al jefe de la Udyco a encomendar la confección de unos paquetes o envoltorios que imiten a otros que contienen droga a un funcionario con el que no mantiene buenas relaciones”.

El fallo de la Audiencia desglosa el incremento patrimonial de los acusados en los años anteriores a sus detenciones. En el caso de Sepúlveda su patrimonio se incrementó en 280.080 euros, una cantidad para la que “no salen las cuentas” con los ingresos lícitos que ha conseguido acreditar el acusado. Manuel Alonso y Violeta Sánchez, incrementaron su patrimonio en 805.278 euros, pero la documentación que aportaron “no resiste la crítica más benévola” para justificar ese incremento, según la Audiencia.

En el caso de la esposa del expolicía, los magistrados sostienen que colaboró a ocultar el incremento patrimonial de Sepúlveda al firmar y suscribir una inversión de 210.000 euros y consentir que un vehículo Mercedes fuese puesto a su nombre, “con conocimiento de que el dinero empleado para ello procedía de los beneficios obtenidos por la comisión de un delito”.